A solo una semana de la audiencia pública en la que se conocerá la propuesta concreta de salvamento de la cadena de tiendas Justo & Bueno, los arrendadores de 150 locales (son casi 1.000 en total, según las estadísticas que se han dado a conocer) están haciendo una petición expresa a la Superintendencia de Sociedades y es que los excluyan del salvamento que intentan hacer.

En una carta abierta que harán pública este jueves, insistieron en lo que ya han venido viviendo a través de solicitudes individuales o de grupos pequeños de arrendadores. “Pedimos la restitución inmediata de dichos locales en razón a que dependemos económicamente del ingreso generado por los arriendos”, argumentan.

Sobre todo, no parecen estar dispuestos a seguir con la espera para una reestructuración. “Estamos seguros de que de los 1.300 locales que dicen tener, los 150 que estamos unidos y con el deseo de que se materialicen las promesas hechas por el señor liquidador, no hacen la diferencia para un posible salvamento”, indicaron.

Por lo tanto, reiteraron en la solicitud de restitución: “Solicitamos que se nos indique la manera más expedita y práctica, para colaborar con la entrega de los muebles y equipos que hay dentro de los locales”, dicen en la carta a la opinión pública.

Trabajadores de Justo & Bueno volvieron a sus labores, con un salario diario que se paga de las ventas. | Foto: Guillermo Torres / SEMANA

Ya no dan más

En la carta que fue conocida por SEMANA, los arrendadores argumentan que no les pagan el canon de arriendo desde hace 16 meses, lo que ha llevado a que ellos mismos se hayan tenido que meter la mano al bolsillo para cumplir las obligaciones inaplazables, como son las tributarias.

“Por 16 meses, de nuestro pecunio hemos tenido que pagar a la Dian el IVA, que genera en las facturas de cobro; los servicios públicos están cortados por falta de pago de Justo & Bueno. Tenemos cobros y embargos de las empresas de servicios”, sostienen.

En el alegato con el cual le envían ‘una señal de humo’ a la Supersociedades, sostienen que están llenos de cobros jurídicos con entidades bancarias, ya que “muchos de estos inmuebles se construyeron con créditos, los cuales a la fecha nos están generando embargos y posibilidad de perder nuestros inmuebles”.

Prestaron hasta el gota a gota

El drama que describen los arrendadores es tal, que hasta tendrían encima los ‘chepitos’ que cobran a la brava. “Tenemos cobros de gota a gota o con personas externas, lo que –inclusive– está colocado en riesgo la integridad de muchos de los propietarios”. Eso sin contar con que el no pago de los arriendos los ha obligado a despedir empleados.

Van rumbo a la ruina

En su afán de pedir la restitución de los locales entregados en arriendo a Justo & Bueno en su época de ‘vacas gordas’, los arrendadores señalan que “el no pago del arriendo está arruinando y ha dejado desamparados a muchos de los propietarios negándoles el mínimo vital”.

Según refieren, están atrasados hasta con el pago del impuesto predial, lo que les acarreará mayores costos, por las sanciones previstas por extemporaneidad en el pago de las obligaciones tributarias. “Por efectos de ley, nuestros locales están ‘secuestrados’, impidiendo que puedan ser arrendados a mejores inquilinos”, dijeron.

Pérdidas irrecuperables

Desde la perspectiva de los arrendadores, muchos de los locales están deteriorándose y desvalorizándose, “debido al abandono que presentan los predios”.

“Situación de Justo & Bueno es ‘desastrosa’”

En lo que tiene que ver con la expectativa que hay, por las posibilidades de salvamento de la cadena, los arrendadores dicen que “no hay seguridad de que el negocio continúe de manera exitosa”.

De hecho, creen que la situación de Justo & Bueno “hoy es desastrosa”. Se refieren a una deuda que sería de más de 1,8 billones de pesos; pese a que está en reorganización desde marzo del 2021, “entró en liquidación parcial en mayo de 2022, con el beneplácito de la Superintendencia de Sociedades, pero incumple la ley (que los obliga a pagar los gastos administrativos, arriendos, sueldos, seguridad social)”, sostienen en la carta abierta.

Los arrendadores de locales ven con preocupación que el 85 % de los locales están cerrados. “No ejercen la actividad para lo que fueron arrendados”, y esa precisamente es la fuente de ingreso para tratar de honrar las obligaciones. “Los puntos que están abiertos al público no tienen mercancía para vender”, sostienen.

Según manifiestan los arrendadores, desde su perspectiva habría dificultades para recuperar la actividad de las tiendas, teniendo en cuenta que, ante la situación, “los clientes han migrado a otras marcas”.

Desconfían del salvamento

Al decir de los arrendadores, aunque hay sobre la mesa dos propuestas de salvamento, “ninguna nos genera confianza ni conocen el negocio”, sin contar con que, para ellos, Justo & Bueno “continuará siendo una empresa sin activos de respaldo”, aun si llegara a salvarse.

Promesas incumplidas

En la carta abierta, los arrendadores subrayaron que “desde que se inició el proceso de liquidación, el liquidador en varias oportunidades nos está diciendo que nos va a regresar los inmuebles, engañándonos y mostrando el desinterés por nuestra problemática. Por lo anteriormente expuesto, justificamos nuestra solicitud, aclarando que no nos oponemos al salvamento o venta de la marca, solo que no queremos ser parte de esa compañía”.