Bernie Sanders, senador por el estado de Vermont (Estados Unidos), se ha convertido en un gran crítico de los magnates de Estados Unidos, sobre todo de los dos hombres más ricos: Jeff Bezos y Elon Musk.

Para el político, es inadmisible que mientras la riqueza de Jeff Bezos ha crecido exponencialmente durante la pandemia, intenta sofocar a toda costa las iniciativas sindicales de unos 6.000 trabajadores del centro de distribución de su empresa en Alabama, quienes alegan que están siendo presionados por las directivas de Amazon.

Un turno nocturno en una bodega de Amazon en Reino Unido puede durar 10 horas y media, con un descanso de una hora.

Según los trabajadores, las condiciones de trabajo son extremas. Alegan que no les dejan ingresar sus celulares durante los turnos, que los tiempos de almuerzo son mínimos y que incluso tienen que ir corriendo largas distancias para ir al baño. Denuncian que retrasarse puede derivar en recortes de salarios y hasta en despidos.

El mundo le ha puesto la lupa a las condiciones laborales de las grandes tecnológicas, que, si bien siempre se habían caracterizado por sus buenas prácticas laborales, a medida que han venido en aumento, han dado pie a serios cuestionamientos: desde el silencio corporativo de estas compañías hasta la vigilancia de las políticas éticas de dicho modelo de negocio.

Desigualdad

Otro de los puntos que ha sido motivo de discusión es la abismal diferencia entre las condiciones laborales de los trabajadores de las altas esferas, en comparación con las de aquellos con oficios de menor calificación técnica, como empacadores de centros logísticos o vendedores de almacenes.

Las medidas que ha tomado la empresa de Bezos, para ahogar los brotes sindicales, por el temor de una reacción en cadena, dejan mucho que desear. Varios empleados fueron despedidos luego de encabezar una huelga en Staten Island, a través de la cual pedían más medidas de protección en frente al riesgo de contagio con coronavirus.

El día que Bernie Sanders predijo el caos de la noche electoral en EE. UU. | Foto: 2020 Getty Images

La tensión ha sido tal que un vicepresidente de Amazon, Tim Bray, renunció, luego de considerar que no podía continuar mientras sus empleados fueran silenciados.

No fue a la cita

Fue en ese contexto que Sanders citó a una audiencia sobre desigualdad laboral, a la cual Bezos se negó a asistir.

En dicho escenario, el senador indicó que mientras el fundador de Amazon se ha enriquecido en 77.000 millones de dólares en la pandemia, les ha negado la licencia por enfermedad pagada a cientos de miles de trabajadores de Amazon.

“Tienes un patrimonio de 152.000 millones de euros, ¿por qué estás haciendo todo lo posible para evitar que tus trabajadores se sindicalicen?”, preguntó el senador Sanders.

En la audiencia, una empleada del almacén de Bessemer, Alabama, llamada Jennifer Bates, dijo que los esfuerzos de sindicalización eran un intento por nivelar el campo de juego. La trabajadora –que testificó en el recinto– se quejó por las duras condiciones laborales, las largas jornadas y la falta de seguridad.

Jeff Bezos, CEO de Amazon.

“Amazon se jacta de que paga a los trabajadores por encima del salario mínimo (...) Lo que no te dicen es cómo son realmente esos trabajos. Y, ciertamente, no te dicen lo que pueden pagar”, dijo Bates.

El presidente Joe Biden también se había pronunciado al respecto, aunque sin nombrar a la compañía de Bezos, indicando la importancia de que los trabajadores tengan la libertad de crear un sindicato.

“Los trabajadores en Alabama y en todo Estados Unidos están votando alrededor de la organización de un sindicato en sus lugares de trabajo. Es una elección de vital importancia, que debe tomarse sin intimidación o amenazas por parte de los empleadores. Todos los trabajadores deberían tener la opción libre y justa de afiliarse a un sindicato”, dijo Biden.