Esta semana los empresarios colombianos se despertaron con un dólar que ronda los $4.000, noticia que para algunos exportadores puede ser muy beneficiosa pero que, en términos generales, puede ser una problema el aparato productivo nacional, que en buena parte es importador de materias primas.

Lo primero que hay que mencionar es que la Tasa Representativa del Mercado (TRM) en Colombia ha estado toda la semana sobre los $3.950 por dólar y que, en medio de las negociaciones diarias, la moneda norteamericana ha pasado la barrera de los $4.000, algo que no se veía desde abril del año pasado, en pleno inicio de la pandemia y lo que ello conllevó.

Desde diferentes gremios y empresas se han hecho anuncios de preocupación sobre la situación actual de la tasa de cambio, pues la mayoría han señalado que Colombia, más que un gran exportador, es un país importador, lo cual encarece la producción de bienes y puede impactar negativamente en la inflación de los próximos meses.

De igual manera, preocupa el tema de la balanza comercial, pues al tener un dólar mucho más caro, es probable que la diferencia de pagos siga creciendo de manera negativa.

La presidente de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi), Rosmery Quintero, le dijo a SEMANA que las mipymes ya se estaban viendo afectadas por los precios de las materias primas, antes de la devaluación, debido a una menor oferta en el mercado, lo cual ha incrementado su valor.

Ahora, con un mayor precio del dólar, se van a juntar ambas variables y van a encarecer los costos de producción para los empresarios colombianos, manifestó la dirigente gremial. “Durante la pandemia, por el desabastecimiento, se incrementó el precio de las materias hasta en un 100 %”, explicó Quintero.

Rosmery Quintero, presidenta nacional de Acopi. | Foto: Foto: Cortesía Rosmery Quintero.

De igual firma, la ejecutiva destacó que esto no sería grave si no fuéramos grandes importadores, pero las mipymes lo son y, en este momento, “somos muy bajos en representatividad de exportaciones”, por lo que hizo un llamado a acompañar a estas empresas en procesos de ventas al extranjero.

Por otra parte, desde Anato, el gremio que reúne a las agencias de viajes, se señaló que la devaluación del 16 % del peso colombiano este año ha reducido los flujos de inversión en el mundo, lo que ha ocasionado gran preocupación para el gremio y el turismo, pues si bien los últimos meses se han reportado importantes avances en los flujos de colombianos hacia el exterior, pese a la subida del dólar, esto podría repercutir en efectos negativos para el sector en lo que resta del año.

Aunque los empresarios señalan que el aumento del precio del dólar está relacionado a factores externos, como la pandemia, nuevas variantes y situaciones internacionales, la situación no deja de ser preocupante.

“Colombia ha sido uno de los países más afectados por la disminución en los flujos de capitales con ocasión de la pandemia y la incertidumbre económica que genera, por ende, consideramos que se deben realizar esfuerzos para propender por la estabilización de la tasa de cambio, por ejemplo, a través de medidas como el aumento de la inversión extranjera directa”, explicó Paula Cortés Calle, presidente ejecutiva de Anato.

Paula Cortés, Anato. Archivo SEMANA

De igual manera, la dirigente gremial resaltó que el impacto también se vería en las próximas reservas de viajes por parte de los colombianos, teniendo en cuenta que los productos y servicios turísticos aumentarían sus costos. De continuar esta situación, se afectaría gravemente la recuperación del turismo emisivo, lo que a su vez repercutiría en la disminución de los ingresos de las agencias.

Por el lado de Asobancaria, la apreciación está más relacionada con la inflación. El presidente de la Asociación, Hernando José Gómez, explicó que las experiencias pasadas dicen que, primero, la tasa de cambio colombiana tiende a sobrerreaccionar.

“Hay un fortalecimiento del dólar en todo el planeta, que se ve en Latinoamérica. Las monedas de Perú y Chile se han devaluado más que la colombiana y el peso colombiano lo ha hecho al mismo ritmo que el real brasileño”, indicó.

Gómez añadió que han visto que son tres productos agrícolas los que pueden recibir el impacto, pero no cree que eso lleve a una transmisión generalizada. “Lo que se ha visto en la economía colombiana es que ese proceso es lento, que el mercado también sabe que esas devaluaciones se devuelven parcialmente, que la mayoría de los importadores hoy utilizan coberturas cambiarias, forwards, por lo que no les impacta inmediatamente”.

Hernando José Gómez. Presidente de Asobancaria. | Foto: Juan Carlos Sierra

Si se mantiene esa tasa de cambio a $4.000, en el primer semestre de 2022 se vería ese impacto, pero por ahora no debería haber un impacto fuerte, salvo en algunos productos que se compran de manera spot, afirmó el experto.

Por último, desde Fenalco se pidió una mayor intervención del Banco de la República para estabilizar el precio del dólar, teniendo en cuenta la pronunciada devaluación del peso que está alcanzando niveles históricos y que preocupa a los comerciantes, sobre todo en este momento coyuntural.

De acuerdo con Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, el tema ya empieza a preocupar a los empresarios colombianos, especialmente por el encarecimiento de partes, piezas y productos terminados que deben ser importados y materias primas para la industria y la agricultura.

“Seguramente impactará en el precio de algunas mercancías, que sumado a un dólar alto puede generar efectos inflacionarios”, explicó el vocero de los comerciantes, quien agregó que es fundamental estimular la inversión extranjera y las exportaciones para aumentar la entrada de divisas al país.