Luis Carlos Sarmiento Angulo, el hombre más adinerado del país, es dueño del Grupo Aval -el conglomerado bancario más grande de Colombia-, del Fondo de Pensiones y Cesantías Porvenir, del diario El Tiempo, Corficolombiana, entre otras empresas de distintos sectores.

Sus compañías suman un total de 117.000 empleados, de los cuales 23.000 están vinculados a los bancos que tiene la organización en Centroamérica, mientras que los otros 94.000 se ubican en Colombia.

En entrevista exclusiva con SEMANA, el empresario destapó sus cartas; habló sobre los impuestos que paga su organización, lo que significa el dinero para él, la reforma tributaria, entre otros temas.

Sarmiento Angulo explicó que su organización paga una “cifra muy importante” en impuestos, la cual varía año tras año. “Por ejemplo, el año pasado se disminuyó por la pandemia, y se disminuyeron también las utilidades, pero pagamos entre 2 % y 3 % del total de los impuestos de renta que recibe el país cada año”, dijo el banquero, porcentajes que equivalen “entre 2 y 2,5 billones de pesos por año”, dijo.

De acuerdo con el banquero, los impuestos “en algunos casos extremos puede que sí las maten. En la mayoría se entorpece el crecimiento natural”. El empresario también hizo énfasis en que, para él, el dinero “tiene que ser un medio y no un fin”.

“El dinero es un elemento muy importante, pero hay que tener en cuenta que el dinero tiene que ser un medio y no un fin. El dinero tiene que servir para muchas cosas, pero no tiene sentido que la vida sea únicamente para hacer dinero. Si uno no está parejo en las dos cosas, consciente de su compromiso y de su obligación, pues no valdría la pena hacerlo”, aseguró.

Hay asuntos que para el empresario valen más que el dinero, como los valores afectivos: “La familia, primero que todo, los amigos, el país, los mismos ciudadanos, en fin”.

A la par, aprovechó para hablar sobre la igualdad que tanto ocupa las primeras planas de los medios de comunicación, las campañas políticas, los discursos, entre otros escenarios. “Aquí todos los días se habla de igualdad y se critica mucho, y que hay que hacer que todos seamos iguales. En primer lugar, no somos iguales. Todos somos diferentes, nada que hacer. Lo que hay que buscar no es que todo el mundo sea igual, que todo el mundo tenga la misma plata y el mismo trabajo porque eso es imposible. Eso es apenas para hacer discursos políticos. Lo que hay que buscar es que todo el mundo tenga oportunidades y realmente nuestra gente en Colombia es pobre, nuestro país es pobre, los ingresos nuestros son bajos y se habla mucho de que las grandes empresas se quedan con el dinero”, afirmó el empresario.

Dejó en claro que las grandes empresas son las que producen el dinero. “Entonces se dice que hay que repartir. Si no hubiese esas empresas, no habría nada que repartir. Lo que los países tienen que buscar y todos tenemos que buscar es que todos tengan oportunidad, que haya trabajo para todos, según sus capacidades, trabajos decentes, bien pagados. Es solamente una cuestión de enlazar las políticas públicas con el interés de los ciudadanos, es decir, los países tienen que preocuparse por que existan esas empresas”, dijo.

Para el empresario, las tesis de “vamos a seguir, por ejemplo, poniendo impuestos y más impuestos”, y hablar con naturalidad de la reforma tributaria de este año, como si no pudiera pasar un año sin reforma tributaria, pueden resultar perjudiciales porque desestimulan la actividad empresarial”.

Afirmó que las reformas tributarias están en la agenda de los países estables cada cinco o diez años, con el objetivo de que hayan empresas que generen empleo. Lo anterior se traduce en trabajo para los ciudadanos y la posibilidad de tener tranquilidad y “una seguridad de cómo llevar el dinero a su casa”. Sobre si está cansado o no de las reformas tributarias, el empresario afirmó que, por lo menos, está “muy poco convencido de su efectividad”.

“Se trata es de crear empleos y si a las empresas que producen las atormentan todos los años aumentándoles los impuestos, cambiándoles las reglas de juego, poniéndoles más compromisos, amenazándolas con infracciones, aplicando sanciones penales muchas veces discutibles, pues es muy difícil. Los índices de desempleo, por ejemplo; no nos vamos a comparar con Estados Unidos ni con Europa, que tienen índices de 4 % y de 6 %; aquí en nuestro medio, Ecuador, Perú, tienen índices de desempleo de 5 % y de 6 %, uno de los líderes en desempleo, desde México hasta Argentina, es Colombia. Hoy tenemos 12 % de desempleo y naturalmente nos quejamos porque la gente no encuentra empleo. Después de que lo tengan, podemos discutir cómo mejorar las condiciones, pero lo fundamental es que lo tengan, y para tenerlo hay que crear empresas porque son las que producen el trabajo y hay que favorecerlas. Me dirán: ´¡Claro!, como usted es un rico lo que quiere es ganar todavía más plata´. No. Lo que quiero es más empresas y eso no se consigue sino dándoles oportunidades. Porque si los potenciales inversionistas encuentran mejores condiciones para su capital en los países vecinos se lo llevan para allá”, afirmó.