Desde hace algunas semanas, una nueva disputa se inició entre dos compañías licoreras conocidas en el país: la Industria Licorera de Caldas (ILC) y la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA). Ambas empresas tienen un gran reconocimiento nacional y también cuentan con productos famosos como el aguardiente y otras bebidas.

Todo inició luego de que la licorera antioqueña sacara un producto casi similar al Aguardiente Amarillo de Manzanares, de la (ILC). Ante esa situación, la empresa decidió presentar una reclamación ante la SIC por un supuesto plagio.

La licorera caldense solicitó, además del retiro de la marca, también el registro de la marca color, para que esta pueda tener los derechos sobre este aspecto en su bebida, al igual que como sucede con las gaseosas o algunos jugos, que cuentan con un color definido y protegido.

La SIC decidió imponer medidas cautelares para proteger a la Industria Licorera de Caldas y a su producto, el Aguardiente Amarillo de Manzanares, | Foto: Getty Images

Este miércoles, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) dio solución a una disputa presentada entre la Industria Licorera de Caldas y la Fábrica de Licores de Antioquia, por la marca Aguardiente Real, de color amarillo, lanzada por la última entidad mencionada y que tendría que retirarse del mercado.

La SIC decidió imponer medidas cautelares para proteger a la Industria Licorera de Caldas y a su producto, el Aguardiente Amarillo de Manzanares, que habría sido víctima de actos de competencia desleal, tras explotar la reputación ajena de otra marca, con un nuevo producto de similar imagen y color.

La entidad asegura que con su decisión protegió el derecho vulnerado al reclamante, pues esta situación impide el “apalancamiento indebido de un producto con base en la reputación que aquel ha construido”, dicta el documento.

Entre las decisiones que tomó la SIC, en su parte resolutiva, ordena que se retire inmediatamente y de todo el mercado colombiano los productos identificados como Aguardiente Real, que reproduzcan o que se asemejen a la presentación del Aguardiente Amarillo de Manzanares.

El aguardiente es una de las bebidas alcohólicas más consumidas en el país. | Foto: © 2010 Steve Lupton

Además de ello, también ordenó a la FLA abstenerse de promocionar y comercializar en el mercado colombiano el Aguardiente Real que reproduzca o asemeje la presentación que utiliza la marca demandante en la actualidad.

Finalmente, también ordenó modificar la presentación del producto, para que se aleje o diste de la presentación utilizada por la marca caldense para ofrecer el producto originalmente creado, que es el Aguardiente Amarillo de Manzanares.

El aguardiente amarillo de Manzanares ha llegado a todo el mundo

La historia del Aguardiente Amarillo de Manzanares, producto insignia de la Industria Licorera de Caldas (ILC), se remonta a 1885, cuando nació la fórmula de esta bebida que hoy, luego de muchas evoluciones, es reconocida en el país como ‘el pionero de los aguardientes’. Para ese entonces, la receta de este producto combinaba la caña gorobeta, el anís sembrado en el cerro Guadalupe y el agua pura del nacimiento del río Santo Domingo, que le daba un sabor fresco y aromático con el que fue ganando popularidad.

Su historia comenzó en el municipio caldense de Manzanares, enclavado entre las montañas del departamento, cuando un visionario llamado Jiménez se dio a conocer por vender en las calles del pueblo una bebida llamativa.

No dudó que conquistaría el gusto de las poblaciones aledañas, así que expandió su distribución a comunidades vecinas, donde llegaba con sus barriles cargados a lomo de mula. Gracias al espíritu emprendedor de Jiménez, hoy al Aguardiente Amarillo de Manzanares se le reconoce como uno de los licores de este tipo más antiguo que se produce en el territorio nacional.

En apenas dos años, la Empresa de Licores de Cundinamarca aumentó sus utilidades en más de 10.000 millones de pesos. Estos resultados demuestran que una empresa estatal puede ser rentable.

Con los años, su inconfundible color y sabor característico le abrieron otros caminos. Luego eran las personas quienes hacían lo que fuera necesario para acercarse a un estanco, como se les llamaba a los expendios de licor, para comprar la bebida; inclusive cuando llovía y los caminos se llenaban de lodo.