Más allá de la aceptación de las entidades del sistema financiero, que tienen una sobretasa adicional al impuesto de renta y la aceptaron, los empresarios colombianos en general siguen insistiendo en que serán fuertemente golpeados por la reforma tributaria.
Este martes, en nombre de 1.500 afiliados de diferentes sectores de la economía al gremio de la Andi, volvieron a pronunciarse con la expectativa de que en las próximas sesiones del Congreso de la República, donde hace trámite el proyecto de ley de reforma tributaria y va ya para segundo debate, se tengan en cuenta sus clamores.
Los empresarios, para exponer sus argumentos, pusieron en la mitad a los emprendedores y empresas medianas y grandes, también a las familias y, principalmente, a los hogares de menores ingresos.
“Queremos hacer un llamado consciente en este momento de debate de la reforma tributaria”, dice el comunicado a la opinión pública, en el que expresan que, aunque reiteran su “compromiso con el progreso de Colombia”, quieren manifestar su preocupación por “los efectos que pueda tener la reforma tributaria que cursa tramite hoy en el Congreso, en cuanto a crecimiento, inversión y empleo”.
Hay que señalar que, en días pasados, el director de la Dian, Luis Carlos Reyes, hizo también un llamado a los colombianos a analizar cuáles son las voces que hacen eco en el país e insisten más en que van a ser afectados por la propuesta. En ese sentido, no se puede olvidar que en Colombia, la empresa formal es la que aporta impuestos, y, según lo expresado recientemente por el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, en una columna de opinión, “las empresas, especialmente las grandes, utilizan beneficios tributarios. Además, retienen parte de sus utilidades. Y, adicionalmente, otros impuestos, en especial el ICA y el 4 x 1.000, no son gravámenes sobre las utilidades y son asumidos en buena medida por los consumidores”.
En consecuencia, enfatizó Ocampo, “con las correcciones por estos factores, el Ministerio de Hacienda estima que la tarifa conjunta será inferior al 30 % y, más aún, solo afecta a grandes empresas y sus socios y se mantiene inalterada para las pequeñas empresas”.
Pero los empresarios no lo ven así
El ángulo en el que están parados los empresarios no es el mismo. Por eso dicen que “frente al cual existe una oportunidad crucial de corregir sus errores, pensando en el futuro del país y en el bienestar de toda la población”.
Señalan que les preocupa “el efecto de esta reforma sobre los hogares, sus ingresos y las familias y sobre la ya altísima inflación; el marchitamiento del sector minero energético, el incremento en precios sobre productos que son parte de la canasta familiar; y la estabilidad jurídica de sectores que le han apostado al país; la credibilidad de Colombia frente al mundo en términos de inversión y mercados; y el debilitamiento de la capacidad del país para enfrentar la crisis que se augura para el próximo año”.
Los empresarios, sin embargo, expresan que no tienen dudas sobre “la competitividad como gran determinante del progreso de un país. Gracias a ella se logra exportar, sustituir importaciones, generar valor agregado y riqueza, y sobre todo generar empleo y oportunidades”.
En consecuencia, señalan que el proyecto de ley actualmente “genera un gran impacto negativo a la competitividad de las empresas e inversiones en Colombia. Tenemos la oportunidad de que el mismo sea corregido en la próxima ponencia y los debates de plenarias”.
Aunque el Gobierno no puede olvidar que el sector empresarial es clave para todos los proyectos que pueda tener un Estado, también es cierto que el mundo entero está migrando a transformaciones en los sistemas impositivos, de manera que puedan aportar a la reducción de las desigualdades profundas entre los ciudadanos.
En el caso de la reforma tributaria, el Ministerio de Hacienda insiste en que la propuesta es para gravar a las personas naturales con mayores ingresos y no a las empresas como instituciones generadoras de empleo.