El gigante estadounidense de microprocesadores Intel informó que llegó a un acuerdo definitivo para la adquisición del fabricante israelí de chips analógicos y circuitos integrados Tower Semiconductor por 5.400 millones de dólares, según anunció la multinacional, que espera cerrar la transacción en el curso de los próximos doce meses.
La operación, aprobada por unanimidad por los consejos de administración de ambas empresas, contempla el pago de 53 dólares en efectivo por cada título de Tower Semiconductor, lo que supone una prima del 60 % respecto del precio de las acciones de la empresa en la sesión de ayer.
Intel Foundry Services (IFS) y Tower Semiconductor funcionarán de forma independiente hasta el cierre de la operación, cuando Intel pretende que las dos organizaciones se conviertan en un negocio de fundición totalmente integrado. La compañía de Santa Clara tiene la intención de financiar la adquisición con efectivo de su balance y confía en que la transacción aumente inmediatamente el beneficio por acción.
“La cartera de tecnología especializada de Tower, el alcance geográfico, las relaciones profundas con los clientes y las operaciones de servicios prioritarios ayudarán a escalar los servicios de fundición de Intel y avanzar en nuestro objetivo de convertirnos en un proveedor importante con capacidad de fundición a nivel mundial”, dijo Pat Gelsinger, consejero delegado de Intel.
“Este acuerdo permitirá a Intel ofrecer una variedad convincente de nodos de vanguardia y tecnologías especializadas diferenciadas en nodos maduros, desbloqueando nuevas oportunidades para clientes actuales y futuros en una era de demanda sin precedentes de semiconductores”, añadió Gelsinger.
Hace poco la compañía estadounidense también anunció que tiene previsto invertir 20.000 millones de dólares en la construcción de dos fábricas de chips en Ohio (Estados Unidos), con lo que espera crear hasta 10.000 empleados en la región, según informó el pasado 21 de enero en un comunicado.
La empresa espera con esta inversión elevar su producción lo suficiente como para hacer frente a la elevada demanda por los semiconductores. Estas dos nuevas fábricas “ayudarán a construir una cadena de suministros más resiliente y a asegurar un acceso confiable a los semiconductores en los próximos años”, subrayó el consejero delegado de la compañía, Pat Gelsinger.
En la fase inicial de este proyecto, Intel contratará directamente a 3.000 empleados. De su lado, la construcción implicará la creación temporal de 7.000 puestos de trabajo. La tecnológica estima que el proceso de producción en las fábricas también conllevará la contratación de “decenas de miles” de trabajadores a nivel local.
La escasez de chips a nivel global
La escasez de componentes que afecta a la industria electrónica global, en especial en la producción de procesadores, continuará teniendo impacto durante este año y algunos componentes concretos seguirán viéndose afectados en 2023, según las previsiones de Intel, una de las mayores compañías fabricantes de circuitos integrados.
El vicepresidente ejecutivo y gerente general de Client Computing Group de Intel, Gregory Bryant, abordó en una entrevista concedida a Gadgets360 las medidas que está tomando la compañía para combatir las restricciones actuales que vive el mercado.
La actual crisis de componentes ha causado escasez en industrias que van desde los ordenadores y dispositivos móviles hasta los vehículos. Como ya había afirmando anteriormente el CEO de Intel, Pat Gelsinger, la empresa cree que la escasez de suministros seguirá al menos durante todo este año 2022.
Sin embargo, Gregory Bryant va más allá y afirma que “aún hay algunas restricciones de la cadena de suministro en los componentes del año que viene que tendremos que resolver”. En concreto, el ejecutivo ha hecho referencia a algunos “pequeños componentes” de los procesadores, como nodos antiguos, que a pesar de no utilizar las últimas tecnologías son los responsables de la mayoría de retrasos en los productos finales.
Con información de Europa Press.