La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) declaró a la Sociedad Hidroituango responsable ambiental de los cargos formulados el ocho de mayo de 2018 por irregularidades presentadas en el marco de la construcción del proyecto hidroeléctrico y, por lo tanto, se le impuso una multa que supera los 5.133 millones de pesos.
Las irregularidades que encontró la Anla tras su investigación consisten en que la Sociedad Hidroituango no implementó las medidas de manejo ambiental establecidas en la licencia otorgada para el desarrollo de la central hidroeléctrica.
Estas medidas están relacionadas con el manejo y la debida disposición del material sobrante de excavación procedente de la construcción de la vía Puerto Valdivia-Presa, además de haber conformado los depósitos de La Planta y Cachirimé a menos de treinta metros de la margen izquierda del río Cauca.
Empresas Públicas de Medellín (EPM) aseguró que los hechos que motivaron esta sanción son, a su juicio, responsabilidad de un contratista de obra del proyecto hidroeléctrico. Así mismo, manifestó que, ante la decisión de la Anla de imponer esta millonaria multa, se procederá a interponer el recurso administrativo y las acciones judiciales que sean necesarias.
Hidroituango tendrá una capacidad total de 2.400 megavatios y atenderá el 17 % de la demanda de energía en Colombia. Tras cuatro años de la emergencia que presentó el proyecto, se espera que las dos primeras unidades de generación, cada una de 600 megavatios, entren en operación antes del 30 de noviembre de 2022.
Aunque el pasado dos de febrero EPM aseguró que la primera unidad comenzaría a generar energía el 26 de julio, es probable que esto no se cumpla. Lo que sí se podría llevar a cabo ese día es un “arranque en seco”, lo cual significa que la unidad entraría solamente a un período de pruebas para confirmar que funcione correctamente.
EPM logró taponar el túnel donde se originó la emergencia de Hidroituango
EPM alcanzó uno de los hitos técnicos más importantes en Hidroituango: tapar definitivamente la Galería Auxiliar de Desviación (GAD), donde el 28 de abril de 2018 se originó la emergencia que retrasó la entrada en operación de la hidroeléctrica.
La GAD se construyó para desviar las aguas del río Cauca mientras se taponaban técnica y definitivamente los dos túneles originales de desviación, pero su operación se vio interrumpida a partir del 28 de abril de 2018 cuando se obstruyó y se abrió de manera natural en varias oportunidades, lo que ocasionó crecientes súbitas aguas abajo y la destrucción de las dos compuertas de cierre que ya se tenían instaladas en ese punto.
“Así logramos mitigar un riesgo para las comunidades ubicadas aguas abajo de la presa y dimos un nuevo paso en esa meta de entrar a generar energía con las dos primeras unidades en el segundo semestre de 2022″, destacó Jorge Andrés Carrillo Cardoso, gerente general de EPM.
¿En qué consistieron las obras?
La GAD se encontraba taponada naturalmente y, por lo tanto, existía el riesgo de que se destaponara también de manera natural en cualquier momento. En diciembre de 2019 se bajaron las compuertas de 300 toneladas para cada ramal, lo que permitía un taponamiento previo.
A pesar de esta barrera, seguían pasando por lo menos ocho metros cúbicos de agua por segundo a través de un sistema de descarga directa instalado en la parte superior de las compuertas, una cantidad considerable que no posibilitaba tener un acceso seguro de maquinaria y personal en el lugar.
Para sortear la situación se desarrolló una maniobra denominada bypass, la cual consistió en instalar un sistema de tuberías que permitió desviar el agua que ingresaba por la GAD a la descarga intermedia y, de allí, hasta el cuenco del vertedero para reincorporarse aguas abajo al cauce normal del río Cauca.
A comienzos de 2022, ya teniendo en seco esta parte de la GAD, EPM tuvo acceso a las compuertas auxiliares (derecha e izquierda) para construir los dos tapones de concreto de 23 metros de longitud y 14 metros de altura. Esta labor, por su debida gestión ambiental, precisión y condiciones atmosféricas para obtener un buen fraguado del concreto, tardó cuatro meses y requirió el trabajo de aproximadamente 600 colaboradores.