- ¿Cuál es su visión de la reforma laboral?
Estamos profundamente preocupados. La reforma ignora la realidad del mercado laboral colombiano, ignora le realidad de la economía hoy día. La mayor preocupación de cualquier persona desde el punto de vista económico debería ser buscar los mecanismos para mejorar la mayor cantidad de empleo posible, para reducir la informalidad, para apoyar a las pymes, para apoyar los emprendimientos y la verdad es que nos parece que la reforma va exactamente en un camino totalmente contrario.
Inclusive, sorprendido mucho porque habíamos discutido durante varios meses, casi cuatro meses, una gran cantidad de temas, inclusive habíamos llegado a algunos consensos intermedios de cosas que, pues no nos dejaban completamente satisfechos, pero significó que, de alguna forma tenían en cuenta todo lo que estamos diciendo, y eso no fue incluido.
También nos ha generado muchas preguntas alrededor del valor del diálogo tripartito y el valor que se le da eventualmente a la construcción de consensos en ese escenario.
- Mucho se ha dicho que tanto la reforma pensional como laboral han surgido de consensos…
Decirle al país que estas dos reformas son el resultado de la concertación es totalmente impreciso, porque si bien, y nadie puede negar, hubo muchísimas reuniones -nosotros le gastamos prácticamente todas nuestras mañanas completas desde las semanas anteriores, a reunirnos desde las 8 de la mañana a veces antes, hasta la 1 de la tarde-, en la última de las reuniones, después de todos estos meses de trabajo, las centrales de trabajadores dijeron que ellos preferían volver al documento que había en el mes de febrero y de alguna forma fue lo que el Ministerio y el Gobierno hicieron. Lo que para nosotros en realidad nos termina generando una gran duda alrededor, realmente, de la utilidad del diálogo tripartito y del valor que eventualmente se le da. En estas reuniones, estuvo también presente la OIT que fue que me parece que es algo muy valioso y yo estoy seguro que la OIT está sorprendida con el texto que finalmente se radica.
- ¿Cuáles son los sectores que más se van a ver afectados si la reforma pasa como está contemplada?
No tengo la menor duda de que la reforma le da un golpe mortal al emprendimiento, a las pymes y a las mipymes porque son ellas las que realmente tienen o están en el umbral de ser viables o no ser viables, o de crecer o no crecer, o el umbral inclusive de la informalidad y la formalidad. Son especialmente las Mipymes y por supuesto los emprendimientos. Cualquier persona que vaya a crear una nueva empresa y de pronto le digan que si llega a contratar una persona no puede despedirla a menos que exista justa causa, con plena seguridad ese emprendedor, que ya tiene una gran cantidad de retos enfrente, va a sentir que está asumiendo una responsabilidad que no puede sostener a largo plazo. Por lo tanto, se va a dar cuenta que su emprendimiento va a perder toda viabilidad. Y luego, por supuesto, hay sectores que están muy golpeados: el comercio, por ejemplo, que tienen que trabajar entre seis de la noche y 10 de la noche, el sector salud que trabaja las 24 horas, además también sábados, domingos y festivos, el sector hotelero, el turismo.
También el de las plataformas digitales en donde se ha generado una gran estigmatización alrededor de ellas, y antes que acabarlas, habría que buscar los mecanismos para lograr generarles mecanismos de formalización. Pero parecería que hubiera como una animadversión muy fuerte hacia ese tipo de creación de empleo.
Estoy muy sorprendido de que no entendamos la importancia que tiene para la superación de la pobreza, el hecho de que podamos generar empleo. Cualquier Estado que quiera ejercer una política efectiva y sostenible de superación de pobreza, como tiene que ser el caso en Colombia obligatoriamente, es un Estado que tiene que mirar, por supuesto, las políticas públicas, pero que tiene que crear condiciones de trabajo dignas, decentes, respetuosas, legales y formales para mucha gente que hoy en día no lo tiene. Si no logramos eso, nosotros no vamos a ser capaces de superar las grandes brechas que tenemos en lo social. Y hay un sesgo que a mí me preocupa porque el mejor amigo de las políticas sociales tiene que ser el sector generación de empleo en cualquier lugar del mundo eso es lo que se busca.
La gran preocupación de los gobiernos para poder implementar sus políticas sociales es tener capacidades económicas para generar oportunidades para todos. En Colombia, no nos podemos decir mentiras, tenemos un grupo muy pequeño de gente formal y cuando digo muy pequeño estamos hablando del 40% de esos 22 millones de personas económicamente activas que son nueve millones de personas, diez millones de personas. Y luego tenemos un grupo muy grande de personas que no tienen ningún tipo de cobertura social. Por eso estamos viviendo, por ejemplo, en este momento el tema de gente que llega a la edad de jubilación y no tiene pensiones. Esa es la consecuencia exacta, directa de no tener un trabajo formal amplio y universal.
- Primero fue la tributaria y ahora la laboral, ¿cuál es el impacto que van a tener el sector empresarial?
Es muy probable que las más afectadas no sean las empresas grandes. Por ejemplo, hay un capítulo muy grande de tercerización y de intermediación laboral, que no estoy seguro que el país lo haya visto, pero, por ejemplo, se le dice a cualquier pyme, a cualquier empresa de servicios que si le quiere vender un producto o un servicio a una compañía de mediano o de gran tamaño para poder hacerlo tienen que ofrecer las mismas condiciones laborales que la compañía grande.
Yo le decía a la mesa de concertación, que esa medida era tan equivocada, que en realidad a lo que conducía es a eliminar a las pymes a eliminar a las mipymes que en el 80% viven de prestarles servicios y de establecer encadenamientos de las empresas grandes, las elimina porque termina obligando a las compañías grandes a tener que proveerse sus propios servicios, lo que suena muy poco democrático, muy poco incluyente.
Y lo mismo pasa, por ejemplo, con el tema de la intermediación. Si tiene, eventualmente, una incapacidad o una licencia de maternidad o de paternidad, no puede contratarla a través de una compañía de temporales porque le están diciendo que no puede subcontratar ningún tipo de actividades que sean actividades misionales o permanentes. Entonces qué va a pasar con todas esas personas que de alguna forma podían obtener los trabajos temporales por esa vía. Que no los van a poder volver a hacer. Uno no puede sacar adelante a un país que está en condiciones de pobreza, en condiciones de desempleo alto y de informalidad, sino está obligatoriamente desarrollando la capacidad del mismo de poder generar empleo; es decir, la capacidad del mismo de poder generar un sector productivo, dinámico, vigoroso y que está permanentemente creciendo y creando nuevas oportunidades. Son incompatibles esas dos ideas. Y no quiero repetir esta frase de cajón, pero una de las políticas sociales o de superación de pobreza más importantes, por supuesto, es poder generar oportunidades en el sector productivo, que se conviertan en oportunidades de empleo. Si no lo hacemos, estamos cometiendo un error muy muy grande.
- ¿Han hecho algún cálculo de cuánto podrían aumentar los costos laborales para las empresas con las propuestas que lleva la reforma?
Tenemos algunos cálculos y lo que pasa es que las cifras nos están dando increíblemente altas tanto, que no las puedo creer. En los distintos escenarios nos estamos encontrando con costos que pudieran eventualmente moverse entre dos y cuatro puntos del Producto Interno Bruto.
Para darle una idea: por ejemplo, si habláramos solamente de un pequeño artículo que es el de los practicantes del Sena, hoy día, eso le vale a la economía y les vale a las compañías cerca de 340.000 millones de pesos anuales. Y lo que está dicho ahí, eleva ese costo a 680.000 millones de pesos anuales. Y luego hay una gran cantidad de otras cosas.
La reforma también tiene cosas sorprendentes como, por ejemplo, que le quita la mayoría de las funciones a los sindicatos de empresa. Con esa idea de que serán las centrales de trabajadores, las que verdaderamente lleven a cabo las negociaciones y que se hagan negociaciones por rama, etcétera, se va a estar fortaleciendo ese grupo de representación de trabajadores, pero los sindicatos de empresa van a estar perdiendo prácticamente todas sus funciones. Eso es sorprendente también viniendo de personas tan cercanas al mundo sindical.
Esta semana seguramente vamos a publicar los cálculos, pero nos están dando cifras verdaderamente alarmantes.
Si uno a cualquier aparato productivo le termina generando esos costos, en primera instancia uno podría decir que se reducen las utilidades, pero lo segundo que sucede es que se termina de reduciendo la actividad económica.
Habrá quien diga demuéstreme que las empresas se van a cerrar. Y eso no lo demuestra usted en forma inmediata. Eso es un resultado que se ve al cabo del tiempo cuando tengamos cifras de desempleo muy altas. Este año, no más, estamos estimando que puede haber un incremento en el desempleo de cerca de 400.000 personas. Cualquier cosa que uno fuera a hacer en este momento, tendría que ir exactamente en la otra dirección. Colombia se tendría que estar preguntando en ese instante cómo vamos a hacer para generar empleo, cómo vamos a hacer para incentivarlo. Durante las crisis de empleo más grandes que ha tenido Colombia se han buscado mecanismos, como la ley de primer empleo que en algunos eventos se creó y ese tipo de alivios que terminan generando alternativas y oportunidades para la gente. En este momento es todo lo contrario.
- ¿Esos 400.000 empleos que estiman se van a perder es por cuenta de la desaceleración y aún no está la laboral?
La actividad económica ya tiene en este momento los efectos de la tributaria, que poco se habla de ellos, porque parecería como que a nadie le importa, pero lo cierto es que los efectos de la tributaria están en este momento en el ambiente. La demanda que cae, la tasa de interés que sube, la inflación lo que ya sabemos y por supuesto lo que la gente en este momento prevé en términos de para dónde va el costo laboral.
- ¿Qué espera usted de las discusiones en el Congreso porque como viene una agenda muy compleja?
Esa es otra preocupación que hemos venido planteando. Y es la preocupación de tratar de entender desde el punto de vista físicamente de tiempo de las personas que trabajan en el Congreso, de los congresistas, cuál es la capacidad que tienen ellos para poder hacer un análisis profundo de cada una de las reformas.
Una reforma pensional de más de 90 artículos, la laboral que, por lo menos por ahora, tiene 76 artículos, todo el Plan Nacional de Desarrollo, todo lo que viene eventualmente con las leyes de sometimiento o de acogimiento. Se habla de 14 reformas muy grandes en este momento en el Congreso.
Nos produce gran preocupación que, físicamente por tiempo, no se den los debates que se deben dar y que al final terminemos, básicamente, en una dinámica que sea la dinámica de tratar de construir apoyo o coaliciones a favor de las propuestas del Gobierno que simplemente terminen votando sin mucho análisis y sin mucha profundidad cosas que son absolutamente materiales.
Nos acordaremos todos los colombianos de esta situación cuando veamos un sector de la salud que eventualmente tiene crisis o cuando veamos eventualmente un desempleo alto y será tarea de todos.