Mientras que muchos creen que en materia de tecnología, el futuro es inalámbrico, en la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB) están convencidos que la fibra óptica tiene mucho potencial y por eso están a punto de concretar uno de los proyectos estratégicos que definirá el futuro de esta compañía de aquí a 2030.
Se trata de crear la primera red neutral de fibra óptica de Latinoamérica. Esto es, desplegar cable para alcanzar un universo posible de clientes de 2,4 millones de hogares en la ciudad-región, pero poniendo esta infraestructura al servicio de cualquier operador. El negocio consiste en cobrar el “peaje” por el uso de esa autopista.
Así lo explica el presidente de la ETB, Sergio González Guzmán, quien aseguró en entrevista con Semana-Dinero que solo están a la espera del pronunciamiento de la Superintendencia de Industria y Comercio para sacar adelante el acuerdo con Ufinet, una filial de Enel, que tiene en Italia la más poderosa red neutral de fibra óptica de Europa. Esta compañía además de administrar la autopista, construirá una red adicional que quedará con capacidad para servir a 2,4 millones de usuarios; esto es, el doble de la capacidad actual.
Este es el proyecto más ambicioso de la ETB en estos momentos, dice el directivo, porque le permitirá incursionar en un negocio completamente novedoso y con gran potencial.
Hacia futuro, aunque las tecnologías móviles van a seguir evolucionando, deben tener soporte en fibra óptica que permita cargar toda la información que se está empezando a mover a través de las redes. Solo la fibra óptica ofrece esa capacidad de transporte de datos.
El acuerdo con Ufinet implica la creación de una empresa que administrará el acceso al uso de la red existente y que construirá más red en mercados con potencial crecimiento no solo en la Capital sino en la Ciudad Región: esto es en municipios vecinos como Chía, Cajicá o Cota, entre otros, que hoy muestran una demanda creciente.
“Este es el proyecto más importante para mí y el de mayor impacto. Es como una autopista: la fibra tiene una capacidad muy grande y un costo de inversión enorme. Lo que no puede pasar es que cada operador construya su propia red de fibra óptica porque eso crea ineficiencia de inversión. Nosotros vamos a abrir esta red al mercado. Así, cualquiera de los operadores puede usar esta red y pagar por el uso, con lo que se ahorra inversión en infraestructura y puede destinar más recursos a la operación”, explicó González.
Eso significa que Movistar, Tigo, Claro y cualquier otro operador pueden montar su servicio a través de esta red. Inclusive lo puede hacer cualquier otro operador que aún hoy no esté en Colombia. “Impactamos a todo el mercado y evitamos el caos de redes paralelas”, comentó el ejecutivo.
El aliado escogido tiene una tradición en este negocio, especialmente en Italia. “Encontramos un aliado que es Ufinet una filial de Enel, un operador enorme y con experiencia en conformación de redes neutrales. Actualmente tienen la red más grande de Europa en Italia y todos operan a través de esa red. Firmamos un acuerdo con ellos que está en análisis en este momento ante la SIC”, confirmó.
Esto le permitirá a la ETB ampliar su zona de influencia e incluir más clientes en ciudades vecinas, porque allí se encuentran mucho potencial de crecimiento. El nuevo foco para la empresa es de ciudad-región, explicó González.
La meta es que en dos o tres años se complete la totalidad de la nueva infraestructura y en este lapso se va a ir abriendo la red al mercado.
González, que ya había estado en la ETB, recuerda que hace ocho años la compañía estaba fundada en los cables de cobre. “En una década logramos darle la vuelta a esta empresa y convertirla en una compañía de fibra óptica”, comentó.
El plan estratégico de la compañía está pensado de aquí a 2030 e incluye profundizar su digitalización y abrir nuevas fuentes de ingreso como esta de monetizar su infraestructura. González llegó al cargo en marzo de 2020, así que le ha tocado administrar la firma en medio de la pandemia.
“Después de 14 meses hemos cumplido todo lo que teníamos en mente a pesar de la pandemia. La pandemia ha sido una oportunidad, porque nos ha permitido sacarle provecho a la digitalización y a la conectividad que es la ventaja que tiene la ETB”, explicó.
Utilidades y usuarios
Destaca que los resultados ya se han empezado a ver: cerraron el primer trimestre de este año con utilidades por $ 14.576 millones, un ebitda de $ 110.338 millones e ingresos totales por $ 345.000 millones.
Pero lo más importante fue el cambio de tendencia en el número de usuarios.
“Cerramos 2020 por primera vez en ocho años con crecimiento en el número de clientes; en el año más duro de la historia para la humanidad logramos aumentar clientes y conectamos 4 veces más usuarios en fibra que en 2019”, explicó.
Se refiere a que hoy tienen 520.000 usuarios en fibra óptica, 125.000 más que los 395.000 de 2019. Actualmente ETB tiene 1′226.000 usuarios, de los cuales 904.000 son de banda ancha y 520.000 de esos en fibra óptica.
“Las cifras son impresionantes. En el mes récord del año pasado logramos 32.000 clientes conectados. Eso equivale conectar un cliente nuevo cada 2,8 minutos”, explicó.
La apuesta por infraestructura de banda ancha en fibra óptica les permitió ser el primer operador en ofrecer 500 megas de velocidad a los hogares. Para González, hace dos años era impensable 500 megas para usuarios del hogar, porque ese era un servicio solo disponible para las empresas.
El presidente de la compañía cerró señalando que la ETB es un activo clave para la conectividad de la ciudad y de la región y esto significa cerrar la brecha digital entre toda la ciudadanía. Por eso, la actual administración no está considerando en vender la compañía.