Cuando se esperaba que la asamblea del Grupo Aval transcurriera con normalidad y solo se abordaran los resultados de 2023, un año complejo y retador para la economía colombiana, y los planes para este, Luis Carlos Sarmiento Angulo, presidente de la junta directiva y fundador de este conglomerado, rompió la dinámica.
En un emotivo discurso, anunció su retiro de la presidencia de la junta del Grupo Aval y explicó el proceso de sucesión que viene. Su hijo Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, presidente del Grupo Aval, lo reemplazará en la presidencia de la junta directiva, y a la cabeza del conglomerado llegará María Lorena Gutiérrez, quien en los últimos seis años dirigió Corficolombiana.
Durante 30 años, Sarmiento Angulo ha estado al frente, dando línea en el desarrollo de sus negocios. “Como siempre en la vida, llega un momento en que es necesario un cambio, motivado por la fatiga, el deseo de un descanso y de un cambio personal, así como por la necesidad de una renovación para darles cabida en el grupo a las nuevas generaciones, con nuevas ideas y más juventud que estén más acompasadas con el paso del tiempo”, dijo el empresario ante la asamblea.
Sarmiento Angulo deja como legado un portafolio de marcas poderosas en el sector financiero –como Banco de Bogotá, Banco de Occidente, AV Villas, Popular y Multibank en Centroamérica–, así como nuevos negocios, como Dale!, una plataforma de servicios financieros digitales. También sobresalen el fondo de pensiones Porvenir y la corporación Corficolombiana, su brazo en el sector real.
De acuerdo con los cálculos de Sarmiento, el grupo de bancos de Aval tiene participaciones de mercado agregadas de 25 por ciento en carteras y otro tanto en depósitos. Porvenir es la líder en fondos de pensiones, con 50 por ciento en pensiones obligatorias y 45 por ciento en cesantías. Mientras que Corficolombiana invierte en energía, gas e infraestructura.
Eduardo Pacheco, líder del Grupo Colpatria, al conocer el retiro de Sarmiento Angulo, expresó: “Voluntariamente se retira un monstruo. Gracias, doctor Sarmiento, por su empuje, sus ganas, su ejemplo. Colombia se lo agradece”.
Para Jonathan Malagón, presidente de Asobancaria, el legado de Sarmiento Angulo es incalculable. “El Grupo Aval se configura hoy como el conglomerado financiero líder en Colombia y uno de los más importantes del continente, con presencia en Estados Unidos y Centroamérica. Su legado, de gran importancia para el país a lo largo de varias décadas, ha trascendido a sectores como la construcción, la salud y la educación. Sus actividades filantrópicas también han formado parte de este legado, la más reciente, materializada en el Centro de Tratamiento e Investigación sobre Cáncer, uno de los más avanzados de Latinoamérica”, precisa.
La historia
Luis Carlos Sarmiento Angulo es uno de los cuatro hombres más ricos del país con fortunas por encima de los 1.000 millones de dólares, según los cálculos de Forbes. Es el de mayor edad en ese grupo, con 91 años, y su patrimonio alcanza los 7.200 millones de dólares, lo que lo ubica en el puesto 371 a nivel global.
Viene de una familia de nueve hijos, en la que es el penúltimo. Es ingeniero civil de la Universidad Nacional, de donde se graduó en 1954 y a la que le donó, 56 años después, un moderno edificio de Ciencia y Tecnología en el que aportó 18.000 millones de pesos.
Inició su vida empresarial con una constructora en 1956, la cual le permitió apalancar recursos levantando carreteras y proyectos de viviendas. Amplió sus actividades al ámbito financiero en 1971, cuando adquirió el Banco de Occidente y fundó la aseguradora Seguros Alfa.
Continuó expandiendo su conglomerado financiero, tanto con la creación de empresas como Porvenir y la antigua Corporación de Ahorro y Vivienda Las Villas, hoy banco AV Villas; como adquiriendo otras, como es el caso de los bancos de Bogotá y Popular. En 1998, unió la mayoría de sus intereses financieros bajo una nueva matriz, Grupo Aval, cuyas acciones inscribió en la Bolsa de Colombia en 2007 y en la de Nueva York en 2014.
A través de Corficolombiana, su banco de inversión, Sarmiento posee una variedad de intereses en infraestructura (en construcción de carreteras como la Vía al Llano), agroindustria, energía (es accionista de Promigás y del Grupo Energía Bogotá) y turismo (con Hoteles Estelar).
También mantiene un negocio inmobiliario, Construcciones Planificadas, con la cual edificó en 2010 el centro comercial más grande de Colombia, el Centro Mayor de Bogotá, que luego fue superado por El Edén, también parte de su ‘cosecha’, así como el complejo de oficinas Ciudad Empresarial Sarmiento Angulo. Acaba de iniciar el gran cambio que tendrá el lote donde están hoy las instalaciones de El Tiempo, medio que adquirió en 2012 por 250 millones de dólares.
Pero, sin duda, uno de los mayores hitos en el recorrido empresarial y filantrópico de Sarmiento Angulo es la creación del Centro de Tratamiento e Investigación sobre Cáncer (CTIC), un hospital especializado en esta enfermedad, con modernas especificaciones y tecnología. Es una construcción de 100.000 metros cuadrados en la cual invirtió cerca de 400 millones de dólares.
La historia de Sarmiento Angulo no ha estado ajena a momentos de dificultad, como él mismo lo reconoció en la asamblea. Recordó las crisis que enfrentó el grupo, como la de 1999 y 2001, relacionada con el sector hipotecario y que significó la desaparición del Upac, y, además, el colapso del mercado bursátil internacional entre 2007 y 2008.
Pero, además, le puso la cara a uno de los más controvertidos episodios de la organización, originado por Odebrecht. “También cuando algunos, sin conocer la larguísima historia de nuestros valores y principios, cuestionaron nuestra integridad por haber sido socios minoritarios en el desarrollo de un proyecto vial en el que el accionista mayoritario era Odebrecht, una firma brasileña, de gran prestigio internacional en aquella época, pero que al final resultó ser de delincuentes internacionales, hoy confesos, y que por sí mismos, y sin nuestro conocimiento ni consentimiento, realizaron una serie de hechos delictivos conocidos por la opinión pública”, puntualizó el empresario.
Recientemente, adquirió un compromiso con el Gobierno y con La Guajira para hacer inversiones de impacto en ese departamento, que van desde la necesidad de llevarles agua a sus habitantes, hasta el apoyo al tejido social de la Alta Guajira.
Aunque se retirará de la junta del Grupo Aval –como él lo señaló– “a sus cuarteles de invierno”, seguirá pendiente del desarrollo y crecimiento de la organización que construyó. “Espero que mi guía y consejo sea útil y contribuya al mejor desarrollo de nuestras instituciones, particularmente en un momento como el que está experimentando Colombia en la actualidad”.