Poco más de 24 horas han pasado desde que el presidente Gustavo Petro anunció varios cambios en su gabinete ministerial y, por el momento, no paran los debates en los diferentes sectores de la economía que siguen de cerca lo que vendrá para el país con los nuevos jefes de las ocho carteras que ahora pasarán a ser comandadas por nuevos personajes, en medio de la búsqueda del gobierno unificado y participativo que se busca desde Casa de Nariño, que ahora dará mayor participación a las diferentes colectividades políticas del país.
Sin duda, uno de los cambios que más llamó la atención fue el de José Antonio Ocampo por Ricardo Bonilla en el Ministerio de Hacienda, ya que el primero era considerado como un punto de tranquilidad para los inversionistas, analistas y expertos, dadas sus posiciones y pensamientos frente al futuro del país, y ahora se espera que su sucesor mantenga los mensajes de tranquilidad, en medio de la coyuntura de incertidumbre que se vive en todo el mundo por culpa de la inflación y las subidas de tasas de interés.
Ricardo Bonilla fue uno de los tres economistas (junto con Jorge Iván González y Luis Jorge Garay) que lideraron el programa económico que llevó a Petro a la Presidencia. Por eso, se pensaba que lo acompañaría en la cartera de las finanzas públicas desde el inicio, lo que no se pudo materializar en ese entonces, porque aún tenía sin resolver una demanda que enfrentaba desde la época en la que se desempeñó como secretario de Hacienda del Distrito capital.
El nuevo ministro de Hacienda fue formado en las universidades Nacional y Jorge Tadeo Lozano de Bogotá. Realizó estudios de economía industrial y cambio mundial en Francia, para luego volver a Colombia, país en el que ha acuñado una amplia experiencia académica y administrativa.
¿Qué opinan los fondos privados de pensiones?
Durante el 16 Congreso de Asofondos que se realiza en Cartagena, el presidente de este gremio, Santiago Montenegro, entregó sus percepciones sobre el nuevo jefe de la cartera de Hacienda y los retos que tiene de cara al futuro, advirtiendo que lo más importante es mantener la confianza de los inversionistas y posicionar a Colombia como un destino atractivo de inversión en el exterior.
“El doctor Bonilla es una académico muy serio, durante muchos años profesor de la Universidad Nacional, con una experiencia en el sector público; él fue secretario de Hacienda de Gustavo Petro cuando era alcalde e hizo un manejo muy responsable de las finanzas del Distrito cuando él estuvo a su cargo”, dijo inicialmente Montenegro.
AsImismo, agregó que “esta mañana hizo unas declaraciones que también debemos resaltar, en el sentido en que va a respetar la independencia del Banco de la República, creen en unas finanzas públicas sanas y que propendan por la estabilidad del país. Entonces son unas señales muy positivas, que las celebramos y desde acá desearle muchos éxitos en su gestión. Más allá de eso, digamos, más allá de la persona del doctor Bonilla, hay que decir que Colombia ha mantenido, y esto es importante también manifestarlo y resaltarlo, una gran estabilidad macroeconómica”.
Respecto a lo que viene en el trabajo mancomunado con el nuevo ministro de Hacienda, el presidente de Colfondos aseguró que espera poder reunirse pronto con él para plantearle las inquietudes que tiene, especialmente en lo que concierne a las propuestas y trámites de la reforma pensional; resaltando que es un tema crucial para el futuro del país.
“Yo confío en que las relaciones van a ser productivas. Eso le conviene al Gobierno, le conviene al Ministerio de Hacienda y también al sector privado, donde nos incluimos. El mundo nos está viendo y el mundo está pendiente y, cómo se refleja lo que está pendiente, está pendiente el mundo en las tasas de interés, en la tasa de cambio, esto aumentaba un poco la volatilidad, pero yo espero que las aguas se asienten un poco y que esa volatilidad pues descienda en los próximos días”, concluyó Montenegro.
Por último, el Presidente de Asofondos recordó que la coyuntura actual por la que atraviesa el mundo obliga a los países a pensar en estrategias para convertirse en destinos atractivos de inversión internacional y, de esa forma, lograr que lleguen nuevos capitales a la economía local, con el fin de mantener un buen dinamismo de la economía y evitar una fuerte desaceleración en los tiempos de crisis que se avecinan.