Según el Reporte de Inclusión Financiera 2022 (RIF) de la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC), el acceso a servicios financieros para la población campesina sigue siendo un desafío, con una brecha significativa entre zonas urbanas y rurales. Mientras que el 95 % de los adultos en áreas urbanas tenían al menos un producto financiero para el año 2021, en las zonas rurales y rurales dispersas esta cifra fue inferior, alcanzando solo el 70 %.
En respuesta a esta situación, el programa “Ella Alimenta al Mundo”, con la estrategia de cajas de ahorro y crédito, ha permitido que 154 mujeres en Nariño accedan a créditos por más de 46 millones de pesos. Estos fondos se han destinado a diversos fines, incluyendo educación para sus hijos e hijas, adquisición de insumos para producción agropecuaria, pago de deudas y emprendimiento.
María Paula Cano, directora de Asuntos Corporativos y Gobierno de PepsiCo para América Latina, y directora de la Fundación PepsiCo Colombia, destaca el impacto del programa en las mujeres agricultoras de Nariño y sus comunidades. Cano enfatiza en la importancia de proporcionar herramientas de capacitación, acceso a recursos y apoyo financiero a las mujeres para mejorar su calidad de vida, la de sus familias y empoderarlas como empresarias del campo.
En total, más de 2.320 personas se han beneficiado de esta estrategia en los municipios de Pasto, Pupiales, Gualmatán e Ipiales, con el objetivo de reducir la brecha urbano-rural en el acceso a servicios financieros, especialmente para las mujeres de Nariño, según un estudio de la Universidad Externado publicado en 2023.
Además, las cifras indican que las mujeres juegan un papel fundamental en la seguridad alimentaria del país. Según datos de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), en 2023, el 48,2 % de la población rural total, que equivale a 5.8 millones de personas, son mujeres colombianas.
En este contexto, CARE y la Fundación PepsiCo han implementado el programa “Ella Alimenta al Mundo” en Colombia durante más de un año, con el objetivo de abordar la seguridad alimentaria y la desigualdad de género en comunidades rurales, fortaleciendo las habilidades y capacidades de las pequeñas mujeres agricultoras. A lo largo del desarrollo de este programa, más de 6.500 mujeres rurales y sus comunidades se han beneficiado.
Otros resultados de la implementación del programa a la fecha son:
- 110 huertas comunitarias implementadas en Pasto y Gualmatán.
- 1.700 mujeres sensibilizadas en buenas prácticas alimentarias con enfoque de género en Pasto, Gualmatán e Ipiales.
- 1.164 mujeres y hombres se vincularon a la estrategia “escuelas de campo y de negocios para agricultores”, y recibieron formación en buenas prácticas agrícolas, plagas, enfermedades, uso de fertilizantes, análisis de suelos y planeación del cultivo.
En resumen, el compromiso del programa se ha centrado en cerrar las brechas de género proporcionando herramientas clave para que las mujeres puedan acceder a los mercados rurales, mejorar sus técnicas de cultivo mediante formación técnica y adquirir conocimientos en educación financiera, entre otros aspectos. Estas acciones no solo fortalecen la autonomía y el empoderamiento de las mujeres en entornos rurales, sino que también contribuyen al desarrollo sostenible de las comunidades agrícolas en todo el mundo.