Un reciente estudio publicado por ERM y el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD, por sus siglas en inglés), establece una aproximación práctica para que las compañías naveguen hacia una transformación sostenible.
Nos estamos quedando sin tiempo para mantenernos dentro de las fronteras planetarias, de acuerdo con la ciencia. Seis de las nueve fronteras ya sobrepasaron los límites seguros y al menos una de cada 10 especies animales y vegetales ya está en riesgo de extinción. El planeta ha visto la reducción de una cuarta parte de su superficie productiva.
A la vuelta de seis años, solo el cambio climático podría llevar a más de 100 millones de personas a la pobreza.
Para mantener el límite del calentamiento global en 1.5ºC, el mundo necesita reducir el 43 % de las emisiones al 2030 y el 84 % al 2050, comparadas con los niveles de 2019. Hace apenas dos años 1,8 billones de personas estuvieron expuestas directamente a inundaciones, con el 89 % ubicadas en países de bajo a medio ingreso, y $15,5 billones en activos de compañías afectados por estrés hídrico.
Desde la firma del Acuerdo de París, se ha reducido la expectativa de calentamiento global en al menos 1ºC para el 2100, y más de 100 millones de hectáreas en 70 países están siendo repobladas.
Las compañías deben incorporar todas esas variables globales en sus dinámicas de negocio. Con semejante realidad, aún muchas empresas ven la sostenibilidad como un asunto de cumplimiento o de manejo de riesgo, con un costo para hacer negocios y no como una oportunidad comercial.
Claro que, a su vez, las compañías que adoptaron estrategias de sostenibilidad ya reportan beneficios tangibles: de 2020 al 2021, de 700 compañías más grandes en 12 países, las más avanzadas en sostenibilidad, que representan el 11 %, recibieron un 83 % de mayor ingreso por empleado que el promedio.
Cada compañía tramita su propia curva de aprendizaje y enfrenta sus propios retos. No obstante, entre los temas comunes que apoyan la transformación sostenible se identifican algunos asociados a gobernanza y liderazgo: cerrar las brechas de conocimiento con un programa adecuado a la organización, definir un mínimo de miembros de la junta con experiencia en sostenibilidad y responsabilizar al C-suite de integrar la sostenibilidad en la estrategia corporativa y definición de metas.
Esto debe permitir la definición de planes de negocio de corto, mediano y largo plazo, con compromisos alineados a métricas climáticas, de naturaleza y equidad según los datos y la ciencia disponible, y adaptar un porcentaje relevante de la compensación de corto y largo plazo a métricas sociales y ambientales para empleados críticos.
Y otros armonizados con la gestión: seguimiento a la contribución positiva financiera y no financiera que resulte de la integración estratégica de la sostenibilidad mediante el establecimiento de presupuestos para I&D,, desarrollo de negocios y M&A compatibles con el riesgo y valor estratégico sostenible, así como la construcción y mejoramiento de un sistema de medición de carbono, naturaleza y equidad soportado en infraestructura digital para aproximar el Opex y Capex sostenible.
Esto también implica implementar un mecanismo de innovación sostenible fondeado con mecanismos de pagos por precio de carbono, para crear un flujo independiente de recursos para proyectos piloto, y usar instrumentos financieros sostenibles para alinear incentivos financieros y métricas a los avances en sostenibilidad a cambio de acceso a capital con intereses reducidos. Luego, incorporar los análisis de tendencias en sostenibilidad al desarrollo de productos y estrategia comercial para identificar oportunidades de mercado.
La transformación sostenible también requiere acciones conjuntas entre proveedores, competidores y otras partes interesadas, y un esfuerzo continuo y comprensivo de toda la organización que no permite más dilación.