Fedecacao informó que el año cacaotero, que finalizó en septiembre, mostró un descenso del 10,6% con respecto a la producción del año inmediatamente anterior (2020-2021), debido al intenso periodo de lluvias que afecta directamente los cultivos y por ende la productividad de los mismos.
De acuerdo con la federación, el año cacaotero anterior había mostrado una cifra récord de producción (70.205 toneladas de grano seco), pero para la vigencia que acaba de terminar, el extenso periodo de lluvias (más de 27 meses) disminuyó el indicador.
De esta manera, con respecto al anterior año cacaotero 2020-2021, el decrecimiento en producción del grano se situó en 7.464 toneladas.
Temporada de lluvias
Según explicaron en Fedecacao, la temporada de lluvias afecta directamente la producción de cacao puesto que termina dañando o destruyendo la floración de cacao (que posteriormente será mazorca de cacao).
Así mismo, impide el cuajamiento de los frutos, además de la proliferación del hongo de la monilia que ataca directamente el fruto y daña el grano.
Así mismo, se continúa apoyando al productor a pesar de la extensa temporada invernal, con programas que buscan mitigar la afectación en la producción.
Por tal motivo, en los ingresos de las familias cacaocultoras, y junto con el gobierno nacional y la cooperación internacional continua adelante en la renovación de cultivos, todo tendiente a que el productor no sufra tan directamente los efectos de las lluvias.
También se renuevan los cafetales
Por otra parte, la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) hizo un llamado urgente a los caficultores a no descuidar la renovación de cafetales, fundamental para mantener cultivos jóvenes, que a su vez se traducen en empresas más productivas, competitivas y rentables.
Según La FNC, con apoyo del Servicio de Extensión, cifras recopiladas por la Gerencia Técnica muestran que a la fecha el área de cafetales renovados ha disminuido 30% en comparación al 25 de octubre de cada año.
Hernando Duque, gerente técnico de la FNC, aseveró que “hoy tenemos unas 130.000 hectáreas (ha) renovadas (edad menor o igual a 24 meses) del parque cafetero colombiano, cuando debíamos llevar cerca de 168.000 ha. Los caficultores deben tener claro que estas hectáreas son las que van a responder por parte de su producción en 2024 y otra parte más importante en las cosechas de los años 2025 y 2026″, expuso .
También recordó que las decisiones que los productores tomen hoy afectarán los próximos años, y que el envejecimiento y el aumento de la edad promedio de los cafetales implica retrocesos en productividad. Las cifras reflejan que la edad promedio se acerca otra vez a 7 años.
El experto también invitó a los productores a aprovechar los buenos precios del café de este año para invertir en la renovación de cafetales, pues a mediano y largo plazo esta inversión se traducirá en fincas más productivas y rentables.
Se destacó que aunque octubre no es un mes de renovación por los ciclos de producción, los caficultores pueden programarse desde ya para hacer sus renovaciones apenas termine la cosecha principal.
Además, según proyecciones, Brasil va a tener una cosecha media-alta en 2023 y alta en 2024, lo que podría traducirse en un ajuste de los precios internacionales; de modo que el llamado es a mantener altas productividades y un buen nivel de producción en Colombia.