El país está en alerta por el bajo nivel de los embalses, razón que llevó a Bogotá entrar en un racionamiento de agua y a los colombianos a tomar medidas para evitar el desperdicio del recurso.
Ante esto, los conjuntos residenciales, los centros comerciales y los edificios donde funcionan cientos de empresas en la capital, han tomado medidas para motivar a los ciudadanos a realizar un consumo razonable de agua.
Sin embargo, la otra cara de a moneda la viven diferentes negocios que usan el agua como materia prima; uno de ellos es el del lavado de carros, industria que está sumida en la paradoja de no poder operar a tope y generar ganancias, debido al compromiso que desde sus negocios han adquirido con el ahorro de agua.
Y es que la situación de estos negocios no es fácil, pues la dinámica de la industria indica que en época de verano es cuando más clientes acuden a estos negocios para el cuidado de sus vehículos; sin embargo, la difícil situación por la que traviesa el país en materia de agua, ha llevado a medidas como el racionamiento y a que las personas aplacen la decisión de lavar su carro, esto, en sintonía con las medidas para evitar el desperdicio del líquido.
Al respecto, Semana consultó a Ignacio Ruiz, gerente de Lavafante, una de las empresas que se dedica al cuidado y embellecimiento automotor en el país.
Sobre la situación que pueden estar viviendo los lavaderos de carros, en general, el empresario señaló que, aunque el racionamiento es una medida que los ha perjudicado, es necesario sumarse a todo lo aporte para poder salir de esta crisis que actualmente afecta al país.
“Uno entiende. Uno ve la situación, no solo de Bogotá, sino del país, por esta sequía, y es muy preocupante. No es ajeno uno a estar de acuerdo en ahorrar agua, todos queremos que no se desperdicie y tenemos que poner de nuestra parte y esperamos que esta situación dure lo menos posible para que el negocio pueda subsistir y seguir adelante”, señaló Ruiz.
De igual forma, índico que las ventas sí se han visto afectadas, en gran medida, por el buen comportamiento de los ciudadanos, que han entendido que es necesario ahorrar agua en medio del panorama de sequía que vive Colombia.
“Para el tema de las ventas hemos sentido por lo menos un 30 % en la baja de cantidad de carros. Pero hay que tener en cuenta que para medirlo con exactitud hay que tener las mismas condiciones de clima para poder compararlo, pero en general estimamos un 30, 40 % de bajada de ventas” agregó el empresario.
Por último, reveló que el racionamiento de agua no es tan preocupante para el negocio de los lavaderos de carros, pues en el caso particular, su negocio cuenta con una planta que recicla el líquido y le permite funcionar con cierta tranquilidad.
Sin embargo, el verdadero temor del sector es a que el país se vea sometido a cortes de energía, servicio esencial para el funcionamiento de este tipo de negocios y situación que sí prendería las alarmas para los dueños de comercios como estos.
“Ante un racionamiento de energía, sí tendríamos un problema serio, porque ahí si no podríamos operar, de hecho el consumo de energía en este tipo de negocios es mayor que el agua. Por ahora no tenemos una alternativa, un plan B, no es algo fácil de plantear”, aseveró el gerente de Lavafante.