El sector de energía eléctrica en el país está en alta tensión. Ante el crecimiento de las tarifas, que han sido uno de los componentes de la inflación histórica que vive el país actualmente, el Gobierno publicó el decreto con el que el presidente Gustavo Petro asumirá, por tres meses, las regulaciones generales de los servicios públicos en agua, energía y gas. Ello incluiría la definición del cálculo de las tarifas de energía.
Esta situación sumada a los cambios que ha propuesto el Gobierno en el Plan de Desarrollo para que se puedan integrar servicios de generación y transmisión en una sola empresa, volviendo a modelos de los años ochenta, está generando en el sector incertidumbre en momentos en que se requieren nuevos proyectos de generación para atender la demanda creciente, como se hizo evidente con la convocatoria a una subasta de energía para el periodo 2027-2028.
Las empresas han hecho llamados al Gobierno nacional para que las nuevas normas estén bajo el marco constitucional y legal; al tiempo que han solicitado que se apoyen en argumentos técnicos y jurídicos sólidos, basados en principios como la suficiencia del abastecimiento y la seguridad energética.
En medio de esta discusión, la firma comisionista Casa de Bolsa hizo un ejercicio para determinar qué tan diversificadas están las compañías icónicas del sector, como Interconexión Eléctrica S.A. (ISA) –hoy bajo el control de Ecopetrol–, Grupo Energía Bogotá y Celsia, que están listadas en la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), razón por la cual no estaría EPM en el análisis.
El informe explica cómo funciona el mercado eléctrico colombiano y advierte que, a nivel regulatorio, la Constitución Política de 1991 permitió la participación privada en la prestación de servicios públicos, buscando mejorar cobertura y calidad.
Sumado a esto, tras el periodo de racionamiento ocurrido entre 1992 y 1993 por un fuerte fenómeno de El Niño, en 1994 se expidieron las leyes 142 y 143; la primera se refiere a la estructura legal de los servicios públicos para que los agentes operen bajo principios de competencia, eficiencia, calidad, cobertura y suficiencia financiera, entre otros. La segunda se enfoca en el régimen legal de las actividades de la cadena del sector eléctrico: Generación, Transmisión, Distribución y Comercialización, cuya segmentación se da para garantizar la eficiencia del servicio y la inversión privada en el sector mediante mayor competencia.
“De esta manera, desde la década de los noventa el mercado eléctrico ha estado enmarcado en un ámbito técnico y regulado, liderado por la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg). Alejándose de la evolución mencionada previamente, a comienzos de febrero de 2023 se conoció la posibilidad de que el Gobierno nacional tuviera potestad para asumir las funciones de regulación de servicios públicos como la energía eléctrica, lo cual puede distanciarse de decisiones técnicas y estratégicas a largo plazo y estar más alineadas con medidas de corto plazo. Ejemplo de lo anterior fue el cambio en el indexador tarifario realizado en septiembre de 2022, indexando las tarifas de la energía al menor valor entre el IPP, el IPC y otra medida de indexación por definir, en medio de las presiones alcistas vistas en las tarifas de la energía eléctrica derivadas de fuertes aumentos en la inflación”, señala el documento.
Casa de Bolsa advierte que la expansión en la capacidad del sistema de energía puede verse interrumpida en caso de falta de incentivos para una remuneración adecuada de las inversiones de capital y el reconocimiento de los gastos de administración y mantenimiento, entre otros, que podrían afectar no solo la generación, sino también la transmisión y la distribución.
De esta manera, se podrían presentar mayores presiones en los precios de la energía que ya vienen al alza, en un escenario con fenómeno de El Niño cuya probabilidad de aparición podría darse, por tarde, hacia 2024, teniendo en cuenta que el último de estos fenómenos fue a mediados de 2015.
