Carlos Suárez ha vivido inmerso en el mundo del ciclismo desde muy joven. Desde temprana edad tomó una bicicleta para medirse en el competitivo mundo del BMX antioqueño, del que se destacan nombres como Mariana Pajón y Carlos Oquendo.
Sin embargo, conforme fue creciendo, se inclinó por el ciclismo de ruta como su verdadera pasión y por mucho tiempo se propuso convertirse en un ciclista profesional y representar a Colombia en los podios de competencias como el Tour de Francia o el Giro de Italia.
Su proyecto de vida iba bien encaminado, sin embargo, un diagnóstico de asma le impidió continuar con su objetivo de convertirse en ciclista profesional y cambió sus metas en la vida.
A la par de competencias de ciclismo y carreras, Suárez compartía un gusto por el emprendimiento y siempre pensó que quería ser empresario: “Con mis compañeros del colegio siempre hablábamos de los jeans y la calidad de los mismos, por lo que tenía un especial gusto por la industria textil y me gustaba investigar sobre las telas, la calidad y de dónde provenían. Incluso, fabriqué algunos jeans en mi adolescencia”.
Luego de saber que no podría dedicarse al ciclismo profesional, decidió unir sus dos pasiones y darle vida a la marca Suárez, una de las compañías más reconocidas en la industria de la confección de prendas para ciclistas en el país.
Para ello, viajó varias veces a Italia, donde se encuentran las marcas con mayor trayectoria en la industria y analizó la tela, los cortes y todo lo necesario para formar su empresa en Colombia. Tras cerca de seis meses de investigación y análisis, lanzó su primera colección.
“Invertimos en las máquinas de corte, de confección, de sublimación, importamos las telas necesarias para producir una camiseta y una pantaloneta apropiadas para el ciclista”, aseguró.
Además, la producción, según le contó a SEMANA, se le daba muy fácil, teniendo en cuenta que era ciclista, una pasión que le corría por las venas, y le permitía entender las verdaderas necesidades del corredor. “No es lo mismo hacer una prenda que usarla siempre y saber qué se requiere, cómo hacerla más aerodinámica, más cómoda, más segura y para qué tipo de ciclista va”, afirmó.
“Algunos diseños se hacen pensando en el ciclista de pie, que está luciendo la prenda, pero no se tiene en cuenta que el ciclista va sentado realmente, y eso hace que las condiciones ergonómicas cambien, eso es en lo que nos basamos en Suárez para diseñar, en la comodidad del ciclista antes que nada”, añadió.
Poco a poco, la compañía logró consolidarse como uno de los referentes más importantes en la industria y trabajó de la mano con el ciclista Rigoberto Urán en el diseño de su marca, teniendo en cuenta todas las características necesarias para cada corredor.
La llegada a otros países
Además de fabricar piezas que sean de la mejor comodidad para el corredor, Suárez también tiene presente el diseño como una parte fundamental de sus colecciones. “Tenemos una persona encargada de ver qué está en tendencia en las principales competencias, colores, diseños, y todo lo que viene, para poder obtener un producto de calidad y de talla internacional”.
De la mano de ProColombia, Suárez empezó sus primeras exportaciones a Estados Unidos, Canadá y una parte de Centro América. “Ahí empezamos a salir al mudo con mucha inmadurez empresarial realmente pero año a año hemos pulido entendiendo el ADN del producto y marcando la diferencia en la industria”, contó.
Actualmente, la compañía exporta a cerca de 26 países. “Hemos tenido clientes desde Japón, Nueva Zelanda, Australia, algo de Europa, pero estamos muy concentrados en todo lo que es América. Estamos también en Emiratos Árabes, Corea y el año entrante tenemos para trabajar con Malasia”, explicó Suárez.
El efecto de la pandemia
Al igual que todas las empresas, Suárez vivió el efecto de la pandemia de la covid-19. Sin embargo, debido a que las personas se concentraron en hacer deporte en casa, también fue una oportunidad en el negocio para poder producir prendas indoor.
“Tuvimos la oportunidad de diseñar algunas prendas para el uso de simuladores en casa y vimos un crecimiento en el número de ciclistas aficionados”, contó.
Una vez los colombianos pudieron salir, la necesidad por las actividades físicas llevó a Suárez a un incremento en ventas del 72 %, tanto en clientes a nivel nacional como internacional.
Actualmente, la compañía cuenta con 350 distribuidoras a nivel nacional y algunos a nivel internacional. También lanza dos colecciones al año enfocadas en diferentes categorías; corredores aficionados, amateur y profesionales, así como las ventas por catálogo y los diseños personalizados, que representan el 50 % de sus ventas.
La pasión por el deporte y su amor por la industria textil llevaron a Carlos Suárez a abrirse paso en esta industria. “Todo el que trabaja en la compañía debe amar el ciclismo, porque así se identifica con él y eso es lo que hace a Suárez única”, concluyó.