Las empresas y los trabajadores son el gran motor de la economía del país. Sin embargo, los paros nacionales, las protestas y problemas de orden público afectan la economía colombiana. Según la encuesta de Confecámaras sobre el efecto en las empresas por la coyuntura social y orden público, el 22,2% de los encuestados aseguró que suspendió su operación por temas de bloqueos.
Otras cifras revelaron que cuándo existe un problema originado por paro o protesta se pierden hasta cinco empleos por empresa y El 75,6% ha operado por debajo de la mitad de su capacidad o se ha visto obligado a cerrar. Eso sin contar que no pueden entregar sus productos o recibir los insumos de su producción.
Con toda esta problemática muchas se quedan sin de resolver el problema y por eso ya deben contar con mecanismos que prevean este tipo de problemáticas por medio de gestión de riesgos para leer el entorno y prevenir crisis operacionales en el 2023.
Un ejemplo cercano a esta situación se pudo ver hace poco en El Guavio, en donde manifestantes decidieron bloquear las vías principales durante varios días, solicitando a la gobernación y la empresa de energía Enel que arreglará las mismas. El hecho generó que dos unidades de la central hidroeléctrica fueran declaradas indisponibles tras no poder adelantar los mantenimientos requeridos en la operación, lo que, en su momento, señaló el directivo de la compañía se iba a traducir en mayores costos de energía para toda la población.
Como este, suceden múltiples casos en Colombia y otras regiones latinoamericanas, por lo que la gestión de riesgos sociales se posiciona como una herramienta clave para el mejoramiento de estos entornos. Según Guillermo Pattigno, cofundador de ACD Consultores, experto en construcción de entornos prósperos y sostenibles, “este tipo de estrategias son imprescindibles para reducir las consecuencias negativas de eventos inesperados como consecuencia de problemas de orden público.
El experto agregó que no se debe esperar a tener el problema y que esto se puede prever “con ‘Diálogos Sostenibles’, que es básicamente una herramienta con la que se busca desarrollar estrategias preventivas dentro de las empresas, para que las organizaciones tengan un mejor relacionamiento con su entorno, con las comunidades, las instituciones y la sociedad civil, para desarrollar planes de acción más solidarios y amigables y de esta manera evitar que se paralicen las empresas o se corra en riesgo la integridad de sus empleados.
Para lograr éxito en este proceso se debe realizar conocer las realidades del territorio, se establecen estrategias, mecanismos e instrumentos con base en la identificación de los riesgos principales que enfrenta la empresa, proyecto o área de negocio.
Para evitar que las organizaciones colapsen en un momento de crisis también deben hacer una simulación de posibles crisis, el experto sugiere que “La idea, es trabajar esto con los equipos encargados de las áreas de la empresa, para qué de esta forma, en caso de que los hechos se materialicen, se puedan atender de forma inmediata y la organización no tenga que detener durante varios días su operación, se generen pérdidas económicas y las comunidades o los trabajadores tampoco se vean afectados. Lo primordial es establecer diálogos”
Cabe resaltar que este tipo de prácticas deben estar bajo el marco de las estrategias de Gestión de Riesgos, un área que se volvió más que necesaria en la actualidad para las organizaciones, y que según la encuesta de Deloitte sobre Gestión de Riesgos Empresariales, le permitiría al 76% de los responsables de esta área, responder eficazmente si mañana hubiese una emergencia importante.
En el mismo informe se añade que tan solo el 49% de las compañías tienen manuales para solucionar contingencias y solo un 32% realizó simulaciones alguna vez, representadas en temas operativos, pero los datos no son iguales en cuanto a riesgos sociales, que la mayoría no contempla.
El no llevar adelante este tipo de estrategias de manera efectiva puede afectar diferentes niveles de la cadena de valor de la organización y causar pérdidas significativas en las ventas, bloqueos e interrupciones de la operación, incidentes de seguridad, afectación de la marca, reclamaciones, multas, entre otras cosas.
En el futuro de estas prácticas preventivas, las tecnologías también jugarán un papel para optimizar sus procesos, ya que facilitarán por medio del uso de data e inteligencia artificial la identificación temprana de una posible crisis, además que logrará determinar los escenarios y las soluciones para atenderla de la mejor manera.