Adicionalmente, según la firma, acorde a la propuesta del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026, las empresas podrán desarrollar, de manera integrada, generación, transmisión, distribución y comercialización de energía eléctrica, “donde la generación y la transmisión integrada solo estará permitida cuando la generación de energía eléctrica se realice a partir de fuentes no convencionales de energía renovable. Esta restricción no aplica para aquellas empresas que ejercen las actividades de generación y transmisión desde antes de la vigencia de las leyes 142 y 143 de 1994. Lo anterior abriría la puerta para que empresas como ISA puedan participar de la generación de no convencionales”, agrega Casa de Bolsa.
El más diversificado
En el estudio, la comisionista analizó la exposición por país y segmento de negocio a los principales emisores listados en la Bolsa de Valores de Colombia (Celsia, Grupo Energía Bogotá e ISA), los cuales tienen un peso conjunto del 17,41 % dentro del índice Colcap.
La conclusión es que ISA se perfila como el jugador del sector mejor diversificado con cerca del 70 % del Ebitda por fuera de Colombia, mientras que Celsia se muestra como el jugador del sector con mayor exposición a Colombia, teniendo en cuenta su baja diversificación geográfica.
En el caso de ISA, el informe destaca que muestra una diversificación importante al ubicarse en seis países (Colombia, Brasil, Perú, Chile, Bolivia y Argentina), junto a Centro América, y tres líneas de negocio: transmisión, vías y telecomunicaciones, las cuales representan aproximadamente el 82, 16 y 2 % del Ebitda, respectivamente.
Dentro de su estrategia 2030, la compañía tiene presente un pipeline de licitaciones en Brasil hasta por 11.000 millones de dólares, junto a la reactivación de subastas en Colombia, al igual que nuevos proyectos en Chile, especialmente en almacenamiento, “lo cual se refleja en la repartición estimada del Ebitda en los próximos años, con cerca del 70 % del EBITDA por fuera de Colombia”, dice el estudio.
Respecto al foco de las inversiones a mediano plazo, sobresale Brasil, pues se estima una expansión de la demanda de energía, con una continuidad en la participación mayoritaria de energías renovables. Recientemente, la compañía ganó uno de los tres proyectos subastados para conectar energía proveniente de Minas Gerais hacia Sao Paulo.
Celsia muestra un enfoque total en el negocio de energía eléctrica, mayoritariamente en Colombia, con participación en todos los eslabones de la cadena. A nivel geográfico, su diversificación es baja, pues 13 % de su Ebitda proviene de Centro América y 87 % de Colombia. Tomando como referencia el periodo 2019-2022 (12 meses al tercer trimestre), sin incluir Caoba Inversiones –la firma en la que agrupa sus activos de transmisión-, no se han presentado grandes modificaciones en las participaciones por segmentos, con la generación en Colombia participando del 47 % del Ebitda, la distribución y la comercialización del cerca de 40 % y el restante proveniente del negocio de generación en Centroamérica.
Por su parte, GEB presenta una diversificación importante por líneas de negocio, en que entre 2019 y el tercer trimestre de 2022 el transporte y la distribución de gas natural han representado el 53 % del Ebitda consolidado, mientras que los segmentos de energía, el 47 % (generación, 17 %; transmisión, 16 % y distribución, 15 %), incluyendo el dividendo extraordinario de Enel Colombia en el primer trimestre del año pasado, por la operación y acuerdos que hicieron las compañías para terminar un proceso litigioso.
En materia de diversificación, el GEB ha marcado la ruta para crecer en Brasil, donde en agosto de 2022 realizó una transacción con Brookfield, a la que adquirió, en compañía de Redeia (socio estratégico), la totalidad de las acciones ordinarias de cinco concesiones de transmisión existentes en Brasil por unos 821 millones de dólares.
“La ubicación de las concesiones en el noreste de Brasil le permite tener acceso a futuras oportunidades en una de las mayores áreas prospectivas de generación eólica en el offshore, siendo una decisión alineada con las metas del plan 2025″, dice el análisis. De esta manera, actualmente el 29 % del Ebitda del GEB proviene del exterior y hacia 2026 esta participación se incrementaría hasta el 36 %.