La búsqueda de financiación para las empresas es cada vez más variada. De los préstamos de familiares y amigos se pasa a los créditos bancarios, y los más sofisticados llegan a la bolsa. Sin embargo, nuevas opciones están ganando terreno y entre ellas está la figura de los inversionistas ángeles, que son personas que les prestan su dinero a empresas de etapa temprana a cambio recibir acciones, con la finalidad de obtener un alto retorno al momento de vender su participación.
Algo similar hacen los fondos de riesgo o los de capital privado, que realizan apuestas en empresas de mayor trayectoria, siempre con el objetivo de mejorar su operación para poder obtener altos rendimientos al momento de vender.
Si bien este tipo de financiación no es de corto plazo, puede ser de tres a cinco años, recientemente se está imponiendo una nueva figura que se bautizó como ‘capital paciente’, donde ya no solo se busca rentabilidad en un plazo más largo (de 7 a 10 años), sino que además las inversiones tengan un impacto social.
Un ejemplo de capital paciente es lo que hace el fondo estadounidense Acumen, el cual fue fundado en 2001 para invertir con un enfoque social. Su objetivo es demostrar que pequeñas cantidades de capital filantrópico, combinadas con grandes dosis de perspicacia comercial, pueden dar como resultado empresas prósperas que sirven a un gran número de pobres.
A lo largo de los años, Acumen ha invertido más de 115 millones de dólares en empresas de los sectores de energía limpia, atención médica y agricultura. En el país tiene participación en firmas como Acceso Colombia (agregador de productos agropecuarios), Azahar Coffee (compra y procesa el grano en zonas afectadas por el conflicto) y Bioguaviare (trabaja con frutas tropicales del Amazonas).
Apuesta educativa
La más reciente inversión de Acumen en el país es Coschool, una firma que impulsa proyectos de educación socioemocional en zonas rurales de Colombia y Latinoamérica.
Coschool fue fundada hace ocho años por tres socios: los colombianos Carlos Echeverry y Cristina Álvarez, y el inglés Henry May, actual CEO de esta organización. Los tres eran apasionados por el tema educativo y en el caso de May, docente de profesión, su experiencia venía de trabajar en colegios en zonas marginales en su país natal, en donde comprobó la conexión entre la parte académica y la emocional. En 2012 llegó al país para trabajar con Enseña por Colombia, enfocado en la formación básica para docentes.
“Cada vez es más evidente que la educación no se debe centrar solo en lo académico, pues lo emocional también es indispensable y eso no implica poner una clase de ‘empatía’ todos los lunes en la tarde, sino que hay formas más eficientes de lograrlo”, explica May.
La propuesta de Coschool es enseñar la parte emocional mediante la formación docente, pues las acciones y el comportamiento de los profesores son la base para transmitir esas habilidades a los estudiantes. En otras palabras, el docente tiene que predicar y aplicar. “Nuestro foco son los maestros y no tanto los estudiantes”, reitera, y explica que desarrollaron un modelo pedagógico al que llaman edumoción, por el que ya han pasado 7.000 educadores y 25.000 jóvenes del país, con los que se han trabajado temas como empatía, autoconocimiento y creatividad.
Aunque Coschool tiene un claro componente social, pues su foco son las instituciones públicas rurales, que es en donde menos se trabajan los temas emocionales y en donde hay más brechas por acortar, no son una empresa sin ánimo de lucro. Buscan ser rentables, escalables y sostenibles, por lo cual trabajan con grandes oenegés, con el sector público, con colegios privados e incluso evalúan el tema de formación empresarial. No en vano las habilidades emocionales se han vuelto clave para el desarrollo de muchas compañías.
Tres años negociando
Para el avance de Coschool sus socios consiguieron una primera pequeña ronda de inversión en 2015. Luego duraron casi tres años conversando con Acumen hasta que en 2022 lograron convertirse en la segunda inversión en el sector educativo que ha realizado el fondo estadounidense en América Latina.
Acumen lidera una ronda de inversión por más de 600.000 dólares, proceso al que se unieron la Fundación Bancolombia y Rockwood Advisors, quienes han logrado recaudar compromisos de capital de 450.000 dólares.
May dice que la meta es llegar a 800.000 dólares y a futuro buscar más inversiones para poder llegar a unos 2 millones de dólares. Por ahora los recursos se van a usar en un bus que recorrerá todo el país promoviendo la edumoción, con la meta de que el 25 % de los beneficiarios estén en zonas rurales.