Aunque cada vez más pacientes y médicos están dispuestos a retomar las citas presenciales, recuperar el ritmo que traía el país para atender diferentes patologías tardará entre dos y tres años. Esta predicción es de la colombiana Sandra Patricia Cifuentes, líder de la farmacéutica japonesa Astellas Farma para América Latina.
Esta ejecutiva, cuya sede está en Bogotá, explica que la atención de la pandemia y las restricciones derivadas de esta hicieron que se redujeran los servicios de salud relacionados con otras enfermedades y aunque poco a poco se están retomando, se requerirá mejorar los niveles de confianza de médicos, pacientes y EPS para volver a los niveles prepandemia, lo que estima se dará entre 2022 y 2023.
En particular Astellas, al no producir medicamentos ni vacunas para combatir el coronavirus, tuvo un freno el año pasado, pero ha venido recuperándose. Su área de trabajo es el desarrollo de medicamentos para inmunología, oncología, urología y las llamadas enfermedades huérfanas.
“Fue un momento de transformación, de aprender a hacer las cosas de forma diferente, con pacientes sin acceso a los servicios o sin interés de asistir a las citas y los tratamientos. Ahora están regresando, algunos más deteriorados, y por eso nos hemos concentrado en trabajar con el Gobierno y las asociaciones de pacientes para contribuir a mejorar una situación crítica”, explica Cifuentes, quien agrega que pese a las dificultades generadas por la pandemia una de las ventajas del país es que ya había regulado la telemedicina, lo que permitió mantener muchas atenciones, mientras que en vecinos como Argentina esa posibilidad ni siquiera se estaba trabajando.
Ahora entienden más a farmacéuticas
En su opinión, el último año ha servido para entender mejor la labor de las farmacéuticas que no solo son un negocio, sino que también tienen una vocación de servicio. “El mundo volvió a mirar la innovación con ojos de esperanza”, subraya.
Precisamente esa es la apuesta de Astellas, multinacional con presencia en 120 países, pero relativamente joven pues se creó en 2005 tras la unión de la tercera y la quinta compañías más grandes de investigación y desarrollo de Japón. A América Latina llegó por Brasil y su siguiente destino fue Colombia en 2016. En estos cinco años han registrado un crecimiento sostenido (en 2020 con todo y pandemia sus ingresos crecieron 16,9 % y llegaron a 159.447 millones de pesos). Acá emplean a 75 personas, aunque en el país no producen sus medicamentos, ni lo tienen entre sus planes.
Cifuentes, quien primero lideró la operación colombiana y desde hace año y medio supervisa la regional, destaca que el país se ha logrado convertir en un ‘hub’ de investigación clínica para Astellas. Eso lo lograron gracias a un trabajo con Invest Bogotá y ProColombia, que en conjunto pudieron atraer la inversión de una multinacional japonesa. Esto ha servido para desarrollar nuevas capacidades para la atención de enfermedades como cáncer, así como para desplegar las operaciones comerciales de Astellas en América Latina, excluyendo Brasil, desde Colombia.
De hecho, el año pasado uno de los retos de Cifuentes fue abrir la filial de México sin poder viajar y realizando todos los procesos de manera virtual. Ahora ya están en operación en ese país y el siguiente paso será fortalecerse en Chile y Argentina.
Lo que viene
Astellas está trabajando en terapia génica, que es una técnica que trata enfermedades a través del material genético del paciente para enfermedades raras de baja prevalencia. Aún están en experimentación y buscando maneras para poderles dar acceso a los pacientes. Tienen claro que muchos de los recursos de la salud se van a seguir yendo a covid, así que tendrán que trabajar con los gobiernos para que, si optan por sus terapias, pueden hacer más eficiente el gasto, dado que ahorran con unos costos y pueden destinar más presupuesto a otros. La idea, enfatiza Cifuentes, es que las terapias no solo se midan en reducción de síntomas, sino también en la calidad de vida del paciente. “La cultura empresarial japonesa es de colaboración y de escucha”, reitera.
Esta empresaria añade que uno de los principales aprendizajes de la pandemia es la colaboración entre los diferentes actores del sistema de salud, que es lo que va a permitir que los pacientes sean bien tratados.
Adicionalmente, al ser una de las líderes de la industria farmacéutica en el país, la cabeza de Astellas está trabajando para el empoderamiento de las mujeres del sector salud, lo que incluye a médicas, enfermeras, empleadas de EPS, IPS y laboratorios. La idea es prepararlas, pues aunque es un sector con alta presencia femenina son pocas las que están en cargos directivos. “No es para que todas sean líderes, sino que haya oportunidades para que las que quieren, puedan”, puntualiza.