Luego de que el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, y varios de los que participan en las reuniones entre el Ejecutivo y el Legislativo para ajustar la reforma tributaria con base en las propuestas que llegan a la mesa de discusión, son muchos los sectores que tienen más interrogantes que respuestas.
Uno de ellos es el de los tenderos, que venían preocupados por el impuesto a las bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados, que, según sus argumentos, afectarían sus ventas y causarían un impacto en el bolsillo de los colombianos de estratos más bajos.
Después de escuchar lo expuesto por los tenderos, un sector del comercio que tiene una alta informalidad, el ministro Ocampo anunció la decisión acordada en los encuentros entre representantes del Gobierno y los ponentes y coordinadores ponentes del proyecto.
Así, el impuesto a las bebidas azucaradas será por gramaje y se aplicará de forma gradual, en busca de causar el menor traumatismo posible en las ventas los tenderos. En los primeros tres años (2023, 2024 y 2025), los productos que tengan menos de seis gramos de azúcar por cada 100 mililitros no tendrán que aportar ningún impuesto.
Los que se ubiquen en el rango de seis y diez gramos tendrían que pagar una tarifa intermedia (era de 18 pesos por cada 100 mililitros, según las primeras versiones del proyecto de ley). El impuesto más alto lo aportarán los productos con más de diez gramos de azúcar (35 pesos).
A partir del siguiente año los rangos varían, de manera que, el producto de entre cero y cinco gramos queda sin impuesto; el rango intermedio va de cinco a nueve gramos, y el último aplica para los de más de nueve gramos
Entre tanto, en relación con los alimentos ultraprocesados, además de excluir artículos, como el salchichón, se aplicará una tarifa sobre el precio de venta, de tal manera que no recaiga sobre esa pequeña tienda o panadería de barrio.
¿Qué se preguntan los tenderos?
Hay que recordar que el gobierno ha sido enfático en señalar que, con el impuesto saludable, el mayor éxito del mismo sería no recaudar nada, pues el objetivo es desestimular el consumo de alimentos que pueden afectar la salud.
Pero los tenderos insisten en que habrá un fuerte efecto sobre los estratos más bajos de la población. Esto, sin contar con que se están preguntando: ¿cuál será el mecanismo que usará el Gobierno para establecer quién paga y quién no?, pues se trata de un sector del comercio en el que hay una alta informalidad y la mayoría de los negocios son para el rebusque.
Ligia Gil, una tendera que es parte de Fenaltiendas, el brazo gremial de tenderos de Fenalco, recordó al ministro Ocampo que en el 98 % de la microempresa del país está el comercio que impulsan los tenderos.
La informalidad pulula, pues, según Gil, “cada mujer que queda viuda, que no tiene otra alternativa laboral, abre una ventana de su casa para poner una tienda, y es tan escaso su negocio que no les alcanza para legalizarlo”.
En Fenaltiendas hay 450.000 tiendas que, por supuesto, son formalizadas. De ahí en adelante, nadie se atreve siquiera a lanzar un cálculo de servilleta para decir cuántas por cada tienda formal existen en la informalidad.
El llamado
El llamado que hacen los tenderos, según expresó Gil, es que el Ministerio de Hacienda primero trate de buscar la manera de formalizar a los tenderos (inclúyase panaderías, cafeterías) y “luego sí, que piense en sacar un impuesto único que no le complique la cotidianidad a los tenderos”.
Según expuso Ligia Gil, lo que han estimado hasta ahora es que, con la aplicación de los impuestos saludables, al menos 250.000 tiendas tendrían que estar cerrando sus negocios, y por cada tienda, hay tres o cuatro personas que derivan su sustento de esa actividad. “Serían al menos 1,8 millones de desempleados más en el país”, señaló la tendera.
Entre tanto, el ministro Ocampo, en varios de los casos en los que los sectores de la economía mencionan altos grados de afectación, como es el caso de las personas jurídicas y su tributación efectiva en renta, ha dicho que son cuentas erróneas.
Así las cosas, habrá que esperar qué queda en definitiva en la ponencia de la reforma tributaria que se radicará el lunes, después del retiro de trabajo que tendrá el presidente Gustavo Petro con su equipo de trabajo en Hato Grande.