El 2020 fue un año complejo para el sector avícola, que representa 32,8 por ciento del PIB pecuario y cuya producción sumó 20 billones de pesos. Por la pandemia, la producción de pollo cayó 4,3 por ciento. Es decir que retrocedió a niveles de 2017. Al ser la proteína más barata, el huevo sí creció 13,9 por ciento. Esto permitió que el sector avícola en total creciera 1,82 por ciento el año pasado cuando la producción alcanzó 2,6 millones de toneladas: 1,6 millones de pollo y 983.000 de huevo.

Pero, tras aguantar el impacto de la pandemia, las empresas avícolas proyectan un 2021 con mejores augurios ante la posibilidad de llegar a mercados internacionales. Esa meta, trazada hace varios años, se concretará con la primera exportación de pollo, antes de finalizar este año, por parte de un grupo de compañías que ya certificaron sus plantas para exportar y otras que trabajan en ese objetivo.

El primer destino es Japón, un mercado ubicado a 14.208 kilómetros de distancia. Aunque desde 2012 existe un manual de exportación de pollo en el país, esta es una operación compleja que exige desde el análisis de costos de aranceles, transporte y producción hasta la revisión y cumplimiento de requisitos sanitarios y fitosanitarios. Pero los empresarios del pollo quieren pasar de la cartilla a la acción.

Según la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi), se realizará un envío inicial de contenedores para efectuar pruebas. La primera fase de operación tendría un potencial para llegar a 560 millones de dólares al año, cifra que podría duplicarse una vez se consoliden los procesos comerciales con ese país, estima el gremio. “Significa obtener el primer sello en el pasaporte para ir a buscar nuevos mercados y expandir las posibilidades para llegar a ellos”, dice Gonzalo Moreno, presidente de Fenavi.

Gonzalo MorenoPresidente de Fenavi

Esto hará de 2021 un año de inflexión para la industria avícola del país, que exigió un riguroso proceso de ‘diplomacia sanitaria’ adoptado por el Gobierno para sacarles jugo a los tratados comerciales.

En Estados Unidos, otro mercado de alto potencial, el requisito para importar pollo es que provenga de un país libre en su totalidad de la enfermedad de Newcastle. Japón pide que no haya presencia alguna de esta enfermedad a 50 kilómetros a la redonda antes del envío. Esto les dio luz verde a los avicultores colombianos en la nación asiática.

La enfermedad de Newcastle se compara con la influenza aviar, aunque no es lo mismo. Para la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), se trata de una infección altamente contagiosa “y con frecuencia severa, que existe en todo el mundo y afecta a las aves, incluidas las aves de corral domésticas”. En este momento, Colombia busca conservar el estatus sanitario del país libre de influenza aviar y avanza en el control y erradicación de la Newcastle.

Con Estados Unidos también los trámites de exportación van a buen ritmo. Fenavi junto con el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y la Embajada de Colombia en Washington trabajan de manera coordinada. En la última sesión del Comité Permanente de Asuntos Sanitarios y Fitosanitarios del TLC, el país le pidió licencia al servicio veterinario de Estados Unidos a fin de lograr admisibilidad sanitaria y el acceso real al mercado para la carne de pollo y sus productos derivados. La respuesta fue positiva, y el gremio espera cumplir con las exigencias en los próximos meses.

La apertura de mercados para el pollo colombiano es un viejo anhelo que los productores ven cerca de cumplir. Por eso, esperan exportar tan pronto como canta un gallo.