El país se prepara para una jornada de comercio que cada vez toma más relevancia en materia de descuentos y que se mueve tanto en las tiendas físicas como en las digitales. Imitando la cultura estadounidenses, cada vez más marcas y consumidores colombianos se preparan para el Black Friday o Viernes Negro.
A diferencia del país del norte, acá las rebajas no son tan marcadas como para motivar a la gente a realizar grandes filas (como sí ocurría con los Día sin IVA), pero la actividad promocional no se limita a un solo día, sino que puede incluso llegar a cinco jornadas consecutivas.
Esta coyuntura es propicia para marketplaces como Linio, que pertenece al mismo conglomerado de Falabella, y que en el país factura alrededor de 70.000 millones de pesos al año. Sus directivos explican que ellos son como una especie de centro comercial virtual en el que reúnen a compradores y vendedores, que usan su infraestructura tecnológica para hacer negocios.
“A los vendedores les ofrecemos un flujo de tráfico considerable, soluciones logísticas y campañas de branding, y a los compradores una amplia oferta de productos”, explica Andrés Sánchez, director comercial de Linio, y agrega que el presente año ha estado marcado por una alta ‘promocionalidad’, pues se hicieron dos Día sin IVA, dos cyberlunes, un Blackout (que es el evento promociones del Grupo Falabella) y ahora viene el Black Friday.
“Hasta junio, nuestro crecimiento, como el de la economía en general, iba bien. Avanzamos a un ritmo de 40 % anual y por encima de la media del mercado. Para el segundo semestre, cuando generalmente las ventas suelen duplicar las del primer semestre, esperamos, sin embargo, una desaceleración y no crecer dos veces, sino 1,5 veces, justamente por la alta ‘promocionalidad’”, explica el ejecutivo.
Sánchez comenta que van a mantener su apuesta por crecer en Colombia, aprovechando las lecciones que aprendieron en pandemia y quizás la más importante es que los clientes ya no solo se fijan en el factor precio, sino en la inmediatez. “Esa es nuestra obsesión, buscamos brindar la mejor experiencia de compra online y para eso Falabella está invirtiendo 700 millones de dólares en la región en desarrollos tecnológicos y operacionales de su negocio digital”, precisa. Esos recursos son para Falabalella.com, Homecenter, Linio y una cadena de supermercados que tiene el grupo en Chile y Perú.
Como resultado, en el caso de Linio en Colombia han mejorado la velocidad de entrega en 30 %. Así mismo, están fortaleciendo su catálogo. Ya tienen 6.000 vendedores y más de 3 millones de productos publicados. Otro de sus trabajos está en atraer marcas oficiales, que son de tiendas físicas que están incursionando en el mundo online o de marcas que tienen su propia página web, pero buscan tener presencia en grandes marketplaces.
Linio arrancó 2022 con 350 marcas oficiales y lo terminará con 450. Su modelo de negocio está basado en la comisión que gana por venta concretada. Su mayor fortaleza está en los productos tecnológicos (celulares, televisores y electrodomésticos) al estar en el top 5 de los marketplaces que más venden dichos artículos. Hace cuatro años ni siquiera estaba en el top 10.
Lo que viene
El director comercial de Linio dice que a futuro les interesa crecer en el mercado de la moda y, en especial, en calzado, producto con el que se ha roto el tabú de que no se podía comprar sin medírselo primero. También tienen una gran apuesta por juguetería, segmento que suele representar más de tres cuartas partes de sus ventas en los últimos meses del año.
Este año, el valor de la compra promedio en Linio ha estado en 225.000 pesos, frente a 190.000 del año pasado, y no necesariamente porque se compre más, sino por el efecto de la inflación y de la tasa de cambio.
Andrés Sánchez señala que una de las transformaciones que ha traído el comercio electrónico al país radica en reducir el regionalismo del comercio con marcas que solo se movían en unos departamentos y ahora se venden en toda Colombia. Las ventas virtuales se han desarrollado con marcada rapidez en Santander, Tolima y Eje Cafetero.
Este ejecutivo agrega, además, que una de las ventajas de Linio frente a sus competidores es que tiene un aliado físico, como lo es Falabella, que cuenta con bodegas de productos desde donde pueden despachar más rápidamente. Esto los ha llevado, incluso, a pensar en desarrollar la venta de perecederos, que son productos con unas exigencias de logística distintas. “Las aplicaciones de domicilios (delivery apps) son las que se han adueñado de ese mercado de perecederos, por eso vamos a ir de forma lenta”.
Como otras firmas de comercio electrónico, en Linio aceptan el pago en efectivo, pero lo que más se mueve en su plataforma es el pago por PSE o con tarjetas de crédito.
Sánchez agrega que México y Colombia son los países en los que Linio mejor viene creciendo y que eso lo han logrado gracias a que el año pasado abrieron un centro de distribución 10.000 m2 en el país y que están abriendo centros cross dock, que son puntos en los que se consolidan y preparan los pedidos de productos provenientes de diferentes proveedores para su envío al cliente final en menos de 24 horas.