“Mi recibo con Electricaribe era de 98.490 pesos y ahora es de 203.430 pesos”; “Cada vez que llueve se va la luz y se dañan los electrodomésticos”; “Las tarifas se subieron al doble y nosotros somos pobres”.
Esos fueron algunos de los testimonios con los que arrancó el debate de control político, convocado en la Comisión VI de la Cámara, por la representante Martha Patricia Villalba, quien volvió a hurgar en la herida que ha tenido abierta la región Caribe durante varios años, debido a la precaria prestación del servicio de energía.
Las aglomeraciones de ciudadanos quejosos empiezan a subir, apostados al frente de las oficinas desde donde despachan los nuevos operadores del servicio en la región Caribe.
De vieja data
La empresa Electricaribe entró en liquidación el 25 de marzo de 2021, por orden de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios. En su reemplazo, desde el 1 de octubre de 2020 (de forma paralela, mientras se avanzaba en el camino hacia la liquidación de Electricaribe) se introdujeron dos nuevos operadores: Afinia y Air-e, para cubrir los 1,5 millones de usuarios de departamentos como Sucre, Córdoba, Bolívar y el sur del Magdalena, en el caso de Afinia, y de 1,22 millones de clientes en el Atlántico, Magdalena y La Guajira, atendidos por Air-e.
Entre esos 2,7 millones de clientes, que antes eran atendidos en su totalidad por Electricaribe, están los colombianos, tanto personas naturales como empresas, quienes fueron fuertemente golpeados por la pandemia; muchos de los cuales perdieron el empleo o el negocio. Por esa razón, varias intervenciones en el debate de control político se centraron en la necesidad de tener en cuenta esas realidades.
A humanizar tarifas
Este 1 de octubre de 2021 se cumple 1 año de la entrada de los jugadores y la situación, según Villalba, preocupa.
Los usuarios del servicio en 7 departamentos de la región Caribe, experimentaron alzas que están por encima de las resoluciones establecidas por la Creg (Comisión de Regulación de Energía).
En el caso de las conexiones a la energía en los sectores residenciales, el incremento en la facturación iba a ser del 9%, y para los usuarios empresariales, del 5%. Sin embargo, agrega la parlamentaria, los aumentos en los recibos de las personas que dieron sus testimonios, están por encima del 16 %, por lo que su llamado, a todas las autoridades que hicieron parte del debate en la Cámara fue enfático: “La manera de establecer la tarifa de energía tiene que ser más humana; más coherente con las realidades económicas de los colombianos”.
Nunca baja la factura
Villalba agrega que entre los acuerdos estaba el de compensaciones en la factura, por suspensiones del servicio, pero es algo que no se ha dado. “El costo que viene en los recibos nunca disminuye y hay municipios con 24 horas sin luz, en los que los ciudadanos soportan temperaturas superiores a los 30 grados, y no hay ninguna compensación”.
La parlamentaria reconoció que hay pérdida de energía, hay robo de energía (algo que alegaba Electricaribe cuando era el operador, para quitar la luz y justificar el mal servicio), pero también es por falta de mantenimiento. “Hay 200 subestaciones de energía obsoletas; 45.000 transformadores que no tienen mantenimiento y contadores a los que se les llama ‘correcaminos’, pues aún no entendemos cómo es que corren tanto mientras no hay un servicio eficiente”.
¿Qué dicen las autoridades?
El ministro de Minas, Diego Mesa, el primero de los funcionarios públicos que intervino en el debate de control político, respondió a los interrogantes planteados por los congresistas.
Sobre la situación de crisis económica de la gente, por la situación sanitaria en la pandemia, recordó que para atender las necesidades de los colombianos en esa coyuntura, aplicaron subsidios y alivios en el pago de la factura, que beneficiaron a 8,4 millones de hogares, correspondientes a 32 millones de colombianos. “Eso garantizó que las familias pudieran tener el servicio durante la pandemia”.
Acerca del tema tarifario, dijo que en un trabajo conjunto con las nuevas empresas operadoras (Afinia y Air-e), se ha aplicado una opción tarifaria que ha suavizado el incremento en la factura. Esa estrategia, agregó, “está acorde con las inversiones que se han realizado y se van a realizar”, con las cuales, se busca materializar la mejora en la prestación del servicio.
¿Mejorará la situación?
Mesa sostuvo que los incrementos en la facturación, en el caso de Afinia, no superarán el 0,6%, y en el de Air-e, serían de hasta el 4% en promedio.
Así las cosas, los ciudadanos tendrán que seguir revestidos de paciencia, mientras se acaba la pesadilla de pagar la luz y vivir mucho tiempo a oscuras, y acalorado por la inconformidad con un servicio que, en la pandemia, se volvió más necesario, puesto que si no hay energía, tampoco hay internet, que ahora pasó a ser indispensable para todas las actividades cotidianas.
El visor del Congreso y de los ciudadanos, con este tema, tendrá que continuar.