La supervivencia de los negocios, y en especial el mantener la liquidez, se ha convertido en uno de los mayores retos para muchos empresarios. Luis Zarruk, economista y MBA, aborda este problema en su libro El pez muere por su boca, las empresas por su caja. En él, Zarruk resalta que muchas quiebras empresariales podrían evitarse si se administrara mejor “la caja”, en lugar de centrarse exclusivamente en las utilidades contables.
La “caja”, o liquidez de una empresa, es el dinero disponible en efectivo o en cuentas bancarias en un momento determinado, pero lo más importante es la dinámica de cómo este dinero entra y sale día a día. Según Zarruk, muchos empresarios tienden a enfocarse en las utilidades contables, que si bien son importantes, no representan de forma fiel la salud financiera de una empresa. “Las empresas son monstruos devoradores de caja”, explica Zarruk, al referirse a cómo las compañías necesitan dinero constante para operar, pagar impuestos, adquirir materia prima y mantener el negocio a flote.
En el libro, Zarruk destaca que muchos empresarios priorizan las utilidades contables por encima de la caja, lo que puede llevar a decisiones peligrosas, como la distribución de dividendos sin contar con la liquidez necesaria. “A corto plazo pudiera parecer sostenible, pero a largo plazo es una receta para la quiebra”, advierte Zarruk, señalando que esta práctica pone en riesgo la estabilidad financiera de las empresas.
Además, el autor destaca que este error es común no solo en grandes corporaciones, sino también en pequeñas y medianas empresas (pymes). Los empresarios, ansiosos por mostrar buenos resultados, suelen olvidar que sin caja, el negocio no puede operar. Y aunque las utilidades pueden ser manipuladas contablemente, la caja es la realidad tangible que define si una empresa puede cumplir con sus compromisos financieros.
El problema, según Zarruk, es que muchas empresas no utilizan herramientas simples y accesibles para mejorar su caja. En su libro, ofrece una serie de técnicas fáciles de implementar que pueden ayudar a las empresas a generar liquidez de manera más eficiente. Estas herramientas están diseñadas para acelerar la velocidad a la que se mueve el dinero dentro de la empresa, lo que resulta crucial en tiempos de incertidumbre económica.
Por otro lado, uno de los puntos clave que menciona Zarruk es que la caja no es solo una métrica financiera, sino una señal de la salud general del negocio. “La caja es la sangre que fluye a través del sistema de una empresa. Sin ella, no hay manera de sobrevivir”, comenta. Por lo tanto, aprender a gestionar adecuadamente la caja debería ser una prioridad para cualquier gerente o propietario de negocio.
Zarruk también hace énfasis en el impacto que tiene la falta de caja en el crecimiento empresarial. Aunque muchas empresas muestran un crecimiento sostenido en términos de ventas o utilidades, este crecimiento puede ser ilusorio si no está respaldado por una sólida gestión de la caja. “Una empresa puede estar vendiendo mucho, pero si no tiene suficiente caja para financiar su operación diaria, eventualmente entrará en problemas”, advierte.
El correcto o ineficiente manejo de la caja, además de definir la estabilidad de la empresa, también tiene repercusiones a nivel macroeconómico, especialmente en un país como Colombia, donde las pequeñas y medianas empresas representan una parte considerable de la actividad económica. Las pymes, que en su mayoría carecen de acceso fácil al crédito, dependen aún más de una gestión eficiente de su caja para mantenerse operativas.
Dado su papel clave en la economía, las pymes prometen ser un actor fundamental para la reactivación económica. Por eso, entender y gestionar adecuadamente la caja puede marcar la diferencia entre sobrevivir o desaparecer en este contexto tan desafiante. Con el enfoque correcto, las pequeñas y medianas empresas pueden convertirse en el motor del crecimiento, siempre y cuando prioricen la administración de su caja para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.
Con el panorama económico actual, marcado por la inflación y el aumento de los costos operativos, Zarruk subraya que es más importante que nunca que las empresas, especialmente las pymes, adopten una mentalidad centrada en la caja. Para él, esta es la clave no solo para sobrevivir, sino para crecer de manera sostenible.