Después de cuatro años de estudios y aplazamientos, el pasado 29 de enero el regulador de las telecomunicaciones en Colombia dictó su veredicto sobre quién domina el mercado de voz y datos en el país: Claro es el operador que reúne estas características. Es decir que sus decisiones pueden afectar el mercado por su enorme tamaño.

Este anuncio cambia por completo el panorama del mercado celular hasta ahora y podría generar una dura guerra de precios a largo plazo. De manera sorpresiva, la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) emitió el dictamen, enmarcado por el sigilo rotundo de sus funcionarios.

Desde la entidad se limitaron a explicar, en un escueto comunicado de prensa, que no impusieron medidas particulares contra la empresa, pero continuarán monitoreando el mercado. Además, según explicaron, la declaratoria de dominancia es una acción preventiva y no una sanción.

Según el MinTIC, Claro tiene casi el 60 % del mercado de datos móviles en Colombia.

Las reacciones no se hicieron esperar. Los principales rivales de Claro –Tigo, Telefónica y el operador entrante Wom– aplaudieron el pronunciamiento. Asimismo, se sabe que alistan motores para aprovechar que el operador del grupo mexicano América Móvil quedó bajo la lupa de la autoridad.

Poco a poco, Claro viene sintiendo pasos de gigante cada vez más cercanos. Si bien la decisión de la CRC no tiene implicaciones directas por ahora, sí le pone un seguimiento mayor a la firma. Según las leyes colombianas, en el país existe la posibilidad de que una empresa domine un mercado. Lo que no puede hacer es abusar de esa posición de dominio, con lo cual tendrá que andar, más que nunca, con pies de plomo.

El sello de dominante lo sitúa en el radar de autoridades, usuarios y competidores, que buscarán cualquier oportunidad para delatarlo. Sobre todo porque este es un mercado muy reñido. Se trata de la voz y los datos móviles, ofrecidos en los últimos años de manera conjunta. La compañía ya había sido declarada dominante en los servicios de voz. Ahora, esta decisión se extiende a la rama de internet móvil, que, sin duda, seguirá mandando la parada entre los usuarios jóvenes.

Pero la decisión de la CRC estaba cantada. Claro recibe casi 60 % de los ingresos por estos servicios en el sector. Por eso los competidores ven con buenos ojos el dictamen, que podría equilibrar la cancha en la industria de las telecomunicaciones. En medio de este panorama, hay expectativa por lo que ocurrirá de ahora en adelante. En especial con las medidas regulatorias para ponerle orden al mercado de voz y datos.

Telefónica afirma que en manos de los reguladores está incentivar a las empresas del sector a invertir, innovar y llevar a cabo planes que se traduzcan en más beneficios para los usuarios. De hecho, según señalan, a medida que haya una institucionalidad sólida, una respuesta acertada a las fallas del mercado y un balance entre los actores, habrá más inversiones y desarrollo de productos de calidad.

En la misma línea se encuentra Wom, el polémico operador que llegó al país el año pasado. Para ellos, de las políticas de las autoridades dependerá que los colombianos tengan los beneficios generados por la competencia.

Con base en su operación en Chile, desde Wom calculan que podrían ofrecer planes hasta 30 % más baratos, lo cual movería el mercado.

Como han venido anunciando, preparan la artillería con millonarias inversiones para brindar óptimas condiciones de conectividad en la red 4G, mejorar los servicios al cliente y brindar precios más bajos. Con base en su experiencia en Chile, calculan que podrían ofrecer planes hasta 30 % más baratos, lo cual movería el mercado.

Guerra es guerra

A primera vista, la decisión de la CRC provocará más pujas para ofrecer mejores condiciones, productos y servicios. Pero en el sector se podría desencadenar una especie de guerra de guerrillas, en la que buscarán ganar batallas en diversos frentes.

Un directivo de un operador, quien prefirió omitir su nombre, asegura que Claro tiene más adversarios que cualquier otra empresa en el sector. En ese orden de ideas, más de uno estará pendiente de sus actuaciones y posibles errores. En este punto entrará a jugar la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), encargada de que las empresas no se pasen por la faja los derechos de los consumidores.

A la SIC han llegado en el pasado quejas contra Comcel por el presunto abuso de su posición dominante. Y, aunque en las cifras estaba claro que superaba la mitad del mercado de consumidores, redes y demás factores, el no tener el sello de operador dominante inhabilitaba a la entidad para dar una respuesta concreta.

Ahora eso cambia. Y aplicará para futuras quejas en el mercado de voz y datos, cada vez más relevante en Colombia. Si bien parece un tema técnico, este es un asunto fundamental para los colombianos. El hecho de que eventualmente se le ponga un freno a Claro llevará a que haya una mejor percepción de los ciudadanos frente a sus competidores, dice un analista.

Al mismo tiempo, las demás empresas verán condiciones más favorables para competir, lo cual mejora la seguridad jurídica y da garantías para avanzar en planes de expansión en Colombia. En últimas, los colombianos se beneficiarán de contar con una oferta más variada y con mejores precios.

Claro interpuso un recurso en contra de la decisión de la CRC, que lo catalogó como actor dominante del mercado de voz y datos.

El problema, sin embargo, será cómo responda América Móvil a la declaratoria del regulador. Por lo pronto, en un comunicado, expresó su rechazo a la resolución y amenazó con bajarles el ritmo a sus inversiones. De hecho, aseveró que la medida incentiva a que las otras compañías no inyecten capital en el país. “Esta declaración desalienta la inversión, no beneficia al país ni a los usuarios del servicio”, aseguraron.

Pero la cosa no se queda allí. Según la empresa, la nueva normativa permitirá dilatar la subasta de 5G y, en algunos casos, les abrirá la puerta a la venta de activos y operaciones en territorio nacional de las demás firmas. Sobre este último punto, no queda claro cómo sería posible que los inversionistas retiren sus participaciones a sabiendas de que este mercado aumenta cada vez más. El meollo del asunto, eso sí, podría estar en la subasta de 5G.

En plata blanca, cuando llegue el momento de abrir este proceso, el Ministerio de las TIC y otras autoridades podrían ponerle vetos a Claro para participar, argumentando que tiene dominancia en los diversos mercados ofrecidos. Esto haría que la puerta para participar solo quede abierta para las otras empresas.

La declaratoria de dominancia podría llevar a que se le cobre más a Claro por participar o que se le apliquen topes diferenciales de espectro, advirtió otro alto ejecutivo. En últimas, decisiones de este estilo moverían el mercado y pondrían a tambalear a una de las empresas más grandes en el país.

No sorprendería que ese tipo de decisiones se adoptara en el negocio de las telecomunicaciones en Colombia. En el mundo ha habido litigios famosos en contra de gigantes como Microsoft o Colgate, puestos en cintura por parte de las autoridades de competencia.

En el primer caso, la compañía tuvo que abrir el espectro a otros exploradores de internet y no darle preferencia a Explorer. En el segundo, se le puso freno a la exclusividad de Colgate en algunas redes de transporte de sus cremas dentales.

Expertos del sector señalan que el hecho de que Claro sea dominante en este mercado podría afectar a la compañía en la subasta de 5G que está preparando el Gobierno.

Que esto se replique en Colombia dependerá de que la resolución de la CRC quede en firme. Claro tiene un recurso para intentar reversar la decisión de primera instancia, pero las cifras no juegan a su favor.

Una vez esto suceda, los operadores darán sus primeros pasos formales para ganar más cuota de mercado, mientras en el país crece el número de usuarios de datos móviles. Al final del día, cualquier guerra en el sector valdrá la pena si los consumidores son los beneficiados.