El fast fashion es una industria que despierta amores y odios. Es bien sabido que las tiendas del grupo Inditex –Zara, Bershka, Pull & Bear, etc.– y otras grandes cadenas internacionales como H&M facturan millones de dólares diariamente; sin embargo, hay un gigante chino que está arrasando en esta industria de la ‘moda rápida’: Shein.
Shein es una empresa china de la que poco se sabe y que poco quiere revelar. Su modelo de negocio depende mayormente de su plataforma en línea, en donde los clientes pueden encontrar ropa y complementos femeninos, masculinos, infantiles, de talla grande, artículos de belleza, sin mencionar otros productos como artefactos para mascotas y un sinnúmero de artículos para la higiene y el hogar, la mayoría de estos con precios bajos.
La tienda destaca no solo por su amplio catálogo capaz de satisfacer todos los gustos, sino también por sus prácticamente idénticas imitaciones de lujo.
Y es que son muchos los factores que han hecho de Shein un monstruo de la moda rápida; entre estos, destaca lo viral de los contenidos que los internautas de todo el mundo hacen de esta marca; por ejemplo, en YouTube abundan los conocidos Hauls, que son videos donde influencers muestran determinado número de prendas que compraron en la página web de Shein y califican cada prenda según el precio, la calidad y el estado en el que llegó.
Adicional a esto, en redes sociales como TikTok se puede apreciar un sinnúmero de videos que se han hecho populares, donde los internautas hacen mofa de las reseñas de los productos en la plataforma online de Shein. TikTok es otra de las redes sociales que más le interesan a Shein, debido a su capacidad de generar tendencias rápidamente, además de haber colaborado con celebridades de la talla de Katy Perry y Lil Nas X.
La empresa china ha recurrido al análisis inteligente de los datos de sus compradores y de un severo control sobre el diseño y la cadena de suministro de sus productos para poder permitirse la producción y venta de miles de nuevos artículos cada día. En un post de 2018 en su blog de WeChat, Shein aseguró que podían realizar el diseño y la producción de un artículo en apenas dos semanas.
Esta firma parece no tener interés por abrir tiendas físicas, pero de vez en cuando abre las conocidas pop-up stores o tiendas fugaces. De todos modos, su mercancía se vende muy bien en línea.
La compañía tiene tal peso entre las aplicaciones de compras, que llegó a facturar 10.000 millones de dólares en ganancias solo en 2020, según LatePost.
No obstante, sus compradores poco o nada conocen de la empresa, así como del origen de las materias primas o de las condiciones de quienes producen estas prendas, que son tan tentadoras por su precio ‘regalado’. Adicionalmente, Shein se enfrenta a numerosas reclamaciones por vulnerar la propiedad intelectual de múltiples marcas de ropa, según aseguró Financial Times el pasado 14 de julio.
Debido a las tensas relaciones entre Estados Unidos y China, puede ser comprensible que Shein no quiera revelar mucho sobre sus orígenes. Según el analista Douglas Kim, “Shein ha podido encontrar lagunas en las normas estadounidenses sobre importación para mantener sus precios bajos”; sin embargo, de intensificarse la disputa comercial entre estas dos potencias, esto podría no durar mucho.
A pesar del innegable éxito tanto de la compañía China como de otras dedicadas al fast fashion, como el grupo Inditex, hay un movimiento a nivel mundial que busca promover un consumo responsable y sostenible de la moda que apoye la economía local e incentive la compra de prendas de segunda mano, pues la industria textil es una de las que más tienen un impacto negativo en el medioambiente.