En Colombia, la utilización de los plásticos de un solo uso se ha convertido en un debate diario, no solo para los ciudadanos del común, sino también para las distintas industrias que cuentan con el plástico como un material básico para su producción ¿En qué medida se verían afectadas las industrias con estas posturas?

Para contextualizar, es necesario rememorar que en Colombia ya existen las leyes 2232 de 2022 y 1407 de 2018, las cuales están llamadas a regular la utilización de los plásticos de mono-uso, y a dirigir a las empresas a la creación de metas para mejorar sus flujos de reciclaje dentro de los procesos de producción.

Así como también, la más reciente reforma tributaria incluye un impuesto a estos plásticos, que será de aproximadamente 1,9 pesos por cada gramo de este material. A esta norma, sin embargo, se le han realizado una serie de cambios para afectar de manera menos radical esta industria, la cual aún se siente inconforme en este frente.

Si queda como está, este impuesto implicaría una serie de aumentos a distintos elementos de la canasta básica, como por ejemplo un incremento del 7% para los productos ofertados en envases pequeños, o también de entre 3 a 5 por ciento para los productos de aseo que también se encuentren en empaques de este material.

Si bien esto sería un factor negativo para muchas industrias, ¿por qué se trabaja en esta prohibición? En Colombia se consumen al año aproximadamente 1,4 millones de toneladas de plástico, indican cifras de la organización Greenpeace, de las cuales, según la Procuraduría General de la Nación, la gran mayoría son de un solo uso, lo que implica que tras su utilización acaban siendo fuentes de contaminación hídrica y de diversas superficies en el territorio, causando un grave daño en el ambiente.

Distintos productos envasados en plástico serían de los más afectados. | Foto: Getty Images

La meta gubernamental acorde a los proyectos de ley y reformas planteadas es que la utilización de estos plásticos se vea reducida a su menor potencia para el año 2025, optando por un modelo de transición hacia una economía circular, lo que genere mayor reciclaje, optimización de los materiales de producción y hasta incluso mayores fuentes de empleo.

No obstante, esto generaría un impacto económico también para las empresas que tengan que adoptar este modelo, eliminando la utilización del plástico entre sus principales producciones.

Según Daniel Mitchell, presidente de Acoplásticos, existen percepciones erradas referente al plástico, sosteniendo que este es un material vital para las producciones en el país: “No podemos olvidar que el plástico se utiliza para empacar alimentos, bebidas, productos farmacéuticos, de limpieza y aseo, también se usa en la construcción (tubería, pisos, techos, tanques), en partes de automóviles, aviones, motos, aparatos eléctricos y electrodomésticos, así como en la salud (tapabocas, bolsas de suero, de sangre, prótesis, jeringas), en la agricultura (películas de invernadero, sistemas de riego, acolchados), en la industria textil y de confecciones (telas, calzado), entre muchas otras aplicaciones.”

Daniel Mitchell, presidente de Acoplásticos | Foto: COPYRIGHT

Agrega que una transición de este tipo les generaría un gran impacto financiero a las poblaciones con menores ingresos: “El impacto en la población con menores ingresos se da, puesto que los sustitutos al plástico, en la mayoría de los casos, tienen costos 2, 3 y hasta 20 veces mayores, lo cual incide sobre los precios, especialmente de productos esenciales.”

Sin embargo, establece que el mayor de los costos no se encuentra en los materiales que sustituyen al plástico, sino en la creación de tecnología que logre adecuar las propiedades que posee el plástico a estos nuevos productos. Mitchell también aprovechó para expresar su descontento respecto a que se le buscaron agregar nuevos impuestos al plástico, pero no a otros productos que generan mayor huella de carbono en el planeta.

Aun así, declaró que en Acoplásticos están comprometidos en trabajar para llevar a cabo una transición donde no se elimine la utilización de los plásticos, sino que se logre la creación de plásticos reusables y sostenibles de forma ecológica, así como también creando conciencia para que las personas reciclen de mejor manera estos plásticos. Añadió que “hoy se están aprovechando más de 350.000 toneladas de residuos plásticos posconsumo en Colombia, al año.”

La creación de conciencia para reciclar es vital para este proceso. | Foto: Getty Images

Algunas industrias ya se están transformando en su proceso de producción, y también investigando en base a encontrar nuevas alternativas para materiales de producción como lo son los cubiertos creados a base de bambú y papel, sin embargo, estos sirven como ejemplificación para exponer los costos que implica esta transición. El valor de venta de estos productos está entre 12.000 y 30.000 pesos, mientras que los cubiertos de plástico tradicional se sitúan entre 3.000 y 10.000 pesos en el mayor de los casos.

En otra comparación, los vasos producidos con estos mismos materiales alternativos al plástico tienen un costo aproximado de 20.000 pesos, mientras que vasos de plástico del mismo tamaño que los anteriores rondan entre los 3.000 y 8.000 pesos la unidad.

Colombia seguirá enfocada en su objetivo de alcanzar una economía circular, y la industria del plástico contribuirá a este proceso, pero hace la advertencia de que indudablemente implicará mayores precios en los productos finales.