En el futuro, cuando la hidroléctrica Ituango encienda su primera turbina y avance hasta completar la generación del 17 % de energía, ya no serán visibles los hitos que se tienen que dar para que un proyecto de este talante pueda ser una realidad.
Este viernes se produjo uno de esos hitos que son considerados como maniobras complejas de la ingeniería, pues son poco comunes en obras de infraestructura.
Las cifras suenan exóticas. El barco, que llegó desde Holanda después de una larga travesía marítima, cargó 1.700 toneladas que desembarcaron en Colombia, con destino final Hidroituango.
Arribaron primero a Barranquilla, desde una población holandesa conocida como Vlissingen. Se trata de equipos especiales para la segunda etapa de trabajos subacuáticos en Hidroituango.
El objetivo es “rehabilitar o recuperar inicialmente las condiciones hidráulicas de los túneles de captación en el embalse hacia la casa de máquinas”, el famoso escenario del proyecto en el que se presentó la emergencia por represamiento que se produjo aguas arriba de la obra.
Jorge Andrés Carrillo Cardoso, gerente general de EPM, dijo que se trata de trabajos clave para “la mitigación de los riesgos de Hidroituango, donde ya desarrollamos su primera fase en noviembre del año pasado y, ahora, con la llegada de los equipos, iniciaremos la segunda fase que es la de ejecución. Durante la contingencia de 2018, las captaciones quedaron inundadas mientras se venía terminando la obra civil, dejando algunos trabajos incompletos, que esperamos concluir con estas labores subacuáticas”, indicó.
¿Cómo son los equipos?
Una grúa con una capacidad de 300 toneladas; 61 pontones, con un peso de entre 11 y 15 toneladas cada uno; cuatro cámaras hiperbáricas de alta tecnología hacen parte del paquete que llegó a Hidroituango, donde las obras ya están en un nivel de avance del 87,7 %, lo que da señales de que podría cumplirse la fecha del 26 de julio, que fue previamente anunciada para encender la primera de las 8 turbinas de la hidroeléctrica.
En el operativo ingenieril, con los equipos que llegaron de Holanda, tendrán que armar barcazas de buceo e izaje sobre el embalse de Hidroituango.
Una larga travesía
Unos 8.500 kilómetros hicieron parte de la travesía de la embarcación, que es una especie de ‘vuelo chárter’, pero en aguas marítimas, para lograr la llegada de la exótica carga.
El traslado desde el puerto en el Caribe Colombiano, hasta la zona en la que están las obras de la hidroeléctrica, requirió de 110 camiones de carga, de manera que pueda darse inicio a la segunda fase de los trabajos subacuáticos en el proyecto.
La barcaza que será armada sobre el embalse, en la margen izquierda de la presa, llevará al menos 25 días antes de que pueda verse en acción.
El equipo de buzos necesarios para la operación subacuática tiene la misión de hacer la limpieza y remoción de escombros, desinstalación de las rejas coladeras, reparación de algunos concretos e instalación de compuertas mecánicas en las captaciones 1 y 2, que corresponden a las mismas unidades de generación que entrarán a operar este año. En otras palabras, se trata de un grupo de expertos con un conocimiento integral en este tipo de tareas, entrenados en el llamado buceo hiperbárico o de saturación.
Según confirmaron los voceros de EPM, estas mismas labores se harán en las captaciones 3 y 4 de la futura central de generación y se realizará la instalación de compuertas o mamparos metálicos.
Aventura ‘azul profundo’
La singularidad del momento en el que entrará ahora Hidroituango se ve por todos lados. “Los buzos deberán bajar hasta 50 metros de profundidad en el embalse de Hidroituango con la ayuda de cámaras hiperbáricas, mantenerse presurizados o vivir en el fondo del agua hasta por 28 días mientras terminan las tareas”. Toda una aventura.