SEMANA. ¿Cómo está la aerolínea después de haberse acogido a un proceso de insolvencia empresarial?
FELIPE GUTIÉRREZ. Esta es ahora una empresa más fuerte, más sólida, en comparación con lo que era en 2019 antes de la pandemia. Durante la crisis sanitaria la compañía alcanzó un acuerdo con sus acreedores bajo Ley 1116, y solo en este año, su primer año de ejecución, ya pagó el 50 % del pasivo externo (sin bancos y sin socio); o el 34 % del total de pasivos reestructurados por la pandemia.
Se trata de una empresa que en su etapa de crecimiento en el 2019 cuando llega la pandemia, entra en un escenario en el que no había vuelos.
SEMANA. Otras compañías como Viva y Ultra no lograron sobrevivir. Ustedes están saliendo adelante con los acreedores. ¿Qué es lo que les ha permitido solventar la situación financiera?
F.G. El fortalecimiento de la compañía, como nuestra red de atención ha conllevado al incremento de ingresos operacionales en este año, en un 14 %. Es decir, vamos a alcanzar las ventas más altas en nuestra historia: aproximadamente 660.000 millones de pesos. A su vez, hemos cuidado los centavos que se han generado. En consecuencia, este año vamos a cerrar con -aproximadamente- dos veces la utilidad neta antes de impuestos, en comparación con lo que tuvimos en 2019. Es lo que nos ha permitido atender el pago del acuerdo de reestructuración.
SEMANA. Luego de haber logrado tanto avance en el proceso de insolvencia, ¿en cuánto tiempo aspiran a terminar de pagar?
F.G. Tenemos hasta el 2032 para pagar el pasivo total, pero en la medida en que la empresa siga obteniendo estos resultados, podría acelerar el plan.
SEMANA. Estiman que para poder cumplir los acuerdos con los acreedores tendrían que crecer más?
F.G. Con lo que tenemos podemos cumplirlo. Pero la apuesta que hemos hecho por la conectividad del país y el desarrollo del turismo nos están permitiendo atrevernos de nuevo a soñar con un crecimiento que, por ahora, todavía es conservador.
SEMANA. ¿Cómo está planeado ese crecimiento que menciona?
F.G. En el próximo año traeremos tres aviones más de 70 sillas. La idea es montar puentes aéreos así como los que ya tenemos entre ciudades como Bogotá y Yopal; o Bogotá y el Olaya Herrera en Medellín. Entre Bogotá y Neiva hoy tenemos cuatro frecuencias diarias y llegarías a 7. Con Cali hay dos y queremos llegar a 5. Naturalmente, tenemos oportunidades de mejora -como todos-. Pero creemos que sí somos una de las aerolíneas con menos complicaciones para el pasajero a la hora de viajar.
SEMANA. Para ustedes continuar con el modelo tradicional en el que el costo que paga el pasajero incluye todo: maleta, silla... tuvieron que subir tarifas?
F.G. No podemos desconocer que ha existido una presión supremamente fuerte, debido a factores externos como el incremento del petróleo y el del dólar. En todo caso representa un incremento importante en el costo de operatividad frente a años anteriores. De esa manera, para poder tener un negocio rentable lo que necesitamos es ofrecer un mejor producto. Por ejemplo, no cobrar tantas penalidades por cambios y el hecho de estar operando con un cumplimiento cercano al 90 % de nuestros itinerarios, pese a las dificultades de infraestructura aeroportuaria. En Colombia hay aeropuertos que solo operan hasta las 6 de la tarde; se registran inconvenientes por temas climáticos como hemos conocido recientemente. En ese sentido, hacemos nuestro mejor esfuerzo para llevar la gente a sus destinos.
SEMANA. Usted habla de nuevos aviones y de rutas en temporada de fin de año, pero sabemos que una gran dificultad desde el Aeropuerto El Dorado (Bogotá) está en los cupos de despegue y aterrizaje, los llamados slot. ¿Cómo les va con eso?
F.G. Nosotros tenemos todos los slots que requerimos para operar. Buscamos poner vuelos en horas no críticas para la operación del Aeropuerto El Dorado. Principalmente, porque nuestro crecimiento está pensado para que sea más allá de Bogotá. Una conectividad sin escalas en la capital. Por ello, en la primera semana de febrero tenemos previsto poner una base en Barranquilla, para poner vuelos hacia Medellín y estamos explorando Barranquilla-San Andrés. Hasta el momento tenemos 4 bases principales: Bogotá, desde el Puente Aéreo; Medellín, en el Olaya Herrera, y Cali y Bucaramanga.
SEMANA. Por esta época, más que nunca, la gente siente que las aerolíneas suben demasiado las tarifas y eso no los excluye a ustedes, que, de alguna manera eran percibidos como de bajo costo. Creen que los usuarios han dejado de viajar por las altas tarifas?, ¿Tienen ustedes en cuenta los precios de competidores como Avianca y Latam?
F.G. En esta aerolínea hay productos para todos. Dependiendo naturalmente de la demanda que haya para una ruta. El comportamiento de las tarifas es dinámico. Además, somos una oferta distinta. Por ejemplo, con rutas desde Medellín a Cartagena o a Tolú (Sucre).
SEMANA. Finalmente, ¿cómo les ha ido con el cambio de nombre, lo que además era en parte para resolver un pleito con Easy Group?. La gente ya se acostumbró a que no son EasyFly sino Clic.
F.G. Creo que fue una gran oportunidad la de poder hacer esos cambios. Desde 2021 hicimos un acuerdo para el cambio de marca, lo que nos permitió evitarnos un desgaste jurídico muy grande. Y, sobre si la gente ya se acostumbró, la muestra es que hacemos aproximadamente 4.800 vuelos mensuales en sesenta rutas a nivel nacional. Queremos construir 50 años más de aviación en el país. O, por qué no, 100 años más.