Una vez conocido en Colombia el proyecto de reforma laboral presentado por el Ministerio de Trabajo ante el Congreso de la República, se encendió el debate, porque las normas incluidas en el documento, causarían un efecto contrario a los graves problemas que tiene el mercado laboral en el país, de los cuales, los más difíciles de solucionar han sido el desempleo y la informalidad.
La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, salió a responder algunas de esas críticas, que se basan en el hecho de que a las empresas, al costarles más contratar formalmente a un trabajador, lo pensarían dos veces antes de abrir nuevas oportunidades.
Al respecto, la titular de la cartera de trabajo dijo que ni la Ley 50, que se creó como una normatividad para beneficiar a los trabajadores y promover puestos de trabajo, generó empleo ni atacó la informalidad. Tampoco lo hizo la Ley 789, que se aprobó como una política orientada a atenuar los efectos desfavorables del desempleo, pero no cumplió con las metas en términos de empleo.
¿Cómo se genera empleo?
Al decir de Ramírez, “es el modelo de desarrollo el que genera la política de empleo”. Pero no se puede olvidar que gran parte de los estudios realizados por expertos, sobre las debilidades del mercado laboral en el país, plantearon la necesidad de hacer una reforma estructural. Es más, mostraron la urgencia de acabar con fenómenos persistentes como la informalidad, pues, de nada sirven estadísticas que muestran reducciones en la desocupación, si la mayor parte del empleo es cuenta propia y, por lo general, muy precario (puro rebusque).
Por esa razón, gran parte de la expectativa con la reforma laboral había estado centrada en la idea de corregir esas deficiencias que llevan a que el mercado laboral colombiano sea uno de los peor calificados por los analistas.
No obstante, la ministra Ramírez manifestó que la solución a esos problemas dependerá de diversas variables del modelo de desarrollo. “Este gobierno ha dicho con claridad que la política de desarrollo va a ser la industrialización del país, la ruralidad como motor de desarrollo, la asociatividad, la economía popular. Todo el trabajo de los créditos blandos (sin intereses o con un tipo de interés inferior al que está imperando en el mercado), el acompañamiento técnico y apalancamiento financiero. Es una política integral”.
¿Para qué es entonces la reforma laboral?
Acto seguido, la ministra manifestó que: “el que pretenda decir que una reforma laboral arregla estos problemas está mintiendo”.
En su declaración a los medios, señaló que la reforma laboral sería solo para ayudar en la solución a esos problemas estructurales, es decir, no es la cura total. “Ayudamos. Eso es distinto”, agregó.
Para Ramírez, con la propuesta laboral que han presentado “estamos trabajando hacia los procesos de formalización y estabilidad, los cuales, sin ninguna duda, van a permitir que Colombia, en el futuro, avance en toda la política de empleo”.
Empresarios, inquietos
Desde que se conoció el texto final de la reforma laboral, los empresarios han manifestado preocupación. El documento contiene medidas como la que establece la jornada diurna hasta las 6 de la tarde, hora a partir de la cual, el trabajador empezaría a ganar recargo nocturno.
De igual manera, le da primacía a los contratos fijos y aplica normas que endurecen las indemnizaciones en casos de despidos, justamente para desestimularlos. En números redondos, los gremios de distintos sectores, y principalmente el de los comerciantes, sostienen que se incrementarían los costos laborales en al menos un 30 35 %, de llegar a aprobarse la reforma laboral, con lo cual, podría causarse un efecto que lleve a aumentar más el desempleo.
Varias voces que se han referido a la reforma, señalan que la radicada en el Legislativo es más una propuesta para buscar reivindicaciones sindicales, es decir, para mejorar las condiciones de quienes ya tienen empleo, más no para abordar los desafíos que hay en el mercado laboral: no hay trabajo suficiente para absorber la población desocupada, y gran parte del que hay es informal. El debate está apenas empezando.