El sector energético no ha pasado por buenos momentos durante los últimos meses. La llegada del fenómeno de El Niño implicó un duro revés para este sector, que se vio afectado tras la ausencia del caudal necesario para impulsar las diferentes hidroeléctricas que hay en el país. A esto también se sumó la incertidumbre que actualmente se vive en este sector.
A este panorama se suma una nueva problemática, la del robo de energía, que es una situación frecuente en el sector y que, principalmente, se da a través de conexiones ilegales o no autorizadas, con las que algunos buscan ahorrar dinero en su factura, incluso, no pagar un solo peso por el servicio. De hecho, esta práctica es penalizada por la ley, al ser un delito de defraudación de fluidos, que contempla una multa de entre 1,33 y 150 salarios mínimos.
Esta práctica puede traer consigo varias consecuencias, debido a que quienes realizan estas conexiones ilegales se exponen a sufrir graves lesiones y hasta la muerte, al manipular cables de alta tensión. También tiene implicaciones para la infraestructura de la energía, al causar posibles daños a equipos que permiten el suministro.
Recientemente, Enel, la principal empresa proveedora de energía en Bogotá, reveló en un nuevo informe cuáles han sido las pérdidas registradas por este tipo de actuaciones de inescrupulosos. La compañía aseguró que desde enero 01 y hasta el 30 de junio del 2024, se han reportado cerca de 14.753 casos de hurto de energía, de los cuales cerca de 4.918 corresponden a conexiones directas a la red de forma no autorizada.
Las demás intervenciones en la cifra se han dado por alterar las conexiones y elementos del medidor, con el fin de evitar que se registre el consumo de manera correcta. Dicha práctica, según Enel, ha sido identificada, principalmente, en zonas residenciales de Kennedy, Soacha y Usme. Además de predios comerciales e industriales.
“La energía hurtada en sectores clave afectan gravemente la estabilidad del servicio de energía eléctrica y pone en riesgo la seguridad de los hogares. Es fundamental que los ciudadanos reporten a Enel Colombia estos actos ilegales para asegurar un suministro energético seguro y confiable”, afirmó Mónica Cataldo, gerente de Distribución de Enel Colombia.
Las cifras, además, apuntan a que la cantidad de energía hurtada asciende a más de 115 GWh, durante el primer semestre del año. Esto es proporcional al consumo mínimo vital, que son 130 KWh-mes de unos 148.484 hogares. También se podría comparar con el consumo promedio de localidades como Fontibón o Chapinero.
“En cuanto a denuncias por hurto de energía, en 2023 se recibieron un total de 3.276 de forma anónima por parte de la ciudadanía, mientras que para el primer semestre de 2024 se han recibido 1.850. Para enfrentar el aumento de casos en este tipo de delito, la compañía invita a los habitantes de Bogotá y Cundinamarca a reportar los hechos que impactan a toda la cadena de usuarios, desestabilizando el sistema energético y poniendo en riesgo la seguridad de los clientes, quienes pueden experimentar fluctuaciones, incendios en sus domicilios y daños en sus electrodomésticos”, indican en Enel.
Es preciso recordar que las penas privativas de la libertad podrían darse por hasta 12 años, tras cometer acciones que atentan contra la seguridad pública en materia de la conducción de la energía.
“De las denuncias que ha interpuesto la compañía, hasta la fecha, han fallado 158 sentencias donde se ha establecido que se ha cometido hurto de fluido eléctrico y se han interpuesto las sanciones a los responsables”, concluyen. Además, agregan que la compañía ha realizado 14 operativos en conjunto con la Policía y el CTI.