La próxima semana vence el plazo para que los empresarios les trasladen a sus empleados, a través de los fondos a los cuales están afiliados, el valor de las cesantías correspondientes al periodo 2020.
Esta es una prestación social que se convierte en ahorro en caso de pérdida de empleo o para alcanzar objetivos de vivienda y educación, y, como cada año, se les paga a buena parte de los trabajadores formales en Colombia.
Según la ley, las cesantías se liquidan anualmente al 31 de diciembre del año anterior y las empresas tienen plazo de consignar el dinero en el fondo de cesantías hasta la medianoche del 14 de febrero; sin embargo, como este año esta fecha cae un domingo, las empresas tendrán que dejar listo este pago a finales de la próxima semana.
El dinero que debe consignarse equivale a un mes de salario por año trabajado y, en caso de que el trabajador lleve menos de un año en la empresa, el monto de las cesantías será proporcional al tiempo laborado.
Para calcular el valor de las cesantías que le corresponden se pueden usar herramientas digitales, como las que tiene habilitadas el Ministerio de Trabajo en su página web. También puede calcularlas de forma manual, multiplicando su salario mensual por los días trabajados en el año y dividirlo entre 360.
Cesantías= (Salario x días trabajados) / 360
Así las cosas, por ejemplo, si su salario mensual es de $1.500.000 y trabajó 180 días, el monto que deben consignarle como cesantías lo puede calcular así:
Cesantías= ($1.500.000 x 180)/360 = $750.000
Desde la firma Carrero & Asociados explican que los trabajadores por días también tienen derecho a acceder a este beneficio laboral. “Los trabajadores por días tienen derecho a todas las acreencias laborales dispuestas en la ley, lo cual supone el reconocimiento de las cesantías y sus intereses”, explicaron, y agregaron que se deben calcular con base en el periodo laborado.
¿En qué usar las cesantías?
En Colombia, por ley, las cesantías se pueden retirar de manera parcial o total en algunos casos específicos.
El primero es cuando ocurre una pérdida del empleo, pues esta prestación social funciona como una especie de ahorro o seguro que alivia en dichos momentos.
Además, las cesantías se pueden retirar de manera parcial o total para el pago de educación, bien sea propia, para el cónyuge o los hijos. Igualmente, se pueden destinar para la compra de vivienda o su respectiva remodelación.
Cabe mencionar que las cesantías pueden ser pignoradas o inmovilizadas, es decir, pueden servir de garantía para respaldar préstamos de vivienda.
De acuerdo con un informe de Asofondos, con corte a octubre del año pasado, en 2020 los trabajadores utilizaron $ 5,5 billones de su ahorro en cesantías.
“Las cesantías han sido un apoyo fundamental especialmente para quienes han perdido su trabajo, quienes por la crisis de la covid han visto reducidos sus ingresos. Por ambos conceptos, los trabajadores afectados han retirado $ 1,8 billones desde finales de marzo”, dijo en su momento Santiago Montenegro Trujillo, presidente de Asofondos.
En su mayoría, estos recursos fueron destinados a vivienda, educación y, sobre todo, para mitigar la situación que trajo la pandemia, es decir, por cuenta de la terminación del contrato laboral.
Para Nicolás Carrero, director de la firma Carrero & Asociados, al pedir estos recursos y gastarlos innecesariamente se desvirtúa el objeto inicial para el que fueron constituidas las cesantías, “ahí es donde uno ve una debilidad en la norma, que debería fortalecerse un poquito más para tener la plata allá guardada para lo que es”, indicó el experto.
Por lo tanto, los expertos recomiendan mantener estos recursos en los fondos hasta que realmente sea necesario utilizarlos, ya que esto le permite al ahorrador tener más oportunidades de obtener créditos, sacar una vivienda o financiarse en caso de quedarse sin empleo.