La digitalización de los servicios financieros llegó para quedarse y se consolidó aún más durante las cuarentenas derivadas de la covid-19, momento en el cual realizar transferencias o recibir pagos por Nequi o Daviplata se volvió ‘pan de cada día’.
No obstante, este movimiento en torno a las finanzas virtuales no hubiera sido posible sin las primeras empresas que dieron pasos hacia la creación de lo que se conoce como el ecosistema fintech del país. Una de ellas es Puntored, una firma que comenzó hace 16 años, cuando aún ni siquiera se manejaba el concepto de empresas financieras de base tecnológica, conocidas hoy como fintech.
Andrés Albán, fundador y CEO de Puntored, recuerda que comenzaron con el objetivo de ofrecer servicios financieros a la base de la pirámide, creando una plataforma que les permitiera pagar servicios públicos o retirar subsidios del Estado. Para esto, instalaron máquinas en las tiendas de barrio, en donde las personas podían realizar esas transacciones, así como recargar sus celulares.
Esos servicios actualmente se conocen como corresponsales bancarios, figura que a su vez nació de la necesidad de llegar con sus servicios financieros a todo el país, en un momento en que la banca solo tenía presencia en 25 % de los municipios. Actualmente, los nueve principales bancos del país, manejan sus corresponsales no bancarios con Puntored.
Albán explica que el siguiente paso consistió en desarrollar aplicaciones web y móvil, para pagos, lo que fue muy innovador en su momento y les permitió, por ejemplo, entregarles celulares a los comercios para que pudieran ser corresponsales.
Los desarrollos de Puntored también han servido para que empresas como Rappi se puedan conectar con los bancos, pues le querían ofrecer a sus usuarios la posibilidad de que hacer pagos de servicios a través de su aplicación.
Ese mismo servicio se lo prestan a Mercadopago, ClaroPay y a dos de las mayores billeteras digitales del país: Nequi y Daviplata. “Nos volvimos los proveedores de ese tipo de conexiones y de servicios. Es un negocio que se conoce como openfinance y que básicamente consiste en darles acceso a terceros al mundo financiero. Pero muchos no se dan cuenta que detrás de sus transacciones está Puntored”, dice Albán.
Transacciones disparadas
Actualmente, 9.000 corresponsales no bancarios trabajan con la empresa y su meta es llegar a 15.000. Su optimismo se basa en el comportamiento reciente del negocio, pues el año pasado duplicaron el número de corresponsales gracias a que, durante la pandemia, las tiendas nunca cerraron y a la gran fuerza que adquirieron Nequi y Daviplata, firmas de las cuales Puntored es el mayor operador de retiros y de depósitos. Como resultado, pasaron de 400.000 a 4 millones de operaciones al mes.
“Además, durante la crisis sanitaria, muchas personas se quedaron sin trabajo y montaron tiendas, buscando también ser corresponsales bancarios, incluso administraciones de edificios optaron por ofrecer este servicio para sus residentes”, precisa el CEO de la empresa.
Otro punto a favor de Puntored es que cada día hay más apps, billeteras y neobancos que necesitan conectarse entre ellos y con el resto del sistema financiero. Igualmente, las empresas de servicios públicos y las cajas de compensación (manejan la billetera digital de Compensar).
Hoy es una de las redes con mayor cobertura en todos los departamentos y con presencia en 80 % de los municipios del país. En su expansión regional también los benefició el hecho de que desde 2012 comenzaron a pagar subsidios del Gobierno.
Por ser corresponsales no bancarios, los comercios reciben comisión, que es como la ganancia por vender gaseosa. Albán asegura que, en los últimos cinco años, han pagado 150 millones de dólares en comisiones y hay algunas tiendas que han recibido hasta 1 millón de pesos al mes por este concepto. Las recargas siguen siendo el mayor generador de comisiones.
Al exterior
Con su amplia experiencia en openbanking, el plan de la empresa es ir de la mano de sus clientes con presencia internacional (Davivienda, Bancolombia o Claropay) a conquistar mercados como México, Perú, Panamá y Ecuador.
En 2021, a través de Puntored se movieron 8,5 billones de pesos, el doble de 2020. La transacción promedio fue de 38.000 pesos y la compañía obtuvo ingresos cercanos a 100.000 millones de pesos, al tiempo que su Ebitda se triplicó con respecto al año inmediatamente anterior.
En 2022, la meta es crecer 80 %, gracias a negocios con nuevas entidades financieras. “Nuestro proceso ha sido muy interesante, nos habíamos podido quedar como empresa de recargas, pero logramos montarnos en esta ola de digitalización y prestar servicios necesarios para un gran porcentaje de la población que no tenía acceso a la banca”, dice Albán, quien además emplea a 270 personas, la mayoría de ellos ingenieros de desarrollo de software.