Parece ser una situación de la generalidad. Todo el mundo —ricos y pobres— la está pasando mal con el panorama económico global, de alta inflación, reducción de producción por incertidumbre frente al consumo y, para colmo, tasas de interés disparadas, lo que reduce la posibilidad de que se puedan adquirir bienes y servicios con tarjetas de crédito.
No obstante, con el tema de los incrementos salariales podría ser distinto. El trabajador es el eslabón final de la cadena productiva, pues a él llega el salario que paga el empleador por la producción que quiere hacer y aumentar cada vez más.
A su vez, son los dueños de empresas los que se benefician con el hecho de que los trabajadores tengan plata en el bolsillo, pues así se lanzan a consumir productos que, a su vez, mueven las registradoras de las empresas y reaniman la economía. Es decir, se forma un círculo virtuoso.
Por esa razón, llama la atención la conclusión del estudio presentado por EAE Business School, según el cual, tres de cada cuatro empleados deciden abandonar las organizaciones por estar descontentos con su salario.
Esa situación sería una de las principales razones por las cuales, en muchas naciones, se ha ido configurando el fenómeno conocido como ‘La gran renuncia’, que ha puesto en jaque a muchos productores, pues sin fuerza laboral no hay producción.
El desempleo ya no parece asustar a las nuevas generaciones, que le apuntan más al emprendimiento y a intentar ser sus propios jefes. El estudio evidencia que el 75 % de trabajadores manifestó estar descontento con el salario.
En el estudio de EAE Business School también se expone, como otra de las razones de la inconformidad de los trabajadores, además de la del salario, la falta de expectativas en su carrera, lo que marcó el 56 % de los encuestados en el estudio.
Otra de las circunstancias que está espantando a los trabajadores es el estilo de liderazgo que se está ejerciendo en las compañías, al igual que la falta de flexibilidad en la jornada laboral.
El salario, asunto de competitividad
En países como Colombia, aunque hubo un incremento en el salario mínimo de 16 %, la inflación mantuvo una tendencia al alza que terminó por dejar a los trabajadores mal parados, con una pérdida del poder adquisitivo que será difícil de recuperar, pese a que el Índice de Precios al Consumidor empiece a entrar en una senda reduccionista.
Peor aún para esa otra gran franja de empleados —los de más de un salario mínimo— que no recibieron aumento, porque los empleadores argumentaron que también estaban en apuros debido a las mismas circunstancias de la economía. Así las cosas, el mercado laboral se está moviendo entre los despidos y las renuncias.
Otros resultados
El estudio se realizó en varios países, uno de ellos, Colombia y tiene varios resultados que vale la pena destacar.
1. El 38,12 % del personal que están contratando las empresas es junior. Un 31,67 % es middle managment. Un 30,21 % es senior. Es decir, prácticamente, la torta de la fuerza laboral está repartida en tres partes muy parecidas.
2. De siete categorías de áreas con mayor contratación, la delantera la lleva la de operaciones y logística, con 19,32 %. Le sigue la comercial, con 17,9 %; mientras tanto, la de menor porcentaje es la de dirección general: 7,79 %.