En una arrolladora votación, el pasado miércoles 21 de agosto el Concejo de Medellín aprobó la enajenación de las acciones que EPM tiene en Tigo-UNE. Con ese visto bueno, la compañía de servicios públicos se podrá desprender de la empresa de telecomunicaciones, en un proceso que lleva varios intentos.
A diferencia de la administración de Daniel Quintero, la de Federico Gutiérrez logró el respaldo de la mayoría de la corporación, al conseguir 16 votos a favor y 5 en contra.
Esta es una operación que ha generado gran expectativa entre quienes están a favor y la consideran una buena oportunidad para que las entidades públicas salgan de un negocio muy competido, que requiere elevadas inversiones y que cada vez se concentra más, así como de quienes están en contra y piensan que al ser las telecomunicaciones un sector neurálgico, es más que necesario contar allí con participación estatal.
En medio de esta discusión, se acaba de conocer una comunicación del expresidente Álvaro Uribe, quien conoce sobre este tipo de enajenaciones, pues durante su gobierno llevó a cabo la liquidación de Telecom y su posterior asociación con Telefónica para crear Colombia Telecomunicaciones, otra firma que formaría parte del negocio en que el la multinacional Millicom compraría el 50 % que le falta de Tigo, así como todo el negocio de Telefónica en Colombia, para luego fusionar las dos compañías.
Precisamente, Uribe hizo una propuesta en un comunicado que publicó en su cuenta de X, para que la polémica que se ha desatado alrededor del precio de la enajenación se pueda resolver. “Algunos estiman que la tendencia universal y los resultados de la empresa son contrarios a una expectativa de buen precio. Otros, por el contrario, creen que la expectativa de una compra por parte de Millicom, el socio de EPM, a Telefónica de España, es un elemento que le da un valor importante a la empresa”, indicó, y agregó que esa expectativa puede hacer parte de la valoración. “Creo que se debería insertar en la venta una cláusula de participación de EPM en las utilidades que obtenga el comprador por un futuro negocio como puede ser el que se llegara a plantear con Telefónica o con otra empresa”, anotó.
Su sugerencia es que para aplicar dicha cláusula se defina un período posterior a la venta, en el que se deberá concretar el cierre jurídico del futuro negocio.
Uso de los recursos
El líder del Centro Democrático también hizo propuestas sobre el uso de los recursos de este negocio, el cual se ha dicho que podría ser de 1.000 millones de dólares, de los cuales 400 millones son para la compra de Telefónica.
“El dinero no debería gastarse en pagar las obligaciones del Gobierno distrital ni su Plan de Desarrollo. Estos dineros deberían dedicarse a otra inversión que genere utilidad financiera y utilidad social”, consideró el exmandatario y recomendó, por ejemplo, una propuesta del concejal de Medellín, Luis Guillermo Vélez Álvarez, quien han hablado de crear microcentrales de generación de energía, que causarían utilidades financieras y sociales, dado que serviría para ayudar a atender el faltante de energía que se estima en los años que vienen, al tiempo que generaría recursos para hacer inversión social.
“Esto es simplemente para citar un ejemplo e insistir de manera general en que la inversión sustituta debe ser generadora de utilidades financieras y sociales. La historia de los negocios de telecomunicaciones puede ser discutible, pero ahora hay que enfrentar esta realidad”, reiteró Uribe.