Los colombianos están apurados con los altos precios de los productos, lo que no tiene aún una luz nítida que muestre el final del túnel.
En los pasillos se habla del Banco de la República como esa especie de ‘monstruo’ que está apretando por el cuello a los ciudadanos y dejándolos sin oxígeno, debido a la aplicación de incrementos en tasas de interés, lo que ha encarecido los créditos de manera exponencial, pero el Emisor lo hace, justamente para tratar de controlar la inflación.
La disyuntiva es que, por hacer una tarea (la de equilibrar la inflación) se reduce el crecimiento de la economía, lo que está llevando a que muchos le pasen la factura al Banco de la República, por las medidas que está tomando, las cuales, han llevado las tasas de interés a cerca del 13 % (12,75 %), mientras las economías emergentes las tienen en un promedio de 10 %.
En ese contexto, Jaime Jaramillo Vallejo, uno de los siete codirectores del Banco de la República, expuso sus puntos de vista, no sin antes hacer la salvedad de que, lo hace a título personal.
Jaramillo Vallejo arrancó exponiendo el objetivo de la política monetaria que aplica el Banco de la República y fue enfático en señalar, “para que quede claro, es el crecimiento a mediano plazo, pero, en un contexto de una moneda estable, sin inflación. Con una moneda convertible, es decir, que la gente pueda comprar divisas cuando quiera. Para importar, para viajar” y todo lo que decida.
Así las cosas, Vallejo empezó a construir el retrato de lo que ha sucedido en el país para que la inflación haya llegado al 13,25 % y el Banco haya tenido que apretar para enfriar, lo que ahora le critican.
Por esa razón, lo primero que pidió Jaramillo Vallejo a los colombianos, es, que crean en ellos y en que saben lo que están haciendo. “Queremos que ustedes nos crean que vamos a bajar la inflación”.
La economía requiere créditos con bajas tasas
Jaramillo Vallejo, en línea con la sustentación de las políticas que está aplicando el Emisor, dijo que nadie puede perder de vista que el sistema financiero es la herramienta principal para el funcionamiento de una economía. “Quiero que entendamos una cosa, no puede haber financiamiento a largo plazo con tasas de interés altas. Se necesita, para tener créditos a más de cinco años, unas tasas más bajas que permitan cuotas de pago más bajas y un servicio a la deuda más asequible. Eso implica que no se pueda tener una inflación alta”. En otras palabras, ellos (el Banco de la República), que tienen la misión de equilibrar la economía, saben que no es bueno mantener un sistema financiero caro, que es parte de lo que les están criticando.
Por esa razón, se refirió a esa crítica que flota en el ambiente. “Dicen que nosotros estamos sacrificando el crecimiento por la inflación, algo que no es cierto. Nosotros tenemos un compromiso muy serio con ese tema”.
De esa manera, el experto señaló que ahora, es necesario volver a aprender a vivir en un mundo con baja inflación y bajas tasas, pues, en medio de lo que ha sucedido hasta ahora, volvimos a los años 80, cuando era una dicha tener tasas de 20 %.
“Eso no va a pasar ahora”, pero, reiteró, “les pido el favor de que le demos credibilidad a la política monetaria del Banco de la República y de la junta”.
Verdades que se tienden a olvidar
El codirector del Banco de la República dijo que no se puede olvidar la antesala que tuvo la situación económica que hoy existe. Recordó que fueron dos años, el 2021 y 2022, con crecimientos desbordados, cuando los pronósticos apuntaban a un 6 % y 3,4 % respectivamente, se llegaron a crecimientos de 10,6 % y 7,5 % respectivamente, lo que, ahora, es un punto de comparación para lo inevitable. “Si hemos estado tan por encima del promedio vamos a estar por debajo del promedio”.
La preocupación en medio de ese panorama es la deuda, pues, ni los hogares, ni las naciones, pueden seguir endeudándose para continuar creciendo, pues, cuando se utiliza demasiado crédito, con altas tasas, los intereses se lo comen y llega un momento en que la deuda explota.
Todas esas circunstancias son las que trasnochan a la junta del Banco de la República y, en el caso de Jaramillo Vallejo, le permiten poner en el visor hechos como el que evidencia que no todos los sectores de la economía crecieron al mismo ritmo.
Las actividades artísticas y recreación, por ejemplo, que se impulsaron en 37,5 %, “como si hubiéramos salido a gozar la vida y no hacer nada diferente”. En contraste, el agro, que fue el que puso los alimentos, retrocedió en un 2 % y la construcción se impulsó en 6,4 %, cifra que se ubica por debajo del promedio. La consecuencia de ello es inminente y riesgosa: “el empleo solo aumentó 4,5 % en total, mientras que actividades como las inmobiliarias aumentaron en 48,3 %. Se queda uno aterrado, el sector que más creció prácticamente no aporta empleos”.
Y el estallido social también sumó a lo que se vive hoy
Jaramillo Vallejo, en pos de armar el rompecabezas que condujo a la situación inflacionaria y, ahora, el riesgo de desaceleración, también mencionó el fuerte problema social que se vivió en 2021, cuando se presentaron bloqueos y un estallido social que, según refirió, “pareció más una operación militar que una protesta social. Fueron golpes certeros al sector agropecuario”, lo que se evidencia en la alta inflación de alimentos.
El dólar alto, para completar
Golpe tras golpe, no podía tener más que un resultado como el que hoy preocupa. Las estadísticas que mostró Jaramillo Vallejo dibujan una realidad: “Los colombianos no quieren tener pesos”, debido a la depreciación de la moneda, lo que ayuda también a traer una inflación importada.
En consecuencia, el banco ha impuesto tasas restrictivas para el crédito, intentando capotear el barco en un mar turbulento, lo que ha sido motivo de críticas, pero, “es algo que tenemos que hacer”.
¿Hasta cuándo?
La expectativa del Banco de la República es que el mundo vuelva a converger a una inflación baja, lo que demandará, de nuevo, un cambio de chip.