Tres hermanos que forman parte de la segunda generación de la empresa que crearon sus padres hace 39 años han logrado mantenerla en crecimiento desde 2012, cuando entraron a dirigirla. Alejandro, Andrea y Felipe Jaramillo Vélez, hijos de Octavio y Patricia, fundadores de Color Blue, reconocen que desde que asumieron las riendas, su objetivo como segunda generación ha sido “lograr un crecimiento basado en una estructura liviana que permita tomar decisiones rápidas según las exigencias y oportunidades que marque el mercado”.
Esperan cerrar ventas este año por 42.000 millones de pesos, y un crecimiento del 14 por ciento, frente al año pasado. Y para 2024 el propósito es llegar a mercados en los que la marca tiene gran potencial, como Bogotá, Cali y Barranquilla, mediante tiendas físicas propias y grandes superficies. Invertirán alrededor de 3.500 millones de pesos durante 2024 entre aperturas de nuevas tiendas y mercadeo. Tendrán mayor presencia en Falabella y abrirán tres puntos de venta, “uno de los cuales será nuestra nueva flagship en el centro comercial Arkadia, en Medellín”, señaló Felipe Jaramillo, gerente general de Color Blue.
La meta es estructurar el modelo de franquicias en ciudades intermedias e impulsar el e-commerce que, desde su creación en 2017, ha crecido 741 por ciento. Alejandro Jaramillo, director de e-commerce, anunció que la tienda online pasará a ser una tienda internacional 2.0, soportada sobre la última tecnología de VTEX, plataforma de comercio electrónico. “Al cierre de este año, las ventas de la empresa estarán compuestas en 80 por ciento por venta física y 20 por ciento por el canal e-commerce. La internacionalización de Color Blue puede cambiar el rumbo de la compañía”.
A su vez, Andrea Jaramillo, directora de marca, dijo: “Nuestra manufactura es ciento por ciento colombiana y eso nos hace sentir muy orgullosos. Sería más fácil y rentable optar, por ejemplo, por zapatos que nos ofrecen de China, pero seguimos comprometidos con las familias colombianas”.
Para los hermanos Jaramillo Vélez, esta es una familia que ha entendido el negocio en común como un vehículo para mantenerse unidos y nunca como un posible generador de divisiones. “Esto se logra a través de una definición clara de roles y una condición fundamental de descartar cualquier acción por parte de los miembros de la familia que vaya en contravía de nuestros principios”, dicen.
Esta empresa, que nació en Medellín exportando a Venezuela y Ecuador, se ha reinventado aprovechando las oportunidades y también las crisis. El impulso de la nueva generación, con la que pasaron de tener seis tiendas físicas a las 42 actuales, ha permitido generar 180 empleos directos y alrededor de 1.000 indirectos, entre talleres satélite, estampadoras, bordadoras y lavanderías.