El sector de la agricultura se prepara para afrontar el fenómeno del niño. Una temporada seca que contrasta con la extendida época de lluvias que vivió el país durante el 2022, y principio del 2023, y que tendría varios efectos adversos para los productores. Si bien algunas otras industrias estarían afectadas, las consecuencias de la sequía atentaría con la seguridad alimentaria del país.
Solo por tomar referencia, el sector de la energía ya estaría viendo los efectos del fenómeno del niño, dicho por la ministra de minas, Irene Vélez Torres, se está comenzando a demandar más la producción térmica, lo que se traduce en ajustes tarifarios. Pero en el agro, las consecuencias usualmente son pérdidas, primero porque se pueden perder las cosechas, segundo porque los animales son uno de los principales afectados, y finalmente porque pueden impactar los precios de algunos alimentos.
Varios sectores ya están tomando medidas para mitigar los efectos de estas sequías, que ya se están sintiendo en gran medida en varias regiones de Colombia. Por ejemplo, desde la Gobernación del Huila, ya le están pidiendo a los productores agropecuarios tomar medidas por la disminución en las lluvias, siendo los ganaderos uno de los principales afectados por la sequía.
“Las predicciones nos dicen que se va a registrar un 20% de reducción en las lluvias durante los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre, y esto implica que nos va a tocar definir medidas como el almacenamiento de alimentos para ganado bovino, por lo que le estamos pidiendo a los ganaderos que elaboren silos, produzcan heno. De igual manera, los productores agrícolas, que están pensando en siembras durante el segundo semestre de 2023, las aplacen un poco para que las altas temperaturas y la disminución en las precipitaciones no afecte los sembrados, e igualmente replanten prácticas como las quemas agrícolas que pueden llegar a salirse de control y convertirse en incendios de cobertura vegetal”, agregó Dilberto Trujillo Dussán, secretario de agricultura del departamento.
Muchos otros sectores también ya están tomando cartas en el asunto, por ejemplo, la Federación Nacional de Cafeteros, presentó el boletín agrometeorológico, donde destaca que julio, uno de los meses que hace parte de la segunda temporada con menos lluvias en Colombia. De hecho, las precipitaciones podrían bajar entre el 20 y el 60%, esto podría traer afectaciones en la producción de uno de los principales cultivos del país.
Fedecafé asegura que departamentos como La Guajira, Magdalena, César, norte de Santander, Boyacá, Antioquia, caldas, Risaralda, Cundinamarca, Tolima, Valle del cauca, Nariño, entre otros, serían los que más notarán la disminución en las precipitaciones.
“El uso racional del agua es imprescindible en el beneficio ecológico del café. Es recomendable la implementación de tecnologías que demanden bajos consumos de agua, como tolva seca, despulpado sin agua y equipos para el lavado como Ecomill o tanque tina. Igualmente, haga uso eficiente del agua para el lavado de pisos y equipos, y para el transporte hidráulico de café lavado. Recuerde que el volumen de agua condiciona el tamaño y el funcionamiento de los sistemas de tratamiento”, es una de las recomendaciones que se le hacen a los cafeteros.
Si bien hasta el momento se ha descartado problemas de en el abastecimiento de agua, muchos sectores ya se alistan ante una eventual escasez, la recomendación que se estaría haciendo es aprovechar los breves momentos de lluvias, y reservar estas para realizar algunas actividades que demanden el preciado líquido.
Además, en caso de ser necesario, sugieren posponer por algunas semanas o meses, las labores de siembra, con el fin de proteger los cultivos, además que se pueda optimizar al máximo la cosecha.