A mediados de la década pasada se dio una de las movidas empresariales más relevantes del país, con la creación del Grupo Bios. Allí nació un gigante en la agroindustria al unir varias compañías de alimentos balanceados, genética, proteína animal y hasta logística. Siete años después, sigue mostrando su fortaleza, al pasar de una facturación de 2,7 billones de pesos en su comienzo, a 6,1 billones en 2022.
En el grupo están empresas como Contegral, Finca, Operadora Avícola Colombia y Avícola Triple A, entre otras. También tiene inversiones estratégicas en Agropecuaria Aliar –con su marca La Fazenda–, Grankarga y en operaciones portuarias.
Bios se consolidó el año pasado como la más grande de su sector, con un crecimiento del 30 por ciento, pero en un escenario en el que la inflación y las altas tasas de interés, más la volatilidad del dólar, la llevaron a retarse, una vez más.
El presidente del Grupo Bios, Santiago Piedrahita, destaca que en 2022 las utilidades consolidadas llegaron a 296.000 millones de pesos. Un resultado positivo que viene desde 2021 y que se justifica porque los “negocios tradicionales en volumen han venido creciendo significativamente”.
Reconoce que no la tuvieron fácil el año pasado, aunque esta industria ya tiene “callo” con la volatilidad del dólar. “Este tipo de organizaciones han desarrollado en el tiempo capacidades para gestionar la volatilidad, para gestionar esos riesgos y finalmente somos negocios de largo plazo, que gestionamos la rentabilidad”.
Sin embargo, ‘el coco’ del año pasado fue la inflación. Piedrahita considera que es “un tema que impacta en salarios, energía, fletes, tasas de interés y una tasa de cambio con casi 19 por ciento de incremento”. Sumado a ello, “esta industria tuvo una exposición a unos costos elevadísimos que generaron una inflación adicional proveniente de temas que ocurrieron en las materias primas a nivel internacional”.
Se refiere al impacto en los commodities por la guerra entre Rusia y Ucrania, que repercutió en los mercados de granos. Se sumó a este panorama la gran sequía que se dio en Argentina y que tuvo implicaciones en la cosecha de soya particularmente.
Todos estos factores generaron un gran impacto en esta cadena, cuyas materias primas principales, como el maíz y la soya, se vieron afectadas todo el año, lo que repercutió en un incremento del 40 por ciento en su precio. A su vez, esta alza hizo que el Grupo Bios aumentara sus precios en el mercado en alrededor de 24 por ciento.
Ante este escenario macroeconómico y su impacto en el mercado nacional, la respuesta de este holding fue, primero, garantizar el suministro: “No hay materia prima más costosa que la que no hay”, anota Piedrahita. La segunda salida fue acudir a la innovación para desarrollar nuevos productos que atendieran las necesidades específicas de los clientes, así como rediseñar procesos y buscar eficiencias. Y la tercera era proteger el empleo.
La prudencia ha sido la constante en el manejo de las deudas para esta organización. Sin embargo, aunque no estaban muy endeudados y la deuda fue tomada en pesos, el rubro financiero se duplicó por el aumento de tasas.
Año retador
El 2023 ha sido un año retador para las empresas colombianas por la desaceleración económica, y el Grupo Bios no ha estado exento de esta realidad. “Es un año en el que vemos un consumidor con baja capacidad de gasto, más cauto y que ya seguramente llenó sus cupos de endeudamiento”, dice Piedrahita.
Bajo este escenario, ven que los negocios de nutrición animal “crecen poco, pero crecen”. Por el contrario, los negocios de consumo masivo, que llegan al consumidor final, no están creciendo porque es ese segmento el que registra una mayor contracción en la demanda.
Ante ello, espera poco crecimiento en el volumen y menores utilidades comparadas con las del año pasado, “no solamente por esta dinámica de negocio, sino porque este año seguimos con la afectación de la tasa de interés que genera un gasto financiero alto. Y, adicionalmente, este año también tenemos un impacto tributario mayor que el del año pasado”, explicó Piedrahita.
Con esta foto del primer semestre del año, la proyección que hacen para el segundo semestre de 2023 es que “definitivamente sentimos que va a ser un año relativamente flojo en términos de volúmenes, de crecimientos y en utilidades también. Por eso obviamente estamos haciendo muchas cosas para tratar de enfrentar ese entorno y no simplemente quedarnos ahí, mirando la cosa y quejándonos”.
Y entre lo que están haciendo para solventar este año retador está la revisión de los procesos para garantizar eficiencia operacional e invertir. Han estructurado un vehículo en el que en los próximos cinco años pondrán 50.000 millones de pesos en startups y en emprendimientos asociados a su core del negocio, que es la nutrición.
En total, este año la inversión será de 130.000 millones de pesos, que incluye el montaje de 11 megavatios de energía solar en ocho parques solares. También cobija el aumento de las siembras propias, en especial para que el país crezca en su capacidad de siembra de maíz y soya.
Además, Grupo Bios entrará a nuevos negocios. Tiene un acuerdo de compra del ciento por ciento de las acciones de CI Antillana, una empresa relevante en la industria de pescados y mariscos en Colombia. Actualmente, espera el aval de esta transacción ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), con el que fortalecerían el portafolio de proteínas para consumo humano, en donde están ya con pollo, huevo y cerdo.
Le preocupa la inseguridad que se está sintiendo en Colombia y también está a la expectativa de la aprobación de las reformas, como la laboral, que podrían impactar más en la capacidad de compra del consumidor final.
Bios avanza desde hace un lustro en el proyecto de crear cada año 50.000 nuevas hectáreas cultivables de maíz y soya que permitan, en 12 años, que el 40 por ciento de la producción sea local.
Sin embargo, en el corto plazo, está a la expectativa de la revisión del TLC con Estados Unidos, la cual podría afectar la compra de maíz. “El país importa 6 millones de toneladas de maíz y cerca de 2,5 millones de toneladas de torta de soya y soya, pero Colombia no es capaz de producir de un día para otro todo eso (…) Si le ponemos un arancel al maíz, no vamos a lograr que la producción de esos 6 millones de toneladas se dé en los próximos años”, puntualizó Piedrahita.