Crear nuevos productos, servicios o formas de hacer las cosas no es tarea sencilla, mucho menos en épocas de pandemia global, cuando numerosas empresas están más preocupadas por sobrevivir que por ganar participación de mercado. No obstante, la experiencia de las grandes corporaciones globales está demostrando que innovar es hoy más importante que nunca, así como es necesario seguir invirtiendo en investigación y desarrollo para crear más valor y no quedarse atrás en la carrera por la cuarta revolución industrial.
Un estudio reciente del Boston Consulting Group, reseñado por el portal Visual Capitalist, identifica a las empresas más innovadoras del mundo y señala que todas tienen en común la producción de servicios o productos disruptivos que impactan positivamente su rentabilidad, al tiempo que registran una buena imagen en este aspecto frente a sus pares. En otras palabras, no solo hay que ser innovadores, sino también parecerlo.
Paralelamente, la agencia Bloomberg publicó su Índice de Innovación 2021, en el que se evidencia que la lucha contra la covid-19 ha sido un motor para esta actividad y va desde los esfuerzos de los gobiernos para contener la pandemia, pasando por la infraestructura digital, que ha permitido que las economías la superen, hasta la carrera para desarrollar vacunas.
Con el coronavirus y la urgencia por frenar el cambio climático, la innovación se vuelve cada día más necesaria. Ya no solo se requieren nuevas ideas, productos y servicios, sino que estos sean comunicados y adoptados de manera masiva.