La quiebra es uno de los procesos a los que cualquier empresa puede quedar expuesta. Esta situación normalmente se desencadena cuando una compañía cuenta con problemas financieros graves o difíciles de maniobrar, que la obligan a reestructurar sus acuerdos de pago o a mediar con los acreedores para maniobrar la situación.
Normalmente, el proceso de quiebra conlleva varias etapas. La primera de ellas es el acogimiento a una ley de quiebras, en donde una empresa decide declararse en insolvencia para que la legislación del país en el que funciona permita una negociación con los diferentes actores que capitalizan a la empresa.
En ese punto, algunas empresas logran llegar a acuerdos y tras un proceso pueden salir a flote nuevamente. En los casos más devastadores, las empresas no logran pagar sus deudas pese a los acuerdos y terminan liquidando sus activos, haciendo despidos masivos y disolviendo todo su patrimonio para responder a los acreedores.
Una famosa empresa de bicicletas del mundo estaría viviendo este flagelo actualmente. Se trata de la empresa Vorarlberg Simplon, un fabricante dedicado al negocio deportivo y que desde hace varios años viene enfrentando problemas económicos, que se han agudizado con el paso del tiempo.
De acuerdo con el medio local Kronen Zeitung, la empresa tiene un panorama complicado, pues aunque el año pasado ya pasó por una primera reestructuración, nuevamente tuvo que declararse en insolvencia al enfrentar un patrimonio negativo. Es decir, sus deudas o pasivos superan con creces los activos con los que cuenta.
Los primeros datos apuntan a que la empresa tiene deudas por 44 millones de euros, mientras apenas cuenta con pasivos de 33,2 millones de euros. Es decir, hay una diferencia de casi 7,3 millones de euros. El medio citado reportó que, tras la solicitud de una nueva reestructuración, la empresa tendría que hacer un pago del 30 % de la deuda a acreedores en un plazo de dos años.
Es preciso recordar que la empresa fue fundada en 1961 y desde ese momento se convirtió en una insignia en el mercado de Austria y también en el mercado alemán. La compañía asegura que son varios los problemas que han traído consigo el aumento de la deuda, como por ejemplo una fuerte competencia y una elevada presión en el negocio de las bicicletas.
Actualmente, la empresa cuenta con opciones limitadas para salir a flote. Una de las más adecuadas sería encontrar un socio capitalista que pueda inyectar el dinero necesario para que esta pueda asumir sus deudas y al mismo tiempo continúe su operación con normalidad. La mayoría de las obligaciones que enfrenta actualmente son netamente con entidades bancarias.
Otra marca insignia también enfrentó la quiebra
Tupperware, reconocida marca de utensilios de cocina de plástico, confirmó la semana pasada una triste noticia para sus empleados y proveedores, luego de que se declarara en quiebra el pasado miércoles 18 de septiembre. Esta compañía revolucionó el almacenamiento de alimentos después de la Segunda Guerra Mundial y se consolidó en Estados Unidos a mediados del siglo XX, pues vendían coloridos productos.
La empresa, con sede en Orlando, Florida, manifestó mediante un comunicado oficial que estaba buscando protección del Capítulo 11 por bancarrota, debido a que lleva luchando desde hace tiempo para revitalizar su negocio principal. Sin embargo, precisó que no han conseguido una oferta de adquisición sostenible.
La compañía señaló en su declaración de quiebra que el alejamiento de los consumidores de las ventas directas, que constituyen la gran mayoría de sus ventas, ha afectado duramente al histórico negocio.
Tupperware puntualizó que planeaba, por el momento, continuar operando durante el procedimiento de quiebra y que buscaría la aprobación judicial para una venta “con el fin de proteger” la marca.