La semana pasada, el gremio de taxistas y los conductores que ofrecen sus servicios a través de plataformas digitales estuvieron en el ojo del huracán por un enfrentamiento constante que conllevó a amenazas de paros y a la creación de trancones a lo largo del país, como los que protagonizó Hugo Ospina, líder del gremio, con su desafortunada frase: “O nos cumplen o nos tomamos los aeropuertos”. A eso se sumaron exigencias de nivel legal contra los usuarios de estas aplicaciones, que carecen de regulación en el país.
Esta coyuntura no es nueva, se presenta desde 2016 y se ha ido agravando con el pasar de los años. Anteriormente, los enfrentamientos provocaron incluso ataques físicos y cacerías grupales contra estos servicios digitales, hoy esos ataques han bajado, pero siguen las exigencias por parte de los taxistas, que ven en las plataformas una competencia desleal.
De hecho, algunos sectores del gremio de los taxistas distan en las peticiones realizadas por Ospina, de quien dicen no representa a todos los conductores en su totalidad. Mientras unos exigen la prohibición de estas plataformas, otros buscan una regulación clara para las mismas donde cumplan con ciertos requisitos.
Una de las mayores discusiones respecto al tema es el asunto de las tarifas, Ospina expresó que le parece injusto que estos transportes funcionen con tarifas dinámicas, mientras que el servicio de taxis se apegue a una plana, siendo válido recordar que dentro de este amplio universo de plataformas, los usuarios y los conductores llegan a un consenso respecto al costo del transporte.
Además, Ospina se queja de que el esquema tarifario de las plataformas hace que cada vez sea más complicado para los taxistas cumplir con su cuota diaria de ganancias, empeorando su situación económica. Por eso, el dirigente gremial considera que sería más justo si la tarifa mínima para las carreras de taxi se encontrara en un rango entre los 18.000 y los 24.000 pesos.
Sin embargo, esto generó mayor descontento por parte de los usuarios de transporte, quienes aseguran que estas medidas solo contribuirían a que la brecha entre plataformas digitales y taxis aumente. Cabe recordar que, por ejemplo, en InDrive la tarifa mínima de viaje ronda entre 6.000 y 8.000 pesos dependiendo de la duración del mismo, al igual que en Uber, mientras que en DiDi se sitúa en aproximadamente 5.000 pesos.
Algunas de las quejas por parte del gremio de las plataformas se basan en que los taxistas solo refieren quejas respecto a los servicios particulares, sin embargo, no buscan mejorar la calidad de su servicio para igualar la brecha entre ambos sectores.
Es válido también recordar que en 2020 a causa de diversas multas e intentos de regulación, Uber abandonó sus actividades en Colombia, sin embargo menos de 2 meses después regresó, con un modelo de negocio diferente que le permitiría ofrecer sus servicios con mayor libertad.
El contexto chileno y sus similitudes
En Chile, este es un tema que ya ha sido tratado durante los últimos años, incluso con enfrentamientos de mayor escala entre trabajadores de ambos sectores que acabaron con graves heridos y afectados que ni siquiera pertenecían a ninguno de las dos partes de la industria, por lo que las legislaciones gubernamentales declararon que impondrían multas a los conductores equivalentes a 1.000 dólares aproximadamente por trabajar con la empresa Uber, sin embargo, la empresa no detuvo sus funciones y, aún al día de hoy, mantienen sus servicios, incluso con un aumento de usuarios después de estas polémicas.
Dado que la empresa mantuvo su postura durante los últimos años, todavía no han sido propuestas nuevas medidas que permitan regular estas aplicaciones, tales como la necesidad de una licencia especial, manejo externo de las tarifas y regulación dentro de las formas de pago.
Situación en otras naciones
México fue el primer país de la región en donde se aplicó una legislación a estos servicios, a causa del incremento tan rápido de la utilización de los mismos, esto implicó medidas más rápidas, tanto en materia de seguridad, donde habilitaron una línea de emergencias específica durante y después del viaje, un pago porcentual por cada viaje dirigido al Fondo de movilidad para el taxi y el peatón en las ciudades de México, además de un pago de impuestos que varía de acuerdo al territorio. Estas diferencias entre los estados mexicanos dio paso a confrontaciones en aquellos donde la regulación es menos clara, como el caso de Cancún, donde se registraron enfrentamientos por este tema durante el último mes.
Otros fueron los contextos donde se buscó preservar las regulaciones de estos servicios, no obstante muchos fallaron, como fue el caso de Argentina, donde también se generaron protestas por parte de taxistas, y se ejecutaron diversos proyectos de ley, más sin embargo, ninguno surtió efecto, viéndose ignorados por parte de las empresas, que aprovecharon esto para aumentar su popularidad, como en el caso de Uber, que ofertó viajes gratis durante 1 semana, por lo que esta clase de servicios acabaron por ser legalizados en 2019.
Las medidas que esperan ser tomadas dentro del territorio colombiano aún están por verse, sin embargo, queda claro que ninguno de los dos sectores cederá y buscarán preservar que sus actividades empresariales puedan verse beneficiadas.