Con buenas perspectivas para lograr acuerdos con sus acreedores avanza el proceso de reestructuración de pasivos solicitado el 30 de abril pasado por la cadena de descuento Justo & Bueno a la Superintendencia de Sociedades.

La compañía acaba de reportar que hasta el momento ya el 65 % de sus acreedores le dieron su total respaldo a adelantar el proceso de reestructuración. Pero se sabe extraoficialmente que en los próximos días se confirmará el espaldarazo a este proceso de reorganización de los negocios por parte de un porcentaje adicional de acreedores. Hay quienes dicen que al menos el 90 % daría su voto positivo.

Justo y bueno en leticia | Foto: Cortesía Justo y Bueno

Lograr que haya una mayoría de votos a favor de realizar una reestructuración de pasivos es un paso clave para lograr que la compañía salga adelante y mantenga sus operaciones pero también la generación de empleo.

Como se sabe, la Superintendencia de Sociedades les exige a las empresas que buscan acogerse al proceso de reorganización realizar esta votación, pues es un requisito que permite que los creedores expresen su libre voluntad de acogerse o no.

El acuerdo contempla tres escenarios de pago, uno a 8 años con intereses, otro a 4 años con intereses, y otro que consiste en un pago anticipado de toda la deuda, con un descuento.

¿Qué viene ahora? Con la confirmación del respaldo mayoritario a la reestructuración, se espera que a mediados de agosto la Superintendencia de Sociedades realice la audiencia en la que estudiaría el caso y daría su aprobación al proceso. Este acuerdo además es fundamental para conocer el rumbo que tomará la empresa: si mantendrá su decisión de seguir operando con el mayor apoyo de sus actuales accionistas o si contempla vender su operación a un tercero.

Hasta el momento varias cadenas de comercio tanto del país como del exterior han expresado su interés por participar en una eventual compra de esta compañía. Se especula que ya algunas de ellas han tomado contacto con la administración de la compañía, por el interés estratégico que tiene tanto para otros grandes supermercados del país como para una de las cadenas de descuento que ya opera.

Incluso los actuales accionistas contrataron a la multinacional Houlihan Lokey, el banco de inversión líder en el mundo en asesorar procesos de reestructuración empresarial, para asesorarlos en el proceso de reestructuración o eventual búsqueda de un comprador.

La compañía presentó formalmente la solicitud a la Supersociedades el pasado 30 de abril, cuando la compañía planteó las dificultades que tenía para honrar el pago de sus acreencias debido a las duras consecuencias económicas que sufrió por el estado de emergencia que vivió el país a causa de la pandemia.

Las medidas tomadas por algunas autoridades locales de decretar extensas cuarentenas y medidas restrictivas de la movilidad de las personas para abastecerse hicieron mella en las cifras financieras de esta compañía.

Sui bien la pandemia puso a prueba a todas las cadenas de comercio del país, que en general confirmaron su resistencia aún en momentos difíciles, en el caso de esta compañía el impacto fue enorme debido a que es la más joven en el negocio de descuento duro en el país y todavía no había alcanzado su punto de equilibrio.

Al momento de pedir la reestructuración de pasivos la compañía confirmó que tenía un patrimonio negativo por $ 463.281 millones y pasivos por $ 1,68 billones, correspondientes a los estados financieros del cierre de 2020. Esto la obligó a la compañía a pedir ayuda para reorganizarse.

Actualmente esta cadena tiene presencia en 310 municipios de Colombia con aproximadamente 1.300 puntos de venta. Además, genera 20.000 empleos de los cuales 9.300 son directos.

Esta cadena de descuento inició operaciones en febrero de 2016 en Bogotá, con una tienda en el barrio Restrepo. Desde su aparición en el mercado, ha sido uno de los actores más destacados en el comercio del país, pues cuenta con 450 empresas y microempresas que son sus proveedores, y ha generado una inversión extranjera en el país por más de US$ 285 millones.

El año pasado sus ventas alcanzaron los $ 3,2 billones y se convirtió en una de las empresas colombianas que más rápido ha logrado ingresar en el ranking de las 100 empresas más grandes del país.

Jean- Marc François, CEO de Justo & Bueno, asegura que el espaldarazo por parte de los acreedores es un tema muy positivo para la continuidad de la empresa. “Esta votación es un logro que hemos alcanzado como equipo con nuestros clientes, proveedores y aliados, especialmente durante estos tiempos difíciles para todos. Continuaremos aportando a la economía de las familias colombianas y democratizando el consumo de productos de calidad a precios justos”, dijo.

Este espaldarazo le permitirá a esta compañía reactivarse y continuar ofreciendo productos de calidad a buenos precios. Además, podrá garantizar el empleo para sus miles de trabajadores, y el pago a sus proveedores, acreedores y aliados.

La cadena de descuento es propiedad de Reve Group, que tiene entre sus principales socios a fondos de inversión como Australis Partners y la IFC, del Banco Mundial que exige criterios como: ser técnicamente viable; contar con buenas perspectivas de rentabilidad; beneficiar a la economía local y cumplir con estándares sociales y ambientales.