Uno de los productos más queridos por los colombianos es el tradicional Ponqué Ramo, preparación que además de ser ampliamente conocida en el país, se ha convertido en una insignia y en un referente de la cultura nacional.

Detrás de este exitoso postre estuvo Ana Luisa Camacho, quien, de la mano con su esposo, Rafael Molano, dieron paso a la empresa productos Ramo, la cual se encargaron de llevar al éxito con productos como el Chocoramo, los ponqués Gala, el tradicional Gansito y los famosos Tostacos.

Pues bien, la propia compañía ha informado sobre la muerte de doña Ana Luisa Camacho, nacida en Garagoa, Boyacá, quien dejó este mundo a sus 97 años de edad y tras 9 años de la partida de su esposo, quien falleciera el 20 de agosto de 2014 en Bogotá.

Un grupo de cinco ingenieros vigilados por Don Olimpo, creador de este postre, se encarga de darle el sabor al Chocoramo.

Esta mujer fue el cerebro detrás del famoso Ponqué Ramo, producto que les permitió a ella y a su esposo crear una de las empresas más exitosas y grandes del país. Según cuenta la historia, Rafael vendía a sus compañeros de trabajo las porciones del ponqué que su esposa le preparaba, lo que dio pie a una idea de negocio que supo prosperar y generar empleo a miles de colombianos.

“Ana Luisa Camacho nació en Garagoa, Boyacá, y muy joven viajó a Bogotá, donde estudió secretariado comercial. Gracias a su esfuerzo y dedicación, logró ascender a ser secretaria de la Presidencia de la República, durante el gobierno de Mariano Ospina Pérez, y posteriormente secretaria de la presidencia de Bavaria”, señala la reseña publicada por la propia empresa.

Precisamente, en su paso por Bavaria fue donde conoció al amor de su vida, Rafael, con quien forjaron una empresa que hoy por hoy tiene plantas de producción en diferentes partes del país.

“Doña Ana Luisa no solamente fue la guardiana de la receta familiar secreta con la que se creó el Ponqué Ramo, sino que también sentó las bases de la producción, economía y calidad que caracterizan los productos Ramo al tiempo que estableció los principales parámetros iniciales del control de costos”, agregó la compañía que ayudó a fundar.

Productos Ramo también destacó la labor social que por años realizó esta mujer, la cual, además de estar vinculada a la compañía, crio 8 hijos y desarrolló una importante gestión comunitaria.

Inicialmente se producían 10 toneladas mensuales de chocoramo mini, hoy se producen 160 toneladas.

Rafael Molano, la otra mente detrás del éxito del Chocoramo

En Bavaria, Rafael aprendió un sistema que hoy es el corazón de su empresa: la distribución. Como a los camiones les faltaba orden, reorganizó la flota para la cervecera.

Recién casado, acompañó a su esposa a un juego de bridge con sus amigas. Ella solía ofrecer los ponqués que preparaba su suegra. Molano quedó sorprendido al ver el gusto de las señoras por los pasteles y, esa misma tarde, le pidió a su madre que le enseñara la receta.

Así comenzó su vida empresarial. A principios de los 50 empezó a vender sus primeros ponqués en cajas de cartón a sus compañeros en Bavaria. Uno de ellos fue fundamental en su éxito, Álvaro Iregui, gerente del laboratorio y uno de los primeros Ph. D. en alimentos del país.

El negocio creció más allá de lo previsto y, por ello, en 1954 se empeñó en hacer empresa. Luego, Iregui lo siguió y dedicó su vida a Ramo. La combinación de visionario y científico fue la mejor fórmula de emprendimiento.

Los productos líderes en ventas son el chocoramo, el ponqué gala y el ramo tradicional.

En 1956, cuando Molano visitó a Enrique Luque, alto ejecutivo de Carulla, para ofrecerle sus productos, él le hizo entender que debía empacarlos para poder venderlos en el formato de autoservicio. Quince días después, Molano llevó el Ponqué Ramo tal como lo conocemos hoy, con la receta que impide que las tajadas se desmoronen.

También resultó muy hábil en mercadeo. En un programa de televisión, junto con Gloria Valencia de Castaño, la hija del científico Iregui cantaba el estribillo “Feliz cumpleaños amiguitos, os desea Ponqué Ramo”, que hizo que el producto se conociera en el mercado nacional.

Rafael Molano fue uno de los empresarios más representativos, y su industria Ramo, una de las empresas nacionales más queridas por varias generaciones de colombianos.