A menos de una semana de haber sonado que el Gobierno ruso había recomendado a los productores del país la suspensión de las exportaciones de fertilizantes, finalmente se produjo.
El propio ministro de Industria de la nación que invadió a Ucrania, Denis Manturov, confirmó a las agencias de noticias que la decisión del Gobierno era suspender las ventas externas de fertilizantes, lo que, sin duda, tendrá un efecto sobre los compradores, pues Rusia suministra el 13 % de la producción mundial y exporta los insumos para producirlos.
Según aseguró Manturov, Putin habría dicho que no quiere aumentos significativos de precios, lo que al parecer ya es demasiado tarde, puesto que estos productos clave para el campo han tenido incrementos visibles que, además, contribuyen al alza de la inflación global, puesto que si es caro producir, también será igual de caro consumir.
En naciones como Colombia, según el Dane, el índice de costos en insumos agropecuarios había subido en un 5,5 % en enero, pero lo más preocupante para nuestro país era justamente el incremento en el precio de los fertilizantes, los cuales en el último año se treparon en un 148 %, y, principalmente, la urea, el más utilizado.
¿Y ahora qué?
Ahora, el efecto de la suspensión de las exportaciones de fertilizantes desde Rusia, seguramente lograrán salpicar los costos de producción del agro colombiano, pese a que la mayor parte de estos productos llegan al país desde Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, si se forma una ola alcista en el mundo, por cuenta del conflicto entre Rusia y Ucrania, no tardará en llegar a afectar a nivel local.
En días pasados, Rusia había hablado de riesgo de sabotaje con el transporte de sus exportaciones, en el contexto de una alianza global para aplicarle sanciones, por haber invadido a Ucrania.
Se estima que entre los mayores afectados por la suspensión de las exportaciones de fertilizantes estarían Europa y Brasil, cuyos agricultores son fuertemente dependientes de los fertilizantes rusos.
En medio de este panorama surgen muchos interrogantes. El gobierno de Vladimir Putin tendría que absorber la producción que habitualmente se exporta, so pena de que los empresarios de fertilizantes se queden con el producto y con los gastos de producirlos. Ese camino podría darse, teniendo en cuenta que Rusia es un país pudiente, pero no sería sostenible a largo plazo.
Se surte de alimentos
No obstante, el mandatario ruso ha tomado el camino de proveerse de alimentos para su demanda interna, lo que podría dar señales de que no está dispuesto a dar su brazo a torcer para entrar en diálogo y lograr caminos que detengan la guerra.
Mientas tanto, según señalan algunas agencias de noticias, también serían suspendidas las ventas externas de alimentos como el trigo, la cebada, el maíz, el azúcar y el centeno. Sin duda, sus vecinos en Europa serán los más fuertemente golpeados.
Si los países emergentes tuvieran la suficiente capacidad productiva, el río revuelto en Europa podría ser ganancia para pescadores.
*Con información de la AFP.