Bogotá jamás se imaginó que aquella licitación que se hizo hace más de cuatro años para definir los operadores de aseo de las cinco zonas en las que está dividida actualmente la ciudad, se convertiría en uno de sus mayores dolores de cabeza por culpa de unos de las empresas elegidas para esta tarea, la cual al parecer no está cumpliendo lo pactado y ha llevado este caso a instancias administrativas y judiciales, para que se cambien las reglas del juego después de firmado el contrato.
Para entender mejor todo esto, hay que arrancar sabiendo que el 2018, tras un proceso de licitación pública, la Alcaldía de Bogotá le entregó a 5 operadores privados la prestación del servicio de aseo, que incluye el barrido de las calles y parques previamente delimitadas y la recolección de basuras, entre otras tareas. Después de un proceso muy largo de selección, que contó con una gran cantidad de aspirantes, Ciudad Limpia, Bogotá Limpia, Área Limpia, Limpieza Metropolitana y Promoambiental, fueron las escogidas para realizar este trabajo.
En el contrato posterior a la escogencia de las firmas operadoras de aseo se dejaron estipuladas las zonas y frecuencias de barrido del espacio público que cada una de ellas debía realizar. No obstante, una de estas (Promoambiental) empezó a barrer más de lo debido y a cobrar por esto, lo que de inmediato aumentó los precios de recolección de basuras en las comunidades que tiene a cargo y, por efecto del promedio, afectó a las demás firmas que trabajan en el resto de la ciudad.
En entrevista con SEMANA, Alejandro Carranza, representante legal de ProcerAseo S.A.S, empresa encargada de procesar los datos y manejar el sistema de información en Bogotá, explicó que Promoambiental ha venido facturando en promedio cada mes unos 270 mil kilómetros lineales barridos en las siete localidades, pese a que lo dispuesto por el distrito es de 136 mil. En plata clara y sonante, este excedente le cuesta 2 mil pesos a cada usuario en su factura, según su denuncia, cada mes PromoAmbiental le estaría cobrando 1.400 millones de pesos extra a Bogotá.
“Cuando a ellos los contrataron para barrer, debían ceñirse únicamente a lo que estaba establecido en el plan de limpieza y manejo de residuos. Para poner un ejemplo, les pusieron cinco calles, pero les dijeron que sólamente se necesitaba barrer tres, dos veces por semana, pero están barriendo de la uno a la cinco, hasta cinco o seis veces por semana, para promediar todo esto y al final poder cobrar más, ignorando lo que decía el contrato que firmaron desde un comienzo” explicó Carranza.
Para Carranza, lo que está haciendo Promoambiental es contradictorio, ya que pese a que la política Distrital, tanto en el pasado gobierno de Enrique Peñalosa, como actualmente con Claudia López, propende por generar menos residuos, su estrategia de trabajo está generando más de lo que debería, produciendo más basura de la que se espera y, por tanto, cobrando mucho más a los ciudadanos.
“Qué hacen para esto, sencillamente barren los separadores viales, que no debería, barren los andenes que no tienen que barrer, calles que no tienen que barrer, parques que no están dentro del contrato, van y los barren y duplican las frecuencias en los sitios que sí tienen que barrer. Ellos están barriendo lo que quieren, cuando quieren y como quieren y dicen que es por una Bogotá más limpia, generando un alza en la tarifa, porque finalmente recae en las facturas, así no se va”, dijo Carranza.
¿Cobran por barrer aire?
Lo más paradójico en todo esto, es que dicho barrido adicional no se ve reflejado en un aumento del peso de la basura que finalmente llega al basurero de Doña Juana, con lo cual se puede interpretar que a la ciudad le están cobrando por barrer aire. Esto, según el experto consultado por SEMANA, lo logran valiéndose de vacíos jurídicos que quedaron en el contrato que se firmó en 2018.
“Si barren más, pues deberían generar mucho más residuos, pero aquí extrañamente, barren más, pero generan mucho menos residuos que los demás operadores. Eso fue lo que nos hizo pensar a nosotros que entonces están barriendo aire y es algo ilógico, pese a que se pegan al tecnicismo de que el contrato no dice cuántas toneladas deben entregar a Doña Juana y que no importa si lleva una tonelada o lleve mil”, dijo el representante de Procesar Aseo.
Ante estas acusaciones, en otras ocasiones Promoambiental ha dicho que desde el inicio del contrato han cumplido con las frecuencias definidas en el Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos, PGIRS. Además, advierten que los soportes de esa actividad fueron entregados a la misma Interventoría, la UAESP y a la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliario.
“El fallo del Tribunal, el cual se encuentra vigente desde hace 8 meses, reconoce que la distribución de los ingresos por los servicios de barrido y limpieza se ha realizado de manera errada y desequilibrada, dado que los recursos pagados por la ciudadanía no llegan al operador que realmente efectúa la labor y, por el contrario, se distribuyen a los demás prestadores, que se lucran con sumas superiores a lo permitido por la regulación”, señalaron desde Promoambiental.
Un pleito jurídico que inicia un nuevo capítulo
La disputa entre Promoambiental y Bogotá ya fue saldada a favor de la ciudad, puesto que el tribunal a cargo manifestó que hay un contrato establecido, firmado y aprobado y, por tanto, se debe respetar. No obstante, este operador inició una nueva disputa en contra de ProcerAseo, acusándola de hacer mal los cálculos para cobrar el servicio de aseo. En este pleito inicialmente estuvo representada por el exfiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez, aunque recientemente cambió de abogado y puso a Humberto Sierra Porto.
Así mismo, SEMANA tuvo acceso a documentos que muestra que PromoAmbiental cambió su junta directiva el pasado mes de septiembre y entre los nuevos miembros destaca Alberto José Merlano Alcocer, tío de la primera dama, Verónica Alcocer, y quien se desempeñó como gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, durante la alcaldía de Gustavo Petro.
De acuerdo con ProcerAseo, todos estos movimientos buscan blindar a PromoAmbiental frente al Gobierno Nacional y prepararse para escalar este pleito a instancias judiciales internacionales. Todo esto con el fin de obtener unas pretensiones económicas que lo podrían posicionar como el único operador de aseo en Bogotá, ya que llevarían a la quiebra a las otras cuatro firmas a cargo de este trabajo.