Con tan solo tres años de creada, esta empresa, que nació en un garaje en un barrio de Dosquebradas, Risaralda, en plena pandemia, hoy exporta patacón y otros productos prelistos a Estados Unidos, España, ya tiene en la mira a Dubái, así como a nuevos mercados internacionales y también nacionales.
La historia de esta pyme comienza en 2018, cuando su creador y hoy gerente, Edward Galeano, músico y arreglista, tocaba en un bar en Bogotá en donde vendían patacón relleno, uno de sus favoritos. Se le ocurrió la idea de volver a Pereira a montar un negocio de plátano frito, y en el proceso de producción encontró una necesidad que cambió su proyecto.
Buscando una pataconera industrial y aprendiendo de las necesidades que se dan detrás de la cocina, lo cogió la pandemia. Con la creatividad a prueba, junto con un amigo y hoy socio, vieron la oportunidad de vender en Estados Unidos patacón o tostón, como es conocido en otros países. Así, el 6 de agosto de 2020 tomaron el camino industrial y registraron la empresa De la Platanera –DelPla– y empezaron a exportar patacones, monedas de plátano verde, cuadritos de plátano verde y maduro y tajadas de maduro.
En total venden 14 productos, en el mercado food service y retail. “Hoy atendemos mercado nacional e internacional; en Colombia atendemos clientes de grandes cadenas de restaurantes y distribuidoras. En el mercado internacional estamos exportando actualmente a los Estados Unidos y a España, atendemos mercado food service y retail, maquilas y marca propia. El producto es prelisto, precocido y congelado, lo enviamos por contenedores en diferentes presentaciones según las especificaciones del cliente”, dice Galeano.
Aunque el camino no ha sido fácil, el año pasado se ubicó como la cuarta empresa exportadora de tostón a nivel nacional. Galeano aprendió de las 33 variedades de plátano existentes en Colombia, vio las fortalezas del dominico hartón que se da en el Eje Cafetero, y además de comprarles a los campesinos directamente, con su socio Mauricio Torres decidieron apostarle también al cultivo de 104 hectáreas en Combia, corregimiento cerca a Marsella, Risaralda, para garantizar el suministro de fruta.
“Este año ha sido complicado: la fluctuación del dólar, los costos de la fruta (plátano), la subida de la gasolina, el plástico, el cartón y todo en general. Esta situación ha afectado la comercialización internacional, pero estamos dando la pelea y esperamos superar las cifras del año pasado”, señala Galeano. Han desafiado cada obstáculo y hoy cuentan con 40 trabajadores en planta y 50 en finca. Han trabajado de la mano de ProColombia, que los ha ayudado en su proceso de exportación, para abrir puertas en Europa, Medio Oriente y nuevos destinos en Estados Unidos.