La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó este martes un recurso de Monsanto, propiedad del grupo alemán Bayer, ratificando en forma definitiva la sentencia que le condenaba a pagar 25 millones de dólares a un jubilado que atribuye su cáncer al herbicida ‘Roundup’.
El tribunal no ha justificado su decisión, que puede acarrear graves consecuencias al grupo, objeto de más de 30.000 denuncias similares. Bayer afirma haber reservado 4.500 millones de dólares adicionales para hacer frente a nuevos procedimientos judiciales.
Después del anuncio, la acción de Bayer caía 4,07 % hasta los 60,79 euros (64,18 dólares) en la Bolsa de Fráncfort.
“Bayer discrepa respetuosamente con la decisión de la Corte Suprema”, pero “está completamente preparado para afrontar el riesgo legal asociado con posibles futuras denuncias en Estados Unidos”, reaccionó el grupo en un comunicado.
La compañía dice “no admitir ningún fallo ni responsabilidad” y “sigue apoyando sus productos ‘Roundup’, una herramienta valiosa para una producción agrícola eficaz en el mundo”.
La decisión del tribunal de no intervenir deja en pie la condena en apelación a Monsanto en la denuncia presentada por Edwin Hardeman, a quien se le diagnosticó un linfoma de Hodgkin en 2015. Edwin Hardeman fue uno de los primeros en demandar a Monsanto, afirmando que su cáncer se debió al herbicida que usó en su propiedad durante 25 años y acusó al grupo de engañar a los usuarios asegurando que el glifosato era inofensivo.
Monsanto insiste en que ningún estudio ha concluido que Roundup, que se comercializa desde la década de 1970, y el glifosato son peligrosos. Monsanto insiste en que ningún estudio ha concluido que Roundup, que se comercializa desde la década de 1970, y el glifosato son peligrosos.
Cabe recordar que este producto sigue en el ojo del huracán en Colombia por cuenta de la lucha contra el narcotráfico y los cultivos ilícitos, ya que pese a que en muchos casos se denunciaron sus efectos cancerígenos, las autoridades en el país insisten en usarlo para acabar con las plantaciones de coca.
No obstante, a finales de mayo, la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA, por sus siglas en inglés), indicó que la evidencia científica no justifica la clasificación del controvertido y ampliamente utilizado herbicida glifosato como cancerígeno.
Actualmente, el glifosato se clasifica como causante de “daño ocular” y “tóxico para la vida acuática”. No obstante, es uno de los herbicidas más utilizados en el mundo. El uso de este controvertido herbicida está autorizado en la Unión Europea hasta el 15 de diciembre de 2022. La Comisión analiza si se renovará el permiso.
“El Comité de Evaluación de Riesgos de la ECHA formó su opinión científica independiente, la clasificación actual del glifosato no cambia”, dijo a AFP Mike Rasenberg, Director de Evaluación de Riesgos de la ECHA.
Cabe resaltar que en marzo de 2015, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud clasificó al glifosato como “probablemente cancerígeno para los humanos”. Las organizaciones de agricultores se oponen a los llamados para prohibir la sustancia y citan la falta de alternativa.
Una discusión de no acabar en Colombia
La aspersión aérea con glifosato en Colombia ha sido una de las maneras más efectivas para combatir el crecimiento de cultivos ilícitos y a ella han querido regresar las autoridades y el Gobierno Nacional, tal como lo prometió el expresidente Iván Duque desde su campaña. Sin embargo, esto no ha sido posible en lo corrido del 2022.
A comienzos de este año, la Corte Constitucional le puso, nuevamente, puntos suspensivos al tema, tas rechazar el Plan de Manejo Ambiental que preparó la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales para la erradicación de cultivos ilícitos. En este sentido, con la incapacidad operaria, el gobierno por ahora no puede realizar la aspersión aérea de este flagelo en un total de 14 departamentos, comprendiendo una extensión de 104 municipios.
La lucha contra los cultivos ilícitos en Colombia, que actualmente tiene más de 200.00 hectáreas sembradas con hoja de coca, es una “partida de ajedrez” que viene desde hace casi tres décadas y que, por ahora, está en jaque, mientras la lucha contra el narcotráfico exige medidas urgentes contra estra problemática.
El asunto de fondo es que el gobierno sigue con las manos atadas, por la dificultad que significa realizar una consulta de este tipo en los municipios priorizados, para reiniciar la aspersión. La puja no es nueva.
Protestas en Argentina contra Monsanto
Miembros del movimiento ecologista Extinction Rebellion protestaron a mediados de mayo en la sede en Buenos Aires de la multinacional agroindustrial Monsanto contra el uso de agroquímicos en los cultivos de Argentina, uno de los principales productores de alimentos del mundo.
Con trajes mamelucos blancos manchados con pintura roja a modo de sangre, una decena de manifestantes irrumpió en el ingreso del edificio de la multinacional, en el barrio de Retiro, y cantaron consigas contra el uso de agroquímicos.
“Estamos aquí para hacer una denuncia explícita frente al avance del modelo de la agroindustria en nuestro país que es un laboratorio a cielo abierto de los nuevos transgénicos”, dijo a la AFP Flavia Broffoni, de 39 años, miembro de Extinction Rebellion Argentina.
Los manifestantes pintaron huellas de manos con pintura roja en el frente del edificio de la empresa, donde exhibieron carteles con leyendas como “Otro modelo es urgente”, “Infancias libres de agrotóxicos” o “no se puede cultivar veneno”.
Con información de AFP